No hay pistas del asesino de Medelis Bustillo
Drama. El o los criminales incineraron su cuerpo. Un fiscal imputó a su esposo
En la fotografía que se tomó este año y que acompaña esta nota se la ve radiante y llena de vida. El 1 de junio había alcanzado la treintena. Ésta es la imagen que queda de Nena, apodo cariñoso con el que la llamaban sus padres y sus tres hermanas.
El cadáver de Medelis Bustillo M. fue hallado carbonizado el sábado 16 de julio en un estanque de agua próximo al puente Punku Esquina de Tahuapalca (Río Abajo). El 95% del cuerpo estaba calcinado y sólo se la pudo identificar por las tres mariposas que dos años atrás, cuando ya tenía problemas maritales, se hizo tatuar en la pierna izquierda.
Sin embargo, la mujer desapareció el lunes 11 de julio. Ese día dejó su casa en Alto Següencoma rumbo al centro. Vestía una chamarra blanca, una blusa morada, pantalón azul, calzados con plataforma y una cartera, ambos de color negro. Nunca más retornó.
A las 11.00 del 14 de julio, tres días después, sus familiares y su esposo, Mario Iván Z. A., denunciaron su desaparición. Dos días más tarde, el 16 de julio, «nos avisaron que en la morgue había un cuerpo de una mujer con un tatuaje.
Fuimos a verla. No podíamos creer que era ella porque estaba quemada. Ella está viva pensaba. Mi hermana llegó de Cochabamba, vio su tatuaje y confirmó que era Medelis», dice su hermana Jimena.
En la etapa de indagación el esposo de Medelis Bustillo M. fue citado dos veces a declarar, pero no se presentó. Esta actitud fue tomada como «obstaculización en la investigación» y el fiscal ordenó su aprehensión. El sujeto fue arrestado e imputado por el delito de complicidad en el asesinato de su pareja.
Sin embargo, el 12 de agosto, el juez 1° de Instrucción en lo Penal Cautelar, Carlos Guerrero, dispuso medidas sustitutivas porque «no se hallaron los elementos necesarios para su reclusión».
Viajera. La mariposa monarca es una viajera incansable de los cielos, es capaz de recorrer más de cuatro mil kilómetros. Sus alas son de color naranja y negro, contraste que le agradaba a la víctima.
Pero para ella esta especie tenía otra característica especial. «Ella decía que la mariposa monarca tenía que sufrir mucho para llegar donde está su alimento, pero lo hacía», cuenta su hermana. La joven amaba a los animales. En su casa tenía una lora llamada Charlot, su perro Scrafy y Cleopatra, su gata preferida.
Le gustaba la compañía de sus mascotas y adoraba a sus dos niños, de 12 y de 13 años. «Medelis se casó muy joven, a los 16 años. Mario Iván Z. A. era 10 años mayor que ella. «Lo que nosotros veíamos es que él se llevaba bien con mi hermana», cuenta Jimena Bustillos M.
La pareja estuvo casada 12 años, pero hace dos que se separó. Sin embargo, los hijos del matrimonio nunca perdieron el contacto con su padre, pues ambos seguían viviendo en la misma casa aunque en cuartos separados.
«Ella era amiga de sus hijos y de mis hijos. Recuerdo que mis sobrinos se inventaban una historia y hacían teatro. Ellos se disfrazaban. Su mamá les enseñó a actuar, hizo dos obras», dice su hermana, mientras mira la foto en la que aparece con Cleopatra.
«Amaba la vida, tenía el deseo de superarse y decía que una mujer tiene que estudiar para ser el ejemplo de sus hijos», cuenta Jimena mientras la describe. Medelis Bustillo M. estudió en la Academia de Bellas Artes porque le gustaba pintar.
Estudió por un año la carrera de Derecho, pero la dejó por falta de recursos económicos. Este año, su pasión por sus mascotas la llevó a inscribirse en la carrera de Veterinaria. La entrevistada recuerda que la última vez que vio a su hermana fue el 25 de junio.
«He perdido a mi mejor amiga. Tal vez si la hubiera llamado o la hubiera visitado, estaría aquí. Mi familia pide que se haga justicia y se condene al asesino de mi hermana», señala. Desde que fue hallado el cádaver ha pasado un mes y medio, y hasta ahora no se ha identificado al culpable.
Datos de su muerte
Según testigos, noche antes de su desaparición discutió con su esposo. Marlene Choque, abogada de la familia, indica que el sujeto llevó a Cinthia M. a vivir a su casa cuando aún no se sabía que había muerto.