Sociedad

Thursday 18 Apr 2024 | Actualizado a 21:40 PM

La educación debe superar 3 trabas para ser inclusiva

Para que los niños con capacidades diferentes accedan a una escuela regular se debe trabajar en el mejoramiento de infraestructura, currícula y formación de maestros

Por La Razón

/ 4 de septiembre de 2011 / 05:00

Hasta hoy, salvo excepciones, en Bolivia, una persona con discapacidad debe acudir a escuelas de educación especial. Ésta «tiene un sentido de exclusión para las personas con discapacidad, porque los ponemos fuera de nuestro entorno, cuando lo correcto es incluirlos en la escuela regular» reflexiona María Oviedo, secretaria técnica de la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación.

Coincide con ella el viceministro de Educación Alternativa y Especial, Noel Aguirre, quien afirma que el objetivo es que cada vez más personas con discapacidad se formen en escuelas regulares. «No creemos que se deben crear más escuelas especiales, porque es una manera de segregar y discriminar, las escuelas especiales sirven para formación específica».

Marcela Morales, directora del Centro de Investigación para el Desarrollo Socioeconómico (Cides), explica que sólo el 3% de los niños con alguna discapacidad asiste a una escuela regular y el 4% a centros de educación especial.

Las cifras dan cuenta de que 92% de los niños de este grupo no acceden a la formación inicial y preacadémica. Datos oficiales del Gobierno, dan cuenta de que en Bolivia hay 82.087 personas con algún tipo de discapacidad.

El término inclusión debe ser entendido, dice Oviedo, como un concepto global, que implique que las personas con discapacidad no sólo deberían poder asistir a las escuelas regulares, sino también ser parte de la sociedad en todo sentido.

Para cumplir con este objetivo, el reto inicial es romper con tres barreras: La primera, la formación de maestros con especialidad en educación para personas con discapacidad, que obtengan conocimientos del lenguaje de señas y el sistema Braille, entre otros, afirma Oviedo.

Al respecto, el viceministro Aguirre dice que 20.000 maestros se capacitan en el sistema Braille y 5.000 en lenguaje de señas. Además, desde 2010, en las normales se incluyó en la currícula la formación integral de docentes, que conocerán los cinco tipos de discapacidad que podría afectar a alguno de los estudiantes: intelectual, visual, auditiva, física, múltiple. «Podrán detectar las causas de la discapacidad, lograrán encaminar su atención, y realizarán las adaptaciones curriculares» explica Aguirre.

Oviedo, quien identifica como segundo escollo a superar la necesidad de contar con una currícula integral, añade a esta falencia la falta de material pedagógico. «Hay muy poca bibliografía traducida al sistema Braille, por los altos costos», cita de ejemplo.

El tercer factor es que las unidades educativas carecen de la infraestructura adecuada para personas con discapacidad; «en las escuelas no hay baños adecuados y en la mayoría se tienen gradas», sostiene Oviedo. En respuesta, Aguirre afirma que estos requerimientos serán atendidos a largo plazo, pero en su criterio es imposible prescindir de los centros educativos de educación especial porque éstos permiten, «que una persona con discapacidad tenga habilidades sociales, de relacionamiento».

Oviedo y Aguirre coinciden en que el mayor reto es que la población incluya a las personas con discapacidad, por lo que se inició una campaña de sensibilización. «Hay familias que ocultan a sus hijos si tienen algún tipo de discapacidad y si los llevan a la escuela, profesores y alumnos los excluyen. Sienten que es un perjuicio, una lacra, la población debe tomar conciencia», dice Aguirre.

Normas que no se cumplen

Bolivia tiene 191 normas que hacen referencia a la defensa de los derechos de las personas con discapacidad pese a ello, por ejemplo, no hay acceso pleno a la educación regular.

‘Voy a cumplir mi sueño de ser traductora de inglés’
Magda Burgoa pasó duros momentos en la escuela

«El primer día en la escuela, los estudiantes me temían, sentí que me miraban mal, no querían hablarme. Dejé el colegio a los 15 años porque se burlaron de mi condición, me hicieron mucho daño, eso marcó mi vida. Al cumplir los 16, fui mamá.

La materia más difícil de entender era matemáticas, porque el profesor dictaba las clases y escribía en la pizarra y yo no entendía nada, fue muy duro. Cuando un niño ciego, sordo o con discapacidad física llega a un colegio, los niños y los maestros deben reaccionar como con otras personas porque eso es lo que somos, con capacidades diferentes, pero iguales.

Recuerdo que en el colegio había profesores que no creían en mí, pero yo les demostré que podía salir bachiller, porque mis papás me motivaron mucho, creían en mí. El 2006 terminé bachillerato en Cema (educación para adultos), luego estudié repostería y ahora sueño con ser traductora de inglés, por eso estoy estudiando, además quiero ir a Estados Unidos a traer ayuda para otras personas con discapacidad. Quisiera  que las familias no marginen a sus hijos, que los quieran tal como son y los motiven  para que estudien y que no los vean como una carga porque el 95% de las personas con discapacidad se queda. Algunos los encierran pero viven su propio enclaustramiento por miedo».

‘Hemos perdido la luz, no la capacidad intelectual’
Amilcar Castillo, invidente, obtuvo su título de politólogo

«Quizás antes de mi ceguera no habría tenido el reto de ser profesional, pero ahora soy politólogo. Me costó mucho esfuerzo y dinero, porque tenía que contratar a una persona que me lleve primero al Cema (educación para adultos) y luego a la universidad.

Cuando empecé fue difícil, porque tenía que comprarme los libros, pagar a un amigo para que me los lea y transcribir eso al sistema Braille para estudiar. Yo quedé ciego después de un accidente y, como todos, pasé momentos de frustración, depresión. Pero ahora me doy cuenta  que todos los días debemos romper obstáculos, en la educación y en la vida.

Las infraestructuras y las barreras arquitectónicas de los colegios no son nada frente a la discriminación de otros estudiantes y al pénsum o a la currícula educativa que se aplica también para nosotros.

La Ley Educativa Avelino Siñani-Elizardo Pérez hace referencia a la inclusión, que es al revés: la educación debe adaptarse a las necesidades de las personas con discapacidad, pero no sucede así.

Y en la familia piensan que no podemos hacer nada, nos consideran tan inútiles que hasta nos quieren poner la cuchara en la boca, pero nosotros sólo hemos perdido la luz, no la capacidad intelectual, nuestros otros sentidos están intactos y podemos lograr nuestros objetivos».

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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Un impasse inédito

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales

Por La Razón

/ 11 de abril de 2024 / 06:33

Aunque se afirma que no es la primera vez que ocurre en la historia reciente, lo sucedido en Quito la noche del viernes al sábado, cuando la Policía irrumpió en la Embajada de México ante Ecuador, representa mucho más que un escándalo diplomático y ha puesto al país andino en un impasse del cual será muy difícil salir, mucho más debido a la hasta ahora arrogante posición de su gobierno.

El conflicto diplomático entre México y Ecuador, cuyo antecedente inmediato fue la declaración de persona no grata a la embajadora mexicana, que luego dio paso al secuestro y encarcelamiento del exvicepresidente Jorge Glas, que acababa de recibir el estatus de refugiado político (pese a haber sido condenado por delitos comunes años atrás), ha escalado hasta alcanzar los estrados de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde México ha presentado una demanda buscando justicia y el respeto a las normas internacionales.

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La decisión de México de acudir a la CIJ y la convocatoria a sesiones extraordinarias de la Organización de Estados Americanos (OEA) los días martes y miércoles reflejan la gravedad de la situación y la necesidad de un marco de acción que respete los principios fundamentales de la diplomacia y el derecho internacional. Estos foros ofrecen una oportunidad invaluable para abordar el conflicto de manera constructiva, poniendo en primer plano la necesidad de soluciones pacíficas y el diálogo basado en el respeto mutuo, razón por la cual la demanda ecuatoriana de revisar los tratados internacionales es poco prudente.

En estas circunstancias, la comunidad internacional, así como los organismos regionales y multilaterales, deben actuar como mediadores para facilitar una resolución que respete las normas internacionales y promueva la estabilidad regional. Según expertos en la materia, la mediación debe enfocarse en la reconciliación y buscar una solución que permita a ambas partes superar el impasse, manteniendo la integridad de los tratados internacionales como guía.

Este conflicto sirve para poner en relieve la importancia de adherirse a los principios del derecho internacional no solo como un fin en sí mismo, sino como un medio para asegurar la paz, la seguridad y el respeto entre las naciones. La resolución de este caso podría sentar un precedente importante para el manejo de futuras disputas diplomáticas y reafirmar el valor de las convenciones internacionales como pilares de las relaciones entre Estados.

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales y el compromiso con el diálogo y la negociación. Es imperativo que México y Ecuador, con el apoyo de la comunidad internacional y organismos como la OEA, encuentren una salida basada en el entendimiento mutuo y el respeto a los tratados que han guiado las relaciones diplomáticas durante décadas. Este enfoque no solo resolverá el impasse actual de manera justa, sino que también fortalecerá el sistema internacional basado en reglas, crucial para la coexistencia pacífica entre naciones.

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Cuidar al TSE

Por La Razón

/ 7 de abril de 2024 / 04:10

La designación, por parte del presidente Arce, de un nuevo vocal del TSE, reactivó el debate político sobre la institucionalidad electoral, la narrativa anticipada de “fraude” y el papel de las autoridades. Es un capítulo más de la disputa interna en el MAS-IPSP y en la oposición. Es fundamental asegurar la integridad y fortaleza del TSE de cara al próximo ciclo electoral.

 La Constitución establece que el TSE está compuesto por siete vocales: seis elegidos por la ALP y uno designado por el presidente del Estado. En abril de 2021, el presidente Arce designó a la vocal Dina Chuquimia tras la renuncia de Salvador Romero, quien había sido designado por la presidenta de facto Áñez. El pasado jueves, de manera intempestiva, Arce nombró a Gustavo Ávila como nuevo vocal del TSE en reemplazo de Chuquimia. El hecho generó recelo político y una polémica inconducente.

La atribución presidencial para designar a un nuevo vocal electoral está clara, salvo que no puede destituir a un vocal en ejercicio como si fuese, por ejemplo, un ministro de su gabinete. En este caso, la designación de Ávila debió estar precedida por la renuncia de la hoy exvocal Chuquimia o el cumplimiento de su mandato (seis años). No ocurrió así. Y no es la primera vez. En junio de 2021, el presidente Arce destituyó por decreto y sustituyó a seis vocales departamentales designados por Áñez.

Más allá de la legalidad en cuestión, el problema es que se daña la autonomía de la institucionalidad electoral. Y eso es crítico como señal, peor todavía cuando nos acercamos a unas elecciones generales complejas y muy marcadas por la división en el partido oficialista y la fragmentación opositora. Del otro lado, es deplorable la forma ligera e irresponsable, en este caso desde la facción evista y Comunidad Ciudadana, en que se lanzan sospechas de “fraude” y se descalifica por anticipado a las personas.

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Sin esperar un día de su mandato como autoridad, se etiquetó al vocal Ávila como “operador” (de la “proscripción” del MAS, del “fraude”, de la inhabilitación de Evo). Se descalifica así a un profesional de amplia experiencia y trayectoria en materia electoral, que desempeñó varios cargos en el Tribunal Electoral de Tarija hasta ocupar su presidencia, y que hoy puede ser un valioso integrante del TSE y reforzar su Sala Plena. Esas denigraciones precoces también dañan, y mucho, al organismo electoral.

En un contexto marcado por la polarización, una elevada desconfianza en las instituciones e incertidumbre sobre el próximo ciclo electoral, empezando por las elecciones primarias, es fundamental que todos los actores relevantes, en especial los políticos, asuman con altura la necesidad de cuidar y fortalecer al TSE. La integridad y autonomía del árbitro, así como el respeto a la voluntad ciudadana expresada en las urnas, son imprescindibles para garantizar la integridad de las elecciones y preservar la democracia.  

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Liderazgos autoritarios

Es poco probable que la clase política vaya a recuperar su vocación por el debate y la competencia democrática

Por La Razón

/ 4 de abril de 2024 / 06:13

El tema no es nuevo ni se limita a Bolivia: los valores democráticos se depauperan con cada día que pasa y en la mayoría de los casos son los propios líderes políticos quienes propician este estado de cosas. Solo esta semana hubo dos ejemplos: un expresidente propuso cumplir la ley que él mismo promulgó y otro, también expresidente, pidió a sus diputados renunciar a su cargo.

En el primer caso, se trata de la aparentemente insalvable ruptura del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido que ahora afronta un ultimátum del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para renovar su directiva en un congreso orgánico, que todavía no se sabe si podrá realizarse, pues hay dos convocatorias con fechas y sedes diferentes. Difícil saber cómo responderá el Órgano Electoral a la disyuntiva, que podría profundizar no solo la ruptura del partido gobernante, sino aumentar la polarización en la sociedad.

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En el afán de salvar la situación, el jefe del partido, el expresidente Evo Morales, retó al actual Presidente del Estado a competir por la candidatura en una elección primaria. Es un cambio en lo decidido en el frustrado congreso de Lauca Ñ, el año pasado, donde se dijo que el exmandatario es “el único” candidato del partido, desconociendo la Ley 1096, de partidos políticos, y su reglamento específico sobre elecciones primarias; pero también una muestra de una vocación de uso instrumental de la norma.

Si tal actitud no es suficiente muestra, las oficiosas declaraciones de los áulicos del expresidente, prometiendo baños de sangre u ofrendar sus vidas, por la “libertad”, la “democracia”, y “por supuesto, por nuestro líder”, como dijo un senador hábil para el victimismo y la desinformación, muestra el poco aprecio por el juego limpio.

En el segundo caso, se vio al también expresidente Carlos Mesa pidiendo a sus legisladores electos renunciar a su silla en la Asamblea Legislativa si no se avienen a seguir sus instrucciones. No hace falta ser un gran intelectual para saber que la democracia implica gestionar el disenso, tarea propia de un buen líder. Un mensaje que instruye obedecer ciegamente al jefe o largarse, habla mal del liderazgo.

Además, como ya se ha dicho, no son solo jefes políticos quienes muestran poco aprecio por los valores democráticos. Al anuncio hecho por el exalcalde Juan del Granado de “rearticular” al Movimiento Sin Miedo, la respuesta de una de las vocales del TSE no fue celebrar la diversidad de partidos o el retorno de una organización política que en algún momento gozó de gran relevancia, sino recordarle a la exautoridad que carece de personería jurídica, como si no fuese posible hacer el debido trámite para recuperarla.

Es poco probable que la clase política vaya a recuperar su vocación por el debate y la competencia democrática. Toca a la sociedad reflexionar profundamente sobre su futuro inmediato y decidir si quiere exaltados discursos ideológicos que enmascaran comportamientos autoritarios, o si prefiere líderes comprometidos con el bien común. Tarea nada fácil, por cierto.

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