El uso de la tecnología contra el delito es resistido en Santa Cruz
Seguridad. El Gobierno inauguró el lunes el centro de monitoreo de las 40 cámaras de vigilancia en esta capital.
Con la inauguración, el lunes 18, del Centro de Seguimiento al Sistema de Monitoreo de Vigilancia Electrónica en Santa Cruz, el Gobierno nacional pretende que la Policía dé un salto cualitativo en la lucha contra la ola delictiva que azota esa capital, sin embargo hay tropiezos.
“En Bolivia estamos enfrentando a los delincuentes con métodos de 1940; a través de la instalación de cámaras de seguridad (videovigilancia) estamos tratando de dar un salto tecnológico, pero no es fácil”, reflexionó el ministro de Gobierno, Carlos Romero.
El 8 de enero el Ejecutivo firmó un acuerdo con el representante legal de Huawei Technologies Bolivia SRL, Jaime Sho, para la adquisición e instalación de 130 cámaras y un sistema de monitoreo para garantizar la seguridad ciudadana.
Sin embargo, de las 130 cámaras previstas, a la fecha sólo fueron instaladas 40, debido al rechazo de propietarios de bienes inmuebles, negocios y hasta de la Brigada Parlamentaria Cruceña, que creen que servirán para ser espiados por la cartera de Gobierno.
En Santa Cruz el pasado año se produjeron 15 mil delitos, 25% de las faltas a nivel nacional. Por ello, el Ejecutivo inició la instalación de las primeras cámaras en la capital cruceña, para después seguir con Cochabamba, La Paz y EL Alto.
Tropiezo. Sin embargo, la reticencia de los vecinos de Santa Cruz tuvo como consecuencia que no se pueda identificar al asesino del joven mensajero Mario Cuéllar García (23), víctima de un atraco armado en plena plaza principal cruceña.
Romero contó que cuando pidió un informe a la Policía sobre las imágenes del escenario del hecho, le respondieron que no dejaron instalar las cámaras dentro de la plaza 24 de Septiembre, ya que miembros de la Brigada Parlamentaria dijeron que temen ser espiados.
Las cámaras de videovigilancia están conectadas a un centro de monitoreo equipado con gabinetes, equipos de comunicación y 12 pantallas de 42 pulgadas cada una.
“Este salto tecnológico y comunicacional reducirá los tiempos de respuesta ante incidentes delincuenciales que ponen en riesgo la seguridad ciudadana”, aseguró el ministro el lunes en la inauguración del Centro de Monitoreo, situado en el barrio de la Estación Argentina, al este de la ciudad.
Pese a la resistencia, el proyecto no será suspendido y se instalarán las cámaras en lugares donde hay transacciones financieras, movimiento poblacional importante y puntos focalizados como zona rojas y vulnerables al delito, añadió la autoridad.
Piden más policías
Fernando Roso, dirigente de las juntas vecinales de Santa Cruz, ponderó la instalación de las cámaras de vigilancia, pero pidió mayor presencia policial en las calles de la ciudad y, sobre todo, en los barrios periféricos.
El comandante de la Policía Boliviana, coronel Alberto Aracena, manifestó que con la nueva tecnología se podrá dar un mejor servicio a la población cruceña.
Empresas de buses se niegan a instalar GPS
No sólo la instalación de cámaras de vigilancia en Santa Cruz tropieza con problemas, también la instalación de los dispositivos GPS (geolocalización satelital) en los buses del transporte interdepartamental de pasajeros para poner freno a los accidentes ocasionados por imprudencia y negligencia de los choferes y de las empresas.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, acusó a los conductores de intentar boicotear este proyecto que se viene implementando en La Paz y Cochabamba de forma piloto en los buses de la empresa Trans Copacabana SA.
Cronograma. “Ellos por fuera dicen que están de acuerdo con la medida adoptada por el Gobierno, pero hace tres semanas que no nos envían el cronograma para la instalación de los dispositivos en los buses, ellos al parecer quieren que la medida se caiga”, subrayó Romero .
El Gobierno nacional y la Confederación de Choferes de Bolivia suscribieron el 29 de enero un acuerdo que allanó el camino para la instalación de los primeros 100 dispositivos GPS, de un total de 2.000 unidades.
Sin embargo, pasadas las dos primeras semanas de prueba comenzaron a escucharse quejas de los choferes porque con los GPS no pueden correr a más de 90, 100 o 130 kilómetros por hora en carretera. Los dispositivos han sido calibrados para un máximo de 80 kilómetros por hora, como disponen las normas bolivianas, pasados los cuales suena la alarma en los centros de monitoreo.