‘Supe que tenía VIH y lloré con mi madre, ahora lo superamos juntas’
— ¿Cuál fue su reacción luego de enterarse de que tenía VIH?
— Ha sido un shock para mí. Primero me enteré que estaba embarazada y luego que tenía VIH, no sabía qué hacer. Fueron dos cosas que llegaron casi simultáneamente y marcaron mi vida.
Lo bueno es que mi hijo nació sin contraer el mal, gracias al tratamiento que realicé con los antirretrovirales y debido a la guía de los doctores.
— ¿Cómo manejó la noticia?
— No es fácil saber que uno tiene VIH. Incluso pensé al principio que me iba a morir, pese a que me advirtieron que se puede manejar la enfermedad. Pero para nadie es simple llevar adelante una vida con medicamentos que requieren constancia. Quizás lo complicado no son las medicinas, sino el estado anímico, ya que no tienes el apoyo de tu pareja.
— ¿Qué relación lleva con el padre de sus hijo?
— Ahora ninguna, él ha decidido irse, pese a que él me llevó a esta situación, él me ha contagiado. Yo le avisé y al principio no quería aceptarlo, tampoco quería saber de mi hijo. Decía que yo me había metido con otros hombres y que yo le había contagiado, y que tal vez ese niño no era de él. En ese momento senttía bronca e impotencia. Luego él decidió desaparecer, con la enfermedad y un embarazo se me hizo difícil, y fue por eso que le avisé a mi madre.
— ¿Cuál fue la reacción de su familia al enterarse?
— Lo supo primero mi madre. Tenía mucho miedo, no sé cómo, pero me armé de valor y le dije que quería hablar con ella. Le conté y no esperaba esa reacción, ella se sorprendió, pero luego de contarle lloré y ella me siguió. Nos abrazamos y derramamos lágrimas juntas, ahora ella me ayuda a superarlo.
— ¿Tuvo miedo en el embarazo de contagiar al niño o niña?
— Niño. Sí, por supuesto, pero seguí las instrucciones al pie de la letra: tomar los antirretroviarles, no darle de lactar, en fin me hice la cesárea porque me dijeron que eso era mucho más recomendable. Y ahora tengo un niño hermoso de un año y medio.
— ¿Piensa tener más hijos?
— No, por el momento no lo he pensado. La verdad, tengo miedo de comenzar una nueva relación.
Una vez he salido con un amigo, me dijo que le gustaba y él también a mí, pero luego pensé que me rechazaría por tener VIH. No todos reaccionan como mi madre y no lo culparía, al final podría convertirse en mi pareja sexual y ahí es donde se podría complicar la historia.
— ¿Cómo fueron los primeros días después de que se enteró de que estaba con VIH?
— Fueron días en los que no quería nada, me sentía muy mal, pero gracias a Dios tuve el apoyo de mi familia. Aunque la psicóloga me dijo que el tener VIH es confidencial y sólo debo decírselo a mi pareja.
— ¿Sabe algo del padre de su hijo?
— No lo he vuelto a ver, él sabe que también tiene VIH y no le deseo ningún mal. Más al contrario, donde quiera que esté le digo que debe ser muy responsable, más aún si tiene una nueva pareja.
Yo por el momento no tengo pareja y por ello tengo miedo, he tenido muchos pretendientes, pero sólo he salido como amigos. Tengo miedo enamorarme o que se enamoren de mí, ahora mi vida gira en torno a mi hijo, él es el más importante.
— ¿Conoció a más gente o mujeres con VIH?
— Sí, tengo una amiga que vive en Cochabamba. Ella también estuvo en mi situación. Ceo que para las mujeres se hace más complicado empezar de nuevo, tratar de salir adelante porque nuestras parejas nos abandonan y algunas no tienen dónde apoyarse económicamente o moralmente.
— ¿Cuál es la diferencia entre un hombre con VIH y una mujer con el mismo virus?
— Bueno, no digo que a los hombres no les afecta. Pasa que la sociedad tiene muchos prejuicios sobre las mujeres, algunos aún creen que sólo las prostitutas contraen el virus y nos tratan de eso. Pero en mi caso y en otros se trata de temas de infidelidad.
Mi actividad sexual ya no es la misma, es más ya no la tengo, mi marido me contagió. Mi mamá me decía que sólo se puede estar en la intimidad con el hombre que uno ama y así lo he hecho, pero el no, me ha engañado y ha pasado esto.
— ¿Qué ha perdido y que ha ganado con esto?
— Creo que uno nunca pierde, en la vida siempre se gana. Con esta experiencia, con el apoyo de mi madre y los médicos he aprendido mucho sobre el valor de la comunicación y la confianza, el valor de la vida y no sólo de tu vida, sino la de los demás. Se imaginan la responsabilidad que tuve al estar embarazada y con VIH, y tener una pareja. Ahora soy feliz, sigo siendo mujer, soy madre e hija, soy un ser humano.