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‘Escogieron el primer diseño, era el que tenía más fuerza’

Los diseñadores Érika Aliaga y Jean-François García, propietarios de la boutique Raza de Bronce (www.raza-de-bronce.com), son los creadores del vestido que Claudia Fernández usó en la ceremonia en Tiwanaku, para casarse con Álvaro García Linera. El concepto y el proceso de diseño del traje, elegido de un conjunto de bocetos que fueron presentados ante los novios, son explicados por Jean-François García.

— ¿Cómo es que Raza de Bronce llegó a diseñar el vestido que usó la novia en la ceremonia andina ancestral de Tiwanaku?

— La decisión de Claudia Fernández y del vicepresidente Álvaro García Linera de celebrar su unión en Tiwanaku tenía una significación muy especial para ellos. El simbolismo histórico de aquel lugar imponía que se respetasen ciertas tradiciones y, por lo tanto, no se podía diseñar un vestido según códigos culturales más contemporáneos.  El concepto de Raza de Bronce, de presentar diseños con mezclas sutiles de aguayos antiguos y de alpaca bebé, fue lo que llamó la atención de la pareja.

— ¿Cómo fue el primer encuentro con el Vicepresidente y su ahora esposa?, ¿de qué hablaron?

— Fue un encuentro improvisado en un momento en que se encontró algo de tiempo libre en la agenda del Vicepresidente. Tuvo lugar en el Palacio de Gobierno, a mediados de julio.  Se nos explicó el concepto del acontecimiento que se iba a realizar en Tiwanaku y conversamos sobre las exigencias de indumentaria para dar un marco general a nuestro trabajo.  Acordamos tomar las bodas de las reinas incas como referencia histórica para el diseño.

— ¿Cuánto tiempo dispusieron para diseñar el vestido?

— Muy poco. Las referencias históricas que mencionamos implicaban utilizar trabajos finos y artesanales en ciertas partes del diseño y eso siempre requiere de tiempo y mano de obra.  La fecha del casamiento estaba ya definida para el 8 de septiembre. Así que un nuevo encuentro tuvo lugar una semana después del primero, un domingo por la noche, en nuestra boutique Raza de Bronce, de San Miguel.  Para esa reunión ya habíamos adelantado varios bocetos, así que pudimos presentar una variedad de propuestas a los novios.

— ¿Cómo fue escogido el diseño definitivo para Tiwanaku?

— El Vicepresidente y Claudia tuvieron varios bocetos para ver, pero siempre con la misma esencia en cuanto a las líneas y el diseño. La propuesta básica era el de un vestido blanco largo, adornado con una faja con motivos incas multicolores, complementado por una capa prendida por delante con un topo. Ellos escogieron el primer diseño que les presentamos, seguramente porque, debido a su simplicidad, era el que tenía más fuerza.

— ¿Cómo es el vestido, según los ojos de un diseñador?

— Es un diseño con el espíritu de Raza de Bronce: vestido minimalista, blanco, largo. La alpaca bebé proporciona una identidad andina intrínseca, con una textura que  lo distingue de un vestido de novia clásico. Reforzamos esa identidad con la faja de aguayo multicolor de motivos incas, para destacar la cintura con un juego de contraste. Dos cintas de aguayo subrayan el vestido en la parte baja, acentuando el largo.  Ampliamos el largo por las aberturas que nacen a la altura de la cadera, dando un efecto de movimiento sin quitar la elegancia, gracias a un cruce entre las piezas delanteras y traseras.

Por último, la capa complementa y da impacto al vestido. Lleva un corte especial para mantenerse siempre en los hombros. Su caída es recta para destacar la dinámica de conjunto. En la parte delantera, la abertura permite lucir el detalle de la faja y dar amplitud de movimientos. Un pequeño cuello parado en media luna da el toque final,     realzando el diseño de la capa y la complementariedad de aquélla con el vestido.

— ¿Cuál es su conclusión de esta experiencia?

— En Raza de Bronce nos sentimos orgullosos por los comentarios que nos han llegado.