Copacabana vivió una fiesta peruana
En las calles se escucha a gritos ofertas de "polos con la imagen de la Virgen" o chupones para autos (adornos para colgar en los vidrios). Además, toda la oferta está valuada en soles peruanos.
El último domingo, Nelson Ramos estuvo desde las cinco de la mañana hasta la una de la tarde en una fila que iba desde la mitad del calvario hasta la cima de la montaña de Copacabana. Todo porque quería acercarse a una imagen de la patrona en la punta del cerro.
Él llegó desde Moquegua, Perú, y cómo Ramos hubo miles de visitantes que cruzaron la frontera para festejar a la patrona del Lago Titicaca. El alcalde de Copacabana, Emil Fernando Quispe, explica que desde el 28 de julio hasta el 6 de agosto unos 150 mil visitantes llegan a la urbe y que la mayoría vienen del vecino país. «Esta festividad cada vez atrae a más gente y son días en los que unimos lazos internacionales».
En las calles se escucha a gritos ofertas de «polos con la imagen de la Virgen» o chupones para autos (adornos para colgar en los vidrios). Además, toda la oferta está valuada en soles peruanos.
Por ejemplo, la noche del domingo se anunció un festival de Yariza Lizeth y el grupo Alegría, además de una actuación de Lucy Locura en el Coliseo Cerrado.
Para evitar robos y preservar el orden, hubo cerca de un centenar de policías en las calles de Copacabana. Un efectivo explicó que también se movilizaron efectivos encubiertos.
El delito ni siquiera tiene reparos con objetos sagrados. En 2011 se robaron joyas de la Virgen. Para esta gestión, el párroco guardián del Santuario, René Vargas ,afirmó que hubo una mejora en la instalación de las alarmas.
Costumbres y maltrato animal
El domingo, La Razón evidenció prácticas culturales que atentan contra los animales. Por ejemplo, un «brujo» quitaba la mala suerte restregando un quirquincho vivo en quien requiera la cura. En tanto que se usaban monos para sacar suerte «sin blanca».
Una aparente cabeza de jíbaro también tenía aparentes poderes mágicos para leer la suerte y los pobladores se llevaban una carta previamente escrita que contenía una premonición de su futuro.
En tanto que en el Calvario también hubo quienes prendían velas negras para hacer rituales «satánicos».