Sociedad

Thursday 23 May 2024 | Actualizado a 12:37 PM

Maltrato y falta de comunicación causan fuga y deserción escolar

En este año, 22 adolescentes dejaron el colegio porque se aplazaron. Los especialistas señalan que esto es una consecuencia de la falta de comunicación y maltrato en el hogar

/ 15 de diciembre de 2012 / 06:03

La falta de comunicación y las agresiones físicas y psicológicas en el interior de las familias son las causas fundamentales para que algunos adolescentes que reprueban el año escolar huyan de sus hogares. En lo que va del año, la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de El Alto ha registrado 220 casos de abandono de hogar por parte de adolescentes, de los cuales el 10%, es decir 22, se refieren a menores de edad que huyeron de sus casas debido a que reprobaron el año escolar.

Para los expertos consultados por La Razón, el hecho de que existan aplazos, bajo las condiciones actuales, es decir que los escolares con bajas notas van a cursos de reforzamiento, significa que hay un “gran problema familiar”. Es un síntoma de que algo de su entorno está afectando el accionar del adolescente.

Los casos de los estudiantes de entre 12 y 17 años que escapan de su casa luego de haber obtenido malas notas en  el colegio, se presentan generalmente entre octubre y diciembre, porque es cuando se conocen las calificaciones finales.

Según los psicólogos, el hecho de que los adolescentes se aplacen en los primeros meses debe llamar la atención mucho más. “Generalmente los aplazos se conocen a fin de año, quiere decir que los estudiantes ponen de su parte para poder salir adelante, pero no lo logran”, explicó el psicólogo Ariel Ramírez, de la Fundación Munasim Kullakita.

Para Roberto Cartagena, profesor de Lenguaje de El Alto, no todos los problemas se originan en casa, pues también influye el entorno en el que se desenvuelven los menores, es decir los grupos de amigos de colegio y de barrio, a los que hay que incluir los familiares cercanos y vecinos.

“Es una cadena. Un muchacho o muchacha, a los que catalogamos de malos, tienen problemas en casa u otro lugar e influyen en otros, y éstos en terceros”.  La Razón conversó con cuatro adolescentes que huyeron de sus viviendas tras obtener bajas calificaciones o por problemas de violencia y desintegración familiar que también derivaron en aplazos.

Magaly conoció a amigas que la impulsaron a integrar una pandilla, en la que buscó la atención que sus padres no le daban. Pero el costo fue muy alto, pues allí la maltrataron y violaron. Luego se alejó y sus padres, en vez de conversar con ella, la golpearon e insultaron. De modo que sus notas comenzaron a caer y perdió el año.

Otro caso es el de Franklin, quien fue echado de su hogar porque un día defendió a su madre, quien era golpeada por su padre, como lo hacía continuamente. Dijo que esa vez pensó que la iba a matar y reaccionó para defenderla, sin embargo, su padre lo tomó como una ofensa y lo echó de la casa.  Por eso dejó el colegio.

Ana huyó de su casa cuando supo que estaba aplazada, ya que temía ser golpeada por su padrastro, pues él era muy agresivo con ella y su madre no la defendía.  Finalmente, La Razón dialogó con Jessica, que huyó de su casa a los 16 años y medio, y dejó sus estudios debido a que su padre se tornó violento después de la muerte de su madre. Ella se refugió en casa de su tío, pero allí fue violada.

Ramírez comenta que los padres agresivos provocan temor en los adolescentes. “Reaccionan de manera negativa cuando sus hijos fallan, no conversan sobre posibles soluciones. Entonces estos chicos piensan que serán maltratados u ofendidos y eso provoca que huyan de sus casas”. Andrés Lima, psicólogo en una unidad educativa, advirtió que el resultado final es que se convierten en menores en situación de calle.

Padres no asumen su culpa

Error

El psicólogo Ariel Ramírez, de la Fundación Munasim Kullakita, afirmó que los padres de hijos que huyeron de sus casas no entienden que el problema comenzó en ellos mismos. De lo contrario, éstos  culpan a sus hijos por haber provocado vergüenza y escándalo en la familia. Además  los catalogan de delincuentes y desobedientes.

Ana, 16 años Su mamá le quitó la atención para dársela a su nueva pareja

Ana y su madre vivían solas hasta que ella cumplió 15 años, pero ese año su progenitora consiguió una nueva pareja sentimental, quien resultó ser un hombre agresivo que terminó golpeando a la adolescente sin motivo aparente. “Este año cumplí 16. Estaba yendo al colegio hasta el primer trimestre, todo era normal, pero mi mamá se conoció con ese señor que ahora es mi padrastro. Él, cuando se enojaba o llegaba de mal humor de su trabajo, se desquitaba conmigo o con mi madre”.

“Un día le reclamé a mi mamá sobre esta situación, ya que había que soportar demasiada violencia en contra nuestra, pero ella no me hizo caso, también se enojó y me dijo que era irrespetuosa”.

“Creo que esto afectó mucho mi conducta y mi desempeño en el colegio, pues comencé a bajar mis calificaciones. Por eso me animé a pedir ayuda en el colegio y le conté todo al director, quien no me negó nada; pese a ello, mis notas bajaron mucho y perdí el año”.

“Antes de enterarme de que había terminado mal en el colegio, una de mis amigas me dijo un día que vayamos a tomar, allí conocí a un muchacho que era muy atento conmigo, frecuentábamos constantemente discotecas y bares, incluso me quedaba a dormir en algún lugar con él. Entonces había días en los que ya no iba a clases y me dedicaba a pasear por las calles”.

“Como sabía que iba a salir aplazada, decidí escapar de casa porque mi padrastro me iba a golpear. Mi mamá, en vez de apoyarme, me denunció junto con mi padrastro ante el director. Dijo que era una borracha y que usaba drogas, pero no hablaron de sus agresiones”.

Franklin, 17 años. Dejé el colegio para que no sepan la verdad

Franklin, desde sus ocho años, y su madre eran agredidos por su padre, quien se encontraba permanentemente en estado de ebriedad.  “Un día vi cómo golpeaba a mi madre. Intervine porque pensé que la podía matar, yo tenía 15 años. Pero eso fue tomado como una insolencia mía y fui golpeado también. Luego mi papá me echó de la casa y mi mamá, quizás por temor a más abusos, no dijo nada. A ella no la culpo, es una víctima más”.

“A pesar de toda esta situación, me iba muy bien en el colegio, sacaba buenas notas gracias al apoyo que me daba mi mamá. Pero una vez en la calle, no me quedé atrás y continué en el colegio porque mi madre me dijo que esto era muy importante”.

“Sin embargo, ya no tenía el apoyo económico de mis padres. Hablé con el director para que me ayude y me extendió la mano, pero mi papá fue al colegio a interrumpir mis clases y provocó que no me reciban porque arguyó que era un vicioso y que me escapé de casa”. “Perdí el año. Dejé el colegio porque no quería que mis compañeros se den cuenta de lo que estaba pasando en mi casa, ya que había mucho hostigamiento por parte de mi padre en ese sentido”.

“Ahora estoy viviendo en la calle, pero mi madre me inculcó valores que no voy a dejar, seguiré trabajando y trataré de salir adelante. Quiero terminar el colegio y tener una profesión con la que me pueda defender en la vida, que es injusta porque hay gente injusta. Voceo en los minibuses  y no me da vergüenza”.

Magaly, 16 años. Integré una pandilla en la que me violaron; les dije a mis padres, pero me culparon

A Magaly le hacía falta la atención y comunicación de sus padres, y buscó esto en otros lugares en los que resultó muy afectada. “No voy a negar que mis papás me daban muchas cosas, me compraban lo que yo quería o necesitaba, pero había días en los que quería conversar sobre problemas, cosas que me pasaban en el colegio y en el barrio, pero nunca tuvieron tiempo para sentarse y hablar de ello. Llegaban del  trabajo y se dormían”. “Una amiga me llevó para que sea parte de un grupo. En un inicio, me pareció muy divertido y al ser nueva me prestaban mucha atención, me hablaban de muchas cosas y se interesaban en mí o por lo menos eso parecía”.

“Pero un día pasó algo terrible, me violaron. Es difícil decirlo (hay silencio por uno segundos, llora y continúa), si tengo el valor de decirlo ahora es porque no quiero que otras mujeres pasen esto y que exista más comunicación en la casa”.

“Les avisé a mis papás de lo sucedido y me culparon,   de paso me golpearon. Fueron al colegio e hicieron un lío grande. Ya no quería ir al colegio, pues mi amiga me amenazó de muerte por haberle avisado a mis papás de lo sucedido”. “Dejé de ir al colegio y me aplacé, pero aun con esta experiencia mis padres ahora no hablan mucho conmigo”. 

Jessica 21 años. Asumí el rol de mi madre y dejé de ir a clases para ayudar a mis tres hermanos

Desde sus 15 años, Jessica tuvo que velar por sus tres hermanos menores porque murió su mamá. Luego dejó el colegio por el peso de la responsabilidad y por las agresiones de su padre.  “Creo que hasta mis 14 años la vida nos ha sonreído. Mi papá era muy bueno, mi mamá estaba siempre con nosotros en las buenas y en las malas, pero cuando yo tenía 15 años ella murió, ahí empezó el cambio”.

“Mi papá comenzó a tomar seguido, se convirtió en una persona agresiva y nos pegaba. Mientras, yo tuve que asumir el rol de mi mamá frente a mis hermanos, tengo tres que aún están yendo al colegio”.

“Las agresiones en casa cada vez eran más violentas, por lo que pedimos ayuda a uno de mis tíos, quien nos recibió amablemente, cuando tenía 16 y medio”. “Al principio parecía que entendía nuestra situación, pero ya después fui descubriendo cuáles eran sus intenciones; mi tío me violó y me dijo que me queje a mi papá, sabiendo que a él no le interesaba”.

“Esto me afectó mucho. Descuidé a mis hermanos porque me fui de esa casa queriendo escapar de todo. Tenía miedo de mi tío”. “Ahora estoy embarazada de cinco meses producto de otra violación”. “Nunca debí dejar el colegio, creo que allí pude haber aprendido más cosas que podrían haberme ayudado. Voy a rescatar a mis hermanos de un hogar transitorio”. 

Comparte y opina:

El boleto inteligente abarata el transbordo en el teleférico

El ticket no debe ser mojado, estrujado, doblado o raspado, ya que el dispositivo no reconocerá el código de respuesta rápida y el pasajero no podrá recuperar la suma invertida.

/ 12 de junio de 2018 / 14:49

Mi Teleférico lanzó ayer el Boleto Inteligente (BI), que permite a sus usuarios que no tienen tarjeta beneficiarse también con la rebaja por el uso de más de una línea. El ticket tiene un código QR (respuesta rápida) que registra las interconexiones pagadas.

El BI tiene validez de un día y el o los pasajeros no podrán superar un tiempo de transbordo “x”, que no está establecido. El código QR será reconocido por el lector de los molinetes.

El usuario debe informar sobre su destino y la cantidad de personas al llegar a las cajas. El vendedor calcula cuánto tiene que abonar y le entrega la factura y el BI.

En cada transbordo, el pasajero tiene que acercar el código QR al lector del molinete; una vez que llegue a su destino, el boleto ya no tendrá validez, explicó César Dockweiler, gerente general de la empresa Estatal de Transporte por Cable Mi Teleférico,

El ticket no debe ser mojado, estrujado, doblado o raspado, ya que el dispositivo no reconocerá el código de respuesta rápida y el pasajero no podrá recuperar la suma invertida.

Por un recorrido en la primera línea pagará Bs 3 y Bs 2 en cada transbordo. Hasta antes de ayer accedían a este descuento solo los usuarios que utilizan tarjeta y que ascendían a fines de febrero a 600.000. “Si una persona quiere ir de Irpavi (Macrodistrito Sur de La Paz) a Río Seco en El Alto usará las líneas Verde, Celeste, Blanca, Naranja, Roja y Azul, solo el primer pase (trazo Verde) le costará Bs 3; por cada interconexión con las otras cinco será de Bs 2”, explicó el directivo.

Todo el trayecto le costará solamente Bs 13; antes hubiera tenido que abonar Bs 18.

Dockweiler aclaró que el pasaje tiene que ser usado en el día  —no se lo puede guardar para otra jornada—, y en un tiempo determinado, por lo que la misma persona que va a Río Seco, por ejemplo, no podrá hacer una escala para ir a comprar a la Uyustus y retomar su viaje en la Línea Roja.

“Si alguien va en familia, puede solicitar este boleto e informar la cantidad de personas que usarán el servicio y el destino al que pretenden llegar”, recalcó.

Para evitar errores y difundir las ventajas de adquirir el BI y la forma de usarlo, brigadas de 26 jóvenes se desplazarán por las estaciones de las diferentes líneas.

Indicaciones

  1. Caja. En caja deberá indicar. El destino al que quiere llegar y si viaja solo o la cantidad de personas que lo acompañan.
  2. Corrido. No puede desviarse, hay un tiempo limitado de viaje hasta llegar a su destino final y   el BI no es válido pasado ese tiempo.
  3. Excepción. En casos en los que haya largas filas, el tiempo de llegada se extenderá automáticamente.

Comparte y opina:

El boleto inteligente abarata el transbordo en el teleférico

El ticket no debe ser mojado, estrujado, doblado o raspado, ya que el dispositivo no reconocerá el código de respuesta rápida y el pasajero no podrá recuperar la suma invertida.

/ 12 de junio de 2018 / 14:49

Mi Teleférico lanzó ayer el Boleto Inteligente (BI), que permite a sus usuarios que no tienen tarjeta beneficiarse también con la rebaja por el uso de más de una línea. El ticket tiene un código QR (respuesta rápida) que registra las interconexiones pagadas.

El BI tiene validez de un día y el o los pasajeros no podrán superar un tiempo de transbordo “x”, que no está establecido. El código QR será reconocido por el lector de los molinetes.

El usuario debe informar sobre su destino y la cantidad de personas al llegar a las cajas. El vendedor calcula cuánto tiene que abonar y le entrega la factura y el BI.

En cada transbordo, el pasajero tiene que acercar el código QR al lector del molinete; una vez que llegue a su destino, el boleto ya no tendrá validez, explicó César Dockweiler, gerente general de la empresa Estatal de Transporte por Cable Mi Teleférico,

El ticket no debe ser mojado, estrujado, doblado o raspado, ya que el dispositivo no reconocerá el código de respuesta rápida y el pasajero no podrá recuperar la suma invertida.

Por un recorrido en la primera línea pagará Bs 3 y Bs 2 en cada transbordo. Hasta antes de ayer accedían a este descuento solo los usuarios que utilizan tarjeta y que ascendían a fines de febrero a 600.000. “Si una persona quiere ir de Irpavi (Macrodistrito Sur de La Paz) a Río Seco en El Alto usará las líneas Verde, Celeste, Blanca, Naranja, Roja y Azul, solo el primer pase (trazo Verde) le costará Bs 3; por cada interconexión con las otras cinco será de Bs 2”, explicó el directivo.

Todo el trayecto le costará solamente Bs 13; antes hubiera tenido que abonar Bs 18.

Dockweiler aclaró que el pasaje tiene que ser usado en el día  —no se lo puede guardar para otra jornada—, y en un tiempo determinado, por lo que la misma persona que va a Río Seco, por ejemplo, no podrá hacer una escala para ir a comprar a la Uyustus y retomar su viaje en la Línea Roja.

“Si alguien va en familia, puede solicitar este boleto e informar la cantidad de personas que usarán el servicio y el destino al que pretenden llegar”, recalcó.

Para evitar errores y difundir las ventajas de adquirir el BI y la forma de usarlo, brigadas de 26 jóvenes se desplazarán por las estaciones de las diferentes líneas.

Indicaciones

  1. Caja. En caja deberá indicar. El destino al que quiere llegar y si viaja solo o la cantidad de personas que lo acompañan.
  2. Corrido. No puede desviarse, hay un tiempo limitado de viaje hasta llegar a su destino final y   el BI no es válido pasado ese tiempo.
  3. Excepción. En casos en los que haya largas filas, el tiempo de llegada se extenderá automáticamente.

Comparte y opina:

Heridas que no sanan; violaciones en el hogar

La mejor forma de prevenir es la información y comunicación. “Pero es difícil tomar algún recaudo del entorno, ¿dónde uno se siente más seguro?, es en la familia, con los padres”, sostuvo Núñez.

/ 10 de junio de 2018 / 19:42

De enero a fines de mayo, 271 menores de edad fueron víctimas de violación, dentro y fuera del hogar en Bolivia, según la Policía; en al menos 15 casos, madres o abuelas fueron cómplices o encubridoras, y al menos en tres, participaron de los vejámenes.

¿Qué pasa en la cabeza de estas mujeres? y ¿qué mecanismos de prevención deberían activarse en estos casos? Estas dos preguntas fueron planteadas a las psicólogas María Inés Villanueva y María Teresa Núñez, y al director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV), coronel Erick Millares.

Una mujer se convierte en cómplice, coincidieron los expertos, por varios factores: miedo, dependencia emocional y económica del agresor, el ejercicio de la violencia y amenazas o una desviación por motivos que deben ser estudiados (madres que formaron “tríos” , por ejemplo).

Según Villanueva, las madres saben que el agresor es violento, lo que les genera miedo, creen que su pareja nunca haría algo así o temen las consecuencias sociales y familiares, el rechazo y repudio a ella y a toda su familia.

Otro aspecto es que la mujer considera a su hija como una rival. “Cree, que ella es la amante de su pareja, y hace de cuenta que no pasó nada, en el fondo es un conflicto emocional interno y perverso”, sostuvo Villanueva.

Núñez apuntó que hay mujeres que vienen de familias violentas, donde pudieron ser víctimas del mismo delito o de otro tipo de maltrato por sus hermanos, tíos, padres e incluso su misma progenitora. “Hay mujeres que salen a trabajar, piden al padre, a los hermanos mayores, a los primos o tíos de la víctima que ayude a cuidarlos y ocurre lo peor”.

Encuentre la información completa en la edición impresa de La Razón. (10/06/2018)

Comparte y opina:

Heridas que no sanan; violaciones en el hogar

La mejor forma de prevenir es la información y comunicación. “Pero es difícil tomar algún recaudo del entorno, ¿dónde uno se siente más seguro?, es en la familia, con los padres”, sostuvo Núñez.

/ 10 de junio de 2018 / 19:42

De enero a fines de mayo, 271 menores de edad fueron víctimas de violación, dentro y fuera del hogar en Bolivia, según la Policía; en al menos 15 casos, madres o abuelas fueron cómplices o encubridoras, y al menos en tres, participaron de los vejámenes.

¿Qué pasa en la cabeza de estas mujeres? y ¿qué mecanismos de prevención deberían activarse en estos casos? Estas dos preguntas fueron planteadas a las psicólogas María Inés Villanueva y María Teresa Núñez, y al director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV), coronel Erick Millares.

Una mujer se convierte en cómplice, coincidieron los expertos, por varios factores: miedo, dependencia emocional y económica del agresor, el ejercicio de la violencia y amenazas o una desviación por motivos que deben ser estudiados (madres que formaron “tríos” , por ejemplo).

Según Villanueva, las madres saben que el agresor es violento, lo que les genera miedo, creen que su pareja nunca haría algo así o temen las consecuencias sociales y familiares, el rechazo y repudio a ella y a toda su familia.

Otro aspecto es que la mujer considera a su hija como una rival. “Cree, que ella es la amante de su pareja, y hace de cuenta que no pasó nada, en el fondo es un conflicto emocional interno y perverso”, sostuvo Villanueva.

Núñez apuntó que hay mujeres que vienen de familias violentas, donde pudieron ser víctimas del mismo delito o de otro tipo de maltrato por sus hermanos, tíos, padres e incluso su misma progenitora. “Hay mujeres que salen a trabajar, piden al padre, a los hermanos mayores, a los primos o tíos de la víctima que ayude a cuidarlos y ocurre lo peor”.

Encuentre la información completa en la edición impresa de La Razón. (10/06/2018)

Comparte y opina:

Diálogo deja a mesa técnica ver viabilidad de modificar la Ley 195 para atender pedido de la UPEA

Los representantes del Gobierno, Legislativo y del Universidad Pública de El Alto (UPEA) sostuvieron este sábado un diálogo que fue declarado en cuarto intermedio hasta contar con el resultado del trabajo de la mesa técnica

/ 9 de junio de 2018 / 22:36

Fueron un poco más de siete horas ininterrumpidas de conversaciones entre autoridades del Gobierno, Legislativo y representantes de la Universidad Pública de El Alto (UPEA). Decidieron dejar a una comisión técnica el análisis de la viabilidad o no de modificar la Ley 195 de asignación de recursos de coparticipación tributaria, principal demanda de los universitarios.

La mesa técnica, que estará formada por personal del Ministerio de Economía y de la casa de estudios superiores, se reunirá a las 08.00 de este domingo. El presidente del Senado, José Alberto Gonzales, informó del acuerdo y que las conversaciones estuvieron centradas, justamente en garantizar las actividades académicas.

Instalaciones de la Vicepresidencia del Estado fueron escenario del encuentro acordado el viernes tras semanas de movilizaciones y piquetes de huelga de hambre. En una de esas movilizaciones, el 24 de mayo, perdió la vida el universitario Jonathan Quispe como resultado de un impacto de canica disparada, según la Fiscalía, por un uniformado parte del operativo de represión.

La principal demanda es modificar la Ley 195 para que se les asigne un mayor porcentaje de los recursos de coparticipación tributaria como una solución de fondo de tal manera de evitar que cada año deban iniciar protestas por un presupuestario extraordinario. El Gobierno, a diferencia del pasado, ahora expresó su disposición a discutir la viabilidad de la demanda.

“Hemos avanzado positivamente, estamos revisando el tema vinculado al presupuesto y lo que ellos piden es la modificación a la Ley 195, nosotros también ya les hemos dado nuestra postura. Nuestro desafío es garantizar los recursos a la UPEA para que pueda trabajar con absoluta normalidad”,  aseguró Gonzales en una conferencia de prensa.

Gonzales compareció ante los medios de comunicación con el rector de la UPEA, Ricardo Nogales, y el resto de delegados de la UPEA.

“Hubo un acercamiento entre el Gobierno y la UPEA, estamos analizando si se puede o no modificar la ley, y hemos ratificado las resoluciones de la asamblea Docente- estudiantil. Una vez que concluya la mesa técnica nos reuniremos para firmar los acuerdos”, explicó Nogales en las escalinatas de la Vicepresidente del Estado, donde se hizo la conferencia.

Hasta el jueves el Gobierno daba por descartada la modificación de los porcentajes de asignación definidos en Ley 195 por su complejidad y porque implicaría necesariamente restarle recursos a otros sectores. El rector de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Waldo Albarracín, expresó su desacuerdo con un posible ajuste en los porcentajes de redistribución.

Una vez que concluya el trabajo técnico, la comisión en pleno volverá a ser convocada para analizar el trabajo y de darse suscribir un acuerdo, en el que participaría el presidente Evo Morales de acuerdo al compromiso del Ejecutivo.

Comparte y opina:

Últimas Noticias