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La familia atribuye el milagro a Dios y a la Virgen de Guadalupe

Los milagros sí existen. La familia Vidal Huerta está convencida de ello, ahora más que nunca. Con mucha fe y devoción afirman que han vuelto a renacer y que es un regalo de Dios y la Virgen de Guadalupe que Minor sea el único sobreviviente del trágico accidente aéreo del martes.

La buena noticia recibida desde Trinidad, cerca de las 10.30, cambió el ánimo de la familia sucrense que atravesaba, lo que ellos llaman, el peor momento de sus vidas.

«Cuando nos avisaron, todos comenzamos a saltar, mis otras hermanas se arrodillaron, lloramos de alegría, nos abrazamos junto a mi mamá y agradecimos a Dios», relata la escena, con emoción indescriptible, Marlene, hermana de Minor.

Hace dos meses, la familia perdió al padre, que también se llamaba Minor, y Nora Huerta, su esposa, asumió el rol de jefa de un hogar de siete hijos: Deysi, Marlene, Iván, Rosario, Cristina, Melinda y Minor.

El corazón de doña Nora le decía que Minor, el menor de sus hijos, estaba vivo. «Gracias a Dios, tal cual se lo pedí, iluminó el camino de mi hijo y la senda para salir», afirmó.

Para Marlene, la hermana mayor, lo sucedido es un milagro de Dios. «Es el único que puede hacer milagros. Mi hermano, al igual que toda mi familia, tiene mucha fe en la Virgen de Guadalupe y él especialmente. Creo que Dios y la Virgen le han dado la luz para que pueda salir de allí».

«Solo le puedo decir a Dios que estoy enteramente agradecida y a su servicio. Mi corazón está entregado a él y mi familia también. Para no-   sotros Él es lo más importante, por ello le doy las gracias por darnos la oportunidad de seguir a su servicio», expresó Deysi, la otra hermana.

Al igual que sus seis hermanos, Minor proviene de una familia tradicional sucrense, apegada a las costumbres de esta ciudad. Marlene recuerda que ella y sus hermanos siempre bailaron con fe para la Virgen de Guadalupe, él en particular.

En los últimos 10 años expresó su fe a la Virgen de Guadalupe con su baile. Junto a Wálter Toro y Wálter Bleichner fundaron la agrupación de tinku Atipay (vencer), precisamente por devoción a la patrona de Sucre, cuya consagración se celebró hace dos días, el 8 de septiembre.

El jueves por la noche, sus compañeros de Atipay le ofrecieron una misa y se unieron en oración para pedir por su vida. «Este sábado habrá un fiesta, festejaremos por la vida, entraremos con carteles de agradecimiento a Dios por el milagro y devolvernos a Minor con vida», dijo Bleichner, amigo y compañero de baile.

Minor es padre de dos hijas, Sara de siete años y Sofía de cinco, está casado con Mariela Llanos. Estudió en el colegio San Cristóbal y obtuvo el título de Administrador de Empresas en la Universidad San Francisco Xavier.

Trabajó en el BancoSol y hace dos años es gerente regional en Trinidad de Laboratorios SAE. «El milagro no estará completo hasta que nos reencontremos todos», afirma esperanzada Marlene.

La familia volverá a reunirse

La familia Vidal Huerta esperaba el informe médico para saber si Minor iba a ser llevado a la ciudad de Sucre o a Cochabamba, como finalmente sucederá esta jornada.