Un anciano falleció tras recibir maltratos en un geriátrico ilegal
Cochabamba. Su familia lo abandonó en un asilo que no tenía autorización
A sus 77 años, Erlin Lara, un ingeniero jubilado que se había casado cuatro veces, fue internado en un geriátrico, donde recibió maltratos, fue dopado y golpeado, perdió un diente y le fracturaron una costilla. A los cuatro días de haber sido rescatado, perdió la vida.
El caso es producto del abandono de personas mayores en centros ilegales y de la falta de control de parte de las autoridades.
El martirio de la víctima comenzó cuando sus familiares, la última esposa e hijos, decidieron internarlo en el centro geriátrico Los Ángeles, ubicado en la zona Pacata Alta, de Cochabamba, a principios de agosto.
En el mes y medio que estuvo recibió malos tratos y golpes. En una visita, sus hijas, de otro matrimonio, advirtieron que su papá estaba demacrado y presentaba contusiones.
De inmediato lo retiraron del centro y lo trasladaron a la clínica Boliviano Americana, el 17 de septiembre. El médico que lo atendió refirió deshidratación, desnutrición y lesiones equimóticas en el cuerpo. “Había perdido un diente, producto de los golpes; tenía contusiones en el rostro, oído y una costilla fracturada; lo que le provocó una hemorragia interna”, denunció ante La Razón la hija del adulto mayor Carmiña Lara.
Cuatro días después del rescate, el hombre falleció. El diagnóstico fue traumatismo craneoencefálico, edema cerebral y falla multiorgánica. “Nos dijeron que tuvo un paro cardiorrespiratorio irreversible, sangrado del tubo digestivo, pancitopenia, desnutrición, fractura costal y síndrome del anciano maltratado”, refirió la familiar.
Jubilado como ingeniero químico, don Erlin se casó en cuatro oportunidades. Su última esposa y sus hijos lo internaron en un asilo privado, pero las hijas de matrimonios anteriores y sus sobrinas no podían visitarlo.
Romaneth Arandia Lara, sobrina del anciano, contó que en reiteradas oportunidades intentó verlo. “Doña Sonia (la propietaria del geriátrico) me decía que no podía, que estaba durmiendo, que estaba violento y en una etapa de adaptación”, contó.
Durante semanas trató de verificar el estado de su tío. “La señora (la propietaria) se molestó, pidió que se llamara antes de visitarlo. Dijo que no podía recibir visitas y me echó. Llamé por teléfono, pero me comunicó que, por autorización expresa de su esposa, nadie de la familia podía verlo”.
Cuando al fin pudo verlo, el anciano le indicó que recibía maltratos, “Me contó que la mujer (Chávez) lo golpeaba cuando no quería comer. ‘No tengo perro’, le decía ella, ‘o comes o comes’, y lo golpeaba con un palo”, relató la sobrina. “‘Últimamente me ha dado un golpe tan fuerte que he sentido cómo mi cerebro se ha juntado con mi sangre’, dijo mi tío”, recordó Arandia.
Cuando lo rescataron, ya era tarde. Tras el deceso, los familiares denunciaron el maltrato ante instancias policiales y del Ministerio Público, pero la propietaria del centro no fue detenida y desapareció. Sólo se procedió a la clausura del lugar, por no tener autorización. “La mujer sigue libre, no la encuentran”. Los vecinos alertaron que poco a poco sacó sus pertenencias de la vivienda donde funcionaba el asilo. Consultados, dijeron que en la casa escuchaban gritos, luego silencio total y una vez vieron salir un ataúd de madrugada.
En 2050 habrá más ancianos
INFORME
En el país, actualmente el 7,3% de la población son personas mayores de 60 años; sin embargo, en 2050 la cifra aumentará al 15%, según
Age Watch Helpage International, una organización no gubernamental que promueve los derechos de los mayores. Ahora, la esperanza de vida en el país es de 68 años, según sus datos. En relación a este tema, hoy el Fondo de Población de Naciones Unidas y HelpAge Internacional lanzarán el informe mundial Envejecimiento en el Siglo XXI: una Celebración y un Desafío, ya que cada 1 de octubre se recuerda el Día Internacional del Adulto Mayor.
La propietaria está desaparecida
El centro no contaba con autorización ni personal calificado
Sonia Chávez Zambrana es la propietaria y administradora del geriátrico Los Ángeles, pero está desaparecida y se cree que escapó. El Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) solicitó su aprehensión, bajo la acusación de ocasionar lesiones graves seguidas de muerte.
Fernando Arce, asesor legal del Servicio de Protección al Adulto Mayor del Sedeges, señaló que el asilo fue clausurado el 20 de septiembre, por tratar ilegalmente a tres adultos mayores, dos varones y una mujer. La muerte de Lara agravó la causa.
“Debido a que éste es un delito de acción pública, se ha denunciado a la propietaria por agresiones graves. Con el deceso del señor, la figura se convierte en agresión seguida de muerte y hay varios atenuantes, el ejercicio ilegal de la medicina; el centro no contaba con la autorización, no tenía personal calificado ni las condiciones físicas”, explicó.
Hernán Rico, director del Sedeges, informó que se verificó la inexistencia de personal calificado para el cuidado de los adultos mayores. “Sólo una persona los atendía y desconocemos si es profesional. Además, la infraestructura era inadecuada, es una vivienda, no había equipamiento necesario”, dijo.
Asimismo, denunció que, por desconocimiento sobre el cuidado de adultos mayores, en el centro los dopaban y golpeaban para obligarlos a comer. “Los ancianos eran maltratados. Estamos esperando la notificación, pero la fiscal asignada, Claudia Mansilla, no ha respondido”.
En tanto, la viceministra de Defensa del Consumidor, Sonia Brito, declaró a La Razón que la legislación actual para normar los centros de acogida a personas de la tercera edad está muy dispersa, pero que desde los gobiernos departamentales y el Ministerio de Justicia “se realizan los esfuerzos para elaborar normas de protección a los ancianos y para el funcionamiento de los geriátricos”.