“Acerquémonos al que está sufriendo en los lugares donde muchas veces lo encontramos y pasamos de largo. Recordemos con cariño a aquellos que hacen de la calle su domicilio propio, al que no tiene pan para almorzar, al que ha perdido el sentido de la vida, y que matan y atracan sin pensar en las consecuencias”, sostuvo el prelado durante la eucaristía, que comenzó a las 17.35. La misa contó con una masiva presencia de los feligreses, quienes desde las 14.00 coparon las graderías del principal estadio cruceño, en un día frío en esta capital.

“Fríos y heladas bendigan al Señor, creo que tenemos que tomarla en serio esta invitación que nos hace el Profeta. En lugar de asustarnos, creo que ustedes han sabido vencer la dificultad de moverse cuando en Santa Cruz hace mucho frío, les quiero agradecer en el nombre de nuestro Dios por este signo de comunión eclesial”, indicó el prelado en el inicio de la homilía.

La tarde estuvo amenizada por coreografías alusivas a la naturaleza preparadas por alrededor de 880 estudiantes de ocho colegios evangélicos.

El Alto. En la ciudad de El Alto hubo dos celebraciones. La primera fue en el estadio Andino Cosmos 79, donde la diócesis había convocado a los fieles a las 09.30 para dar inicio a la jornada festiva con cuecas y morenadas interpretadas por jóvenes de varias unidades educativas.

Allí, con estadio repleto, a las 10.00 comenzó la misa dirigida por el obispo Jesús Juárez, en la que también hubo bailes pero, sobre todo, “mucha fe y devoción de los participantes”, manifestó Juárez.

El estadio estaba “lleno tanto en las graderías como en el césped” e incluso había gente afuera del escenario. El obispo estimó que acudieron alrededor de 12 mil personas. Al terminar la eucaristía, los asistentes formaron una procesión, cuyo paso fue acompañado por la música de dos bandas y recorrió varias villas, adornadas con arcos y altares, hasta llegar a la Catedral de El Alto alrededor de las 12.30.

Media hora antes, en la Plaza de la Cruz, el padre Sebastián Obermaier ofició un acto litúrgico que congregó a cerca de 50 fieles, según el jefe de prensa del sacerdote, Juan José Estrada. Participaron estudiantes de los colegios de convenio de Villa Adela, personal de la Fundación Cuerpo de Cristo, familias y juntas vecinales.  La peregrinación llegó a las 13.30 a la Plaza del Policía, en el barrio de Villa Adela, donde se dio por finalizada la celebración.

Peticiones a la sociedad boliviana

Terrazas

“No debemos negarle al hermano que pasa y nos pide un vaso de agua para saciar su sed, no se trata de cerrar caminos para que nadie pase, sino más bien animar a quienes todavía hoy pueden decirnos: la creación es para mantenerla”.

Juárez

“Hemos pedido a la sociedad paceña-alteña que sea acogedora, solidaria con estos hermanos que vienen tanto del norte del occidente como del oriente, a presentar a las autoridades gubernamentales algunas inquietudes que, creemos, valen la pena ser escuchadas”.

Ninguna autoridad fue a la misa de La Paz

La mañana de ayer amaneció nublada y con una fuerte sensación de frío en La Paz. El clima no impidió que, media hora antes del inicio de la misa, en la Catedral ya hubiera fieles que aguardaban el inicio de la eucaristía, prevista para las 10.00. Aunque se esperaba la llegada de algunas autoridades locales y departamentales, los asientos en primera fila que ocuparon otros años acogieron a otros fieles ante la ausencia de los representantes políticos.

La misa comenzó con unos minutos de retraso y estuvo dirigida por el arzobispo de La Paz, monseñor Edmundo Abastoflor, con el lugar lleno de creyentes. A las 11.30 se inició la procesión, cuya primera parada fue un altar en la fachada del Parlamento. La romería, encabezada por una banda de música, recorrió siete altares dispuestos entre la plaza Murillo (4) y las calles Yanacocha (1) y Comercio (2). La comitiva empleó 45 minutos en regresar a la Catedral. Durante el trayecto no dejaron de sonar las campanas.

A diferencia de años pasados, esta comitiva no estuvo acompañada por oficiales de la Policía y el Ejército.  El Arzobispo colocó a Jesús Sacramentado en cada una de las mesas, adornadas con flores, en las que los feligreses rezaron y ofrecieron cánticos.