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Representantes nacionales piden mayor apoyo

Los cuatro representantes bolivianos en la Olimpiada Matemática Iberoamericana coincidieron en que el esfuerzo personal compensa la diferencia de nivel que se tiene con otros países. No obstante, demandan mayor apoyo para las tutorías. La primera jornada de la XXVII Olimpiada Iberoamericana Matemática se realizó ayer en Vinto, en la Casa de Retiro de la Pastoral Juvenil de la Iglesia Católica, con la participación de 76 representantes de 19 países, entre ellos el anfitrión.

En el evento, la delegación boliviana rindió la primera prueba, que consistió en resolver tres problemas matemáticos. Édgar Triveño (16 años), de Oruro; Jorge Fernández (17) y Erick Minaya  (18), de La Paz; y Patricia Rejas (16), de Chuquisaca, fueron seleccionados por la Olimpiada Boliviana de Matemática.

Según los participantes, los primeros problemas planteados fueron “muy complicados”. “La tercera pregunta me tomó casi cuatro horas”, contó Triveño, bachiller del colegio Alemán y que ahora radica en Cochabamba, donde cursa, gracias a una beca, el primer año de la carrera de Ingeniería Electrónica, en la Universidad Privada Boliviana.

El joven ya tiene experiencia, participó en la Olimpiada Mundial de 2011, en Amsterdam; y hace dos años en la Olimpiada Cono Sur, en Brasil . “Ser el mejor en matemáticas es una responsabilidad, porque uno no puede quedarse con el conocimiento que tiene. Además es un reto, ya que uno no termina de aprender”, manifestó.

Para Jorge Fernández, estudiante de la Unidad Educativa Sagrados Corazones, las preguntas tenían un alto nivel de dificultad. “La más complicada fue la tercera, no podía acabar y el tiempo pasaba”, recordó. En su criterio, falta mejorar el nivel de Bolivia, porque no hay el suficiente apoyo. “La preparación no es suficiente para participar en estos eventos internacionales, el nivel es mucho más alto que en nuestro país. Siento que no estamos bien capacitados, se requiere esfuerzo y apoyo”, dijo.

Tutorías. Patricia Rejas, la única mujer del grupo, es estudiante del colegio Montessori, de Sucre, y participó el pasado año de la Olimpiada Cono Sur. “Dedicación y perseverancia”, son sus consejos para los estudiantes que no tienen apoyo. “Que no se frustren si no hay alguien que los prepare, hay muchos que se preparan solos”, dijo ante la falta de recursos para tener tutores.

Es el caso de Erick Minaya, quien salió bachiller del colegio San Antonio de La Paz y ahora estudia Ingeniería Mecatrónica en la Universidad Católica Boliviana. “Me he preparado casi cuatro meses para este evento, al principio tuve ayuda, pero luego tuve que valerme por mí mismo. El apoyo y tutoría son pobres en Bolivia”, acotó.