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Los folkloristas de Urkupiña ceden

Dirigentes de la Asociación de Fraternidades Folklóricas de Urkupiña renunciaron a los auspicios y exigencias económicas al municipio de Quillacollo y se comprometieron a garantizar una entrada folklórica inédita debido al veto al consumo de alcohol.

La decisión fue adoptada luego del rechazo del Concejo al conjunto de sus peticiones «por no enmarcarse a las leyes en vigencia y debido a vacíos jurídicos insubsanables en la Ley 2536, que declara a Urkupiña Patrimonio Cultural de Bolivia y crea un Comité Interinstitucional para su organización y promoción».

El párroco de Quillacollo, Víctor Benavente, presidente del Comité Interinstitucional, informó de la determinación de los folkloristas de renunciar al auspicio de Taquiña, Pepsi, a la demanda de 600 metros lineales de espacio en el trayecto de la entrada para armar graderías y vender asientos por su cuenta y a la exigencia del 40% de las recaudaciones de la fiesta.

Por el contrario confirmó que los dirigentes respaldan sin condiciones la «ley seca». La negativa de la Alcaldía a someterse a las exigencias de los danzarines ocasionó la amenaza de suspender la entrada o hacerla, pero no por la ruta oficial.

Benavente anunció que el equipo sacerdotal de la parroquia de Quillacollo, el arzobispo Tito Solari, autoridades municipales y dirigentes de las fraternidades, encabezarán la entrada  folklórica del 14 llevando consigo la imagen de la Virgen María.