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Fejuve y Fedepaf denuncian falta de refacción de colegios

La Federación de Padres de Familia (Fedepaf) y la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El Alto denunciaron que la Alcaldía no refaccionó, a un mes del inicio de las clases, las 277 unidades educativas de la ciudad. La municipalidad asegura que ya entregó vidrios y pintura.

El presidente de Fedepaf, Ismael Vargas, aseguró que hasta la fecha no se efectuaron trabajos de mejoramiento en las infraestructuras educativas. Dijo, resignado, que como todos los años serán los padres de familia quienes pongan dinero de sus bolsillos para realizar las refacciones. “No hemos visto que se hayan hecho trabajos, la Alcaldía siempre olvida este tema y espera hasta la última fecha”, se lamentó el representante.

El presidente de la Fejuve, Javier Ajno, afirmó que apoyará a la Fedepaf en las acciones que ésta determine para que los estudiantes estudien en mejores condiciones. “Los niños y adolescentes también son vecinos de El Alto y la educación es una de las prioridades en toda ciudad”, argumentó.

Ambos representantes, por su lado, coincidieron en que en esta semana realizarán reuniones para definir acciones de presión para que la Alcaldía cumpla con su obligación de atender los requerimientos de infraestructura educativa.  El director de Educación de la Alcaldía, Mario Gil, aseguró, en respuesta a los reclamos, que en noviembre del pasado año hizo la primera entrega de material para las reparaciones, consistente en 500 láminas de vidrio y más de 1.500 baldes de pintura.

Y anunció que “ahora haremos una inspección para saber si los colegios los utilizaron en sus fachadas”. Según la Alcaldía y las organizaciones de padres de familia, ese material es entregado a los progenitores y éstos se encargan de aplicarlos en los colegios.

Pero el dirigente de Fedepaf indicó que ese cupo distribuido por la municipalidad no es suficiente para atender a las 277 infraestructuras. Según sus estimaciones, la pintura y el vidrio repartido sólo alcanza para el 10% de los establecimientos.

La Razón visitó ayer una de las unidades educativas emblemáticas de esta ciudad, el colegio Juan Capriles, ubicado en la Ceja y uno de los más antiguos de este poblado. Lo que allí se encontró es una situación de abandono. Las pizarras están rotas algunas, otras rajadas y las más despintadas, de modo que sólo puede ser utilizada la mitad de ellas.

Las ventanas de las aulas están sin vidrio o con trozos del material. Las puertas están agujereadas. El baño del turno de la tarde no tiene drenaje, de modo que la portera tiene que barrer el agua y el orín hacia las cámaras de la alcantarilla. “Los techos están sueltos, hace frío en las aulas. El Alto no está en un lugar cálido. Mientras las autoridades toman café para calentarse sin hacer nada, nuestros hijos pasan clases envueltos en chompas y chamarras”, se quejó Clotilde Luna, una  madre de familia.

Otros padres señalaron que este establecimiento no recibe pintura desde hace cuatro años. Pero Mario Gil aseguró que sí se realizan trabajos de refacción en esa estructura. “Éste es uno de los muchos colegios que se vienen atendiendo en la ciudad”.

Proponen un análisis

Desayuno

El responsable del alimento complementario (desayuno escolar), Ivar Iriarte, afirmó que propuso realizar análisis de heces y sangre a los estudiantes al inicio y al final de la gestión, para conocer el impacto nutritivo.