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Policías y forenses de Brasil repatrían cuerpos de dos linchados en Bolivia

Policías y médicos forenses de Brasil exhumaron hoy en el pueblo boliviano fronterizo de San Matías los cuerpos de los dos brasileños linchados el martes por una turba y los trasladaron a su país, informó hoy una fuente oficial.

El jefe de la Policía de San Matías, mayor Edwin Rojas, dijo a Efe, en un contacto telefónico, que una decena de agentes brasileños y forenses fue autorizada para ingresar al pueblo y exhumar los cuerpos enterrados el miércoles por orden de un fiscal.

Los restos de Rafael Max Diez, de 27 años, y Jefferson Castro Da Lima, de 22, estaban en bolsas en una fosa común en el cementerio de San Matías y, tras ser desenterrados, fueron llevados al pueblo brasileño fronterizo de Cáceres, informaron fuentes periodísticas.

Una turba los quemó vivos la noche del martes tras desalojarlos de las celdas donde estaban presos y con la custodia de una decena de policías, un fiscal y jefe militar que también resultaron agredidos.

Alrededor de cuatrocientos pobladores reaccionaron de esa forma al saber que la policía los detuvo y eran los dos supuestos autores de asesinar a tiros el lunes a tres bolivianos y causar heridas a otros dos, con quienes negociaban la venta de dos motos.

Según el mayor Rojas la situación de los policías de San Matías es muy complicada porque deben investigar el crimen, pero ellos y sus familias han sido amenazados de muerte de forma anónima.

El Gobierno de Brasil manifestó el miércoles su «repudio» al linchamiento de los dos brasileños y pidió rigor y celeridad en las investigaciones para esclarecer lo ocurrido.

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, dijo hoy al canal de televisión Red Uno que visitó el pueblo el miércoles y vio que los ánimos en la población «todavía están muy caldeados» y lo más prudente ahora es lograr «la pacificación de la zona».

Ante la demanda de Brasil de una investigación, Romero dijo que la misma debe ser completa e incluir los antecedentes de los brasileños, si contaban con una autorización para portar armas y si la venta de motos estaba relacionada con otros delitos.

Agregó que las autoridades de Bolivia están «consternadas» por lo sucedido y apoyan coordinar la investigación con sus pares de Brasil en San Matías, pueblo donde viven 12.000 personas, de las que un 70 % son bolivianos y el resto residentes brasileños.

En varias zonas del límite entre ambos países, de más de 3.000 kilómetros, hay violencia por la acción de los narcotraficantes y el comercio de automóviles robados, según reconoció el ministro.