Lo que sucedió fue que la muchacha había sido víctima de un robo de 50 bolivianos en la zona 16 de Julio, y ésta temió por la reacción de sus padres y se alejó de la ciudad caminando hasta Laja, donde desde una gasolinera llamó a un amigo de colegio para recibir ayuda. Cuando se encontraron, se fue a la casa de éste para pasar la noche y ambos inventaron el secuestro, según la Policía.
Al día siguiente, el jueves, su madre puso la denuncia en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), pero ese día apareció la muchacha con el cuento de que había sido secuestrada en una vagoneta y trasladada, supuestamente con rumbo a Perú, junto con otra niña, que habría sido capturada en Cochabamba. Ella apareció en su domicilio con los pantalones rotos.
El jefe de la División Trata y Tráfico de Personas de la FELCC, teniente Boris Loayza, dijo que la menor articuló la mentira. “Llamó a su mamá diciendo que había sido víctima de un secuestro y que estaría camino a otro país; no llegó a dormir a su casa para dar mayor credibilidad a su versión”.
Loayza explicó que ella fue presa de desesperación y miedo a sus progenitores. La menor se encuentra en su domicilio, pero será atendida por una psicóloga de la Defensoría de la Niñez.
259 desapariciones fueron escapatorias
En la División de Trata y Tráfico de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de El Alto se registraron 299 casos de menores desaparecidos en los primeros seis meses del año. De esa cantidad, 259 ya fueron esclarecidos y todos resultaron ser fugas por “problemas de conducta” en menores de 18 años, según el jefe de esta unidad policial, teniente Boris Loayza.
“De todos, el 60% se va en busca de su pareja, el 20% presenta problemas al interior de su familia y el 20% sale de su casa por necesidad. En todos estos casos no dicen nada a sus progenitores, por lo que se los da por extraviados”, agregó. La Policía presume con base en sus estadísticas que los restantes 40 casos son también producto de problemas dentro del hogar.