El exmodisto estrella de la casa Dior, John Galliano, ha cerrado ayer su capítulo más polémico con el anuncio de la sentencia en el juicio que tenía pendiente por insultos racistas y antisemitas en Francia.
Un tribunal parisiense ha declarado al británico de 50 años culpable de los cargos en los dos altercados denunciados, pero se ha limitado a aplicar una condena simbólica: una multa de 8.300 dólares sin obligación de cumplimiento —sólo deberá pagarla en caso de reincidir en los próximos cinco años—, 1,4 dólar simbólico para las víctimas y las cinco asociaciones que se unieron a la acusación y el reembolso de sus gastos jurídicos, que se elevan a unos 23.000 dólares.
La fiscalía había pedido una sanción mínima de 14.000 dólares.
Las explicaciones y las disculpas presentadas por el acusado durante el juicio celebrado a finales de junio, así como la cura de desintoxicación iniciadas hace meses, han sido suficientes para motivar una «aplicación moderada del código penal», tal y como lo reconoce la sentencia.
«John Galliano tomó conciencia del estado en el que se encontraba y ha empezado a tratarse de forma eficaz», relata la misma. El modisto ya había presentado excusas públicas por su comportamiento a los pocos días de que The Sun filtrara el ya célebre video en el que aparecía ebrio y gritando «Amo a Hitler» y volvió a hacerlo durante el juicio. También explicó entonces que no recordaba los hechos debido a su triple adicción al alcohol, a los somníferos y al Valium.