El ministro de Defensa, Rubén Saavedra, informó que los efectivos “son desplegados de forma escalonada para que, en coordinación con la Policía, ejecuten acciones de disuasión de actos delincuenciales, además de proporcionar condiciones de orden público favorables para que se realicen las investigaciones”. La militarización de San Matías, capital de la provincia cruceña Ángel Sandóval, fue requerida la mañana de ayer por el Fiscal de Distrito de Santa Cruz.

Isabelino Gómez dio cuenta de la dimisión, por presiones y amenazas, del fiscal David Veizaga, encargado de indagar el asesinato de los bolivianos Paulino Parabá R. (33), Banderley Costas P. (27) y Édgar Suárez R. (26), abatidos por el brasileño Jefferson Castro Lima (22), quien fue quemado vivo por una turba la noche del martes junto a Rafael Max Diez (27). “Vamos a solicitar más efectivos al Comando de la Policía y enviaremos una nota a la Octava División del Ejército a fin de militarizar la zona para brindar garantías a la población”, dijo Gómez.

Nervios. “Él (Veizaga) está muy afectado y nervioso con todos estos hechos”, señaló y añadió que las presiones estaban vinculadas a la indagación del linchamiento de los dos brasileños. La pesquisa será retomada por dos fiscales enviados por Gómez a San Matías para esclarecer los dos hechos de sangre.

“Rogamos a la población darle toda la colaboración a los fiscales y que no los expongan a ningún peligro. Pido respeto para ellos, porque lo único que hacen es cumplir sus obligaciones”, declaró.

El linchamiento de Castro Lima y Max Diez, arrancados de la comisaría donde estaban aprehendidos, fue repudiado por el Gobierno de Brasil, que pidió a las autoridades bolivianas una investigación transparente de las circunstancias que rodearon el ajusticiamiento. La noche del miércoles, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, identificó a Castro Lima como el autor del asesinato de los tres bolivianos y de dejar heridos a otros dos. “Los brasileños realizaban una transacción de dos motocicletas y en ese momento se produjo una discusión”.

Apuntes sobre los hechos

-El municipio de San Matías, distante a 850 kilómetros al este de Santa Cruz, cuenta sólo con diez policías.

-La comisaría de donde fueron sacados los dos brasileños funcionaba en un ambiente alquilado que la turba  redujo a cenizas.

-La Policía no pudo evacuar a los extranjeros por falta de medios. Los diez policías fueron obligados a huir.

Forenses brasileños exhuman los cuerpos

Un equipo forense brasileño, acompañado por cuatro agentes federales de ese país, exhumó la tarde de ayer en el cementerio de San Matías, Santa Cruz, los cadáveres de Jefferson Castro Lima (22) y Rafael Max Diez (27), arrebatados de una comisaría por una turba y quemados vivos la noche del martes 14 de agosto. Ambos estaban presos por el asesinato a tiros de tres bolivianos durante una discusión y, según el Gobierno, su presencia en Bolivia era ilegal.

La exhumación se efectuó en presencia de un fiscal boliviano. Los policías extranjeros, que pertenecen al Grupo Especial de Seguridad Fronteriza, se llevaron los cuerpos a la transfronteriza localidad brasileña de San Luis de Cáceres.

Los restos de Castro Lima y Max Diez habían sido enterrados en una fosa común, en el cementerio de esa región,  la mañana del miércoles. Sus familiares pidieron la repatriación para que sean sepultados en su natal Cuiabá. La Cancillería de Brasil pidió a su embajada en Bolivia gestionar la visita de agentes consulares y policías a San Matías para “recoger informaciones sobre el incidente, estar atentos al inicio de las diligencias policiales y prestar asistencia a las familias de ambas víctimas”.

Un pueblo considerado ‘zona roja’ del crimen

San Matías, capital de la provincia Ángel Sandóval, fronteriza con Brasil, está catalogada como una “zona roja” del narcotráfico y el crimen organizado debido a la escasa presencia estatal. En el lugar sólo hay diez policías para resguardar la seguridad de sus poco más de 14.720 habitantes. El 21 de enero de este año, una banda de sicarios, integrada por 18 personas, la mayoría brasileñas, buscadas por asesinato, fue capturada en San Matías.

El 18 de enero, el brasileño Rodrigo Mejía de Campos Real, de 18 años, murió acribillado en un cementerio, a cinco kilómetros de la localidad. La víctima había estado presa por robo de motos y narcotráfico. El 20 de enero, el mototaxista Luis Antonio Bazán Parabá, de 18 años, fue encontrado semienterrado en una propiedad vecina.  El 21 de febrero, un ajuste de cuentas terminó con la vida de Maicol Vargas Cabrera (21) y Einar Pranza Parada (25).