El Vesubio está detrás del famoso ‘rojo pompeyano’
Una erupción del volcán le dio el tono rojizo a las ruinas
El misterioso tono rojizo de Pompeya, que inspiró a grandes artistas como Rafael Sanzio, nunca ha existido como tal: en realidad se trata de un color ocre modificado químicamente por la erupción del volcán Vesubio en Nápoles.
Uno de los misterios que envuelven las ruinas de la ciudad de Pompeya ha sido desvelado gracias al estudio del Instituto Visual del Consejo Nacional de Investigación de Florencia (INO-CNR), al que tuvo acceso EFE, y que demuestra que la modificación del color se produjo en el año 79 d.C.
«Gracias a algunas indagaciones, hemos podido comprobar que el color característico de la zona de la Campania, al sur de Italia, es en realidad el resultado de la acción de unos gases químicos expuestos a las elevadas temperaturas que precedieron la erupción del Vesubio del año 79 d.C.», explica el responsable de la investigación, Sergio Omarini.
La teoría de que una mutación del color fuera responsable del «rojo pompeyano» ya había sido puesta sobre la mesa por otros investigadores, pero ha sido este estudio el que confirma que el color original de las paredes de las ciudades de Pompeya y Herculano pertenece a la tonalidad de los amarillos y no de los rojos, como se pensaba hasta ahora.
«Este rojo fuerte se obtenía del cinabrio, un mineral compuesto de mercurio, y del minio, con plomo y pigmentos raros y caros que se utilizaban principalmente en la pintura. O también se podía conseguir calentando el amarillo», comenta el responsable del estudio.