Un boliviano dueño de un taller textil clandestino en la localidad bonaerense de Isidro Casanova se convirtió en el primer condenado en Argentina por trata de personas para trabajo forzoso, desde que se tipificó el delito en 2008.

El boliviano recibió una pena de cuatro años de prisión. El fallo fue dictado por la Cámara Federal N0 2 de San Martín.

Las víctimas, tres mujeres (una de ellas adolescente), llegaron de Punata (Cochabamba) «bajo engaño», aprovechándose de su «situación de vulnerabilidad social», destaca la sentencia. El hombre fue denunciado por una de las mujeres que logró un permiso para salir de la casa indicando que debía ver a su marido.

«Las convenció de ir a trabajar a su taller, aprovechándose de sus necesidades económicas, prometiéndoles engañosamente un ingreso que nunca iba a cumplir. Para ello las trasladó de manera irregular a nuestro país, al ingresar el 8 de septiembre de ese año como turistas cuando su finalidad era otra», detalla la sentencia.

Las mujeres trabajaban más de quince horas por día en tareas de limpieza y sin recibir sueldo. Cuando se produjo el allanamiento a la vivienda-taller se encontró un par de esposas colgadas en la habitación donde dormían.

Tampoco les permitía salir a la calle, si no era con un permiso o acompañadas de un familiar de él. «Esto es claramente una situación objetiva de maltrato y reducción a condiciones inhumanas de trabajo, situación que también aparece en los dichos de las víctimas que refieren maltrato verbal y hasta en el plano simbólico, pues ese carácter presentan las esposas colgadas en la habitación donde dormían las víctimas. Qué mensaje más claro que ése. No es necesaria palabra alguna», dice la sentencia del Tribunal Federal N0 2 de San Martín.

El fallo es del 5 de agosto pero recién trasciende ahora. El dueño del taller textil clandestino fue identificado por sus iniciales como RCV y acordó someterse a un juicio abreviado para lo cual reconoció su culpabilidad y se acordó la pena leve, de cuatro años.