Operativo policial no consigue despejar la ruta a Copacabana
A las 06.00 del domingo, un contingente de al menos 800 uniformados retiró las piedras, troncos de árboles y tierra del camino que une a la población de Tiquina con Copacabana. El ministro de Gobierno, Carlos Romero, informó, en conferencia de prensa, que el desbloqueo fue “absolutamente cuidadoso, ninguna persona ha sufrido un solo rasguño” y que hubo al menos 15 detenidos que “lanzaban cohetes y convocaban a enfrentar a la Policía”.
El operativo policial desplegado la madrugada y la noche de ayer no consiguió despejar la carretera hacia Copacabana, ya que comunarios que demandan la construcción de los puentes trillizos Wiñay Marka volvieron a “alfombrarla” de piedras y anunciaron resistencia. No hay diálogo.
A las 06.00 del domingo, un contingente de al menos 800 uniformados retiró las piedras, troncos de árboles y tierra del camino que une a la población de Tiquina con Copacabana. El ministro de Gobierno, Carlos Romero, informó, en conferencia de prensa, que el desbloqueo fue “absolutamente cuidadoso, ninguna persona ha sufrido un solo rasguño” y que hubo al menos 15 detenidos que “lanzaban cohetes y convocaban a enfrentar a la Policía”.
Arguyó que el perjuicio al municipio de Copacabana era insostenible y que los líderes de la movilización no mostraron predisposición al diálogo, ni para analizar las condiciones técnicas del proyecto de los puentes, pese a las convocatorias del gobernador paceño, César Cocarico. Además, subrayó que la medida de presión que se extiende por 15 días se encontraba diezmada, porque al momento de la intervención se verificó que era mantenida sólo por piedras, troncos y tierra.
Amenazas. El ministro aseguró que la ruta estaba expedita. La limpieza de aquélla por parte de la Policía y de una pala mecánica del Servicio de Caminos se extendió hasta las 15.00. A esa hora, en el poblado de Wilacota, lugareños hablaron con el comandante Alberto Aracena, quien les dijo que iba a hacer respetar el derecho al libre tránsito. El viceministro de Gobierno, Jorge Pérez, remarcó que la Policía hizo un operativo de “guante blanco”.
No obstante, la tregua duró poco tiempo, porque tras la intervención el trayecto de Wilacota a Copacabana (ver infografía) apareció nuevamente lleno de piedras, tal como verificó La Razón. En el cruce de las comunidades de Tiquina y Tito Yupanqui, el dirigente local Willy Jiménez denunció que “hubo un enfrentamiento con los policías. El Gobernador prometió en Huatajata que no iba a haber desbloqueo, pero hay detenidos y al menos 20 secuestrados”.
El viceministro Pérez elevó la cifra de aprehendidos a 25, entre ellos un peruano; comentó que fueron trasladados a la ciudad de La Paz. Mientras La Razón conversaba con los lugareños, dos vehículos con periodistas siguieron la ruta hacia Copacabana. Horas después, uno de éstos volvió con un vidrio roto y el otro fue prácticamente destrozado a pedradas; incluso se informó que reporteros fueron agredidos y echados a “hondazos”.
De vuelta en Tiquina, Pérez indicó que no tenía claro lo sucedido y volvió a asegurar que la vía estaba expedita, “pero en algunos puntos hay que apartar piedras”. Por ello, se conformó una caravana para llegar a Copacabana. El operativo estuvo comandado por unos 50 motociclistas con sus acompañantes y 15 camionetas (en las que estaban Pérez y Aracena) hicieron el mismo recorrido. La Razón contó otros 14 buses.
Desde la mitad del camino, el recorrido fue lento. Al caer la noche, aproximadamente a las 19.30, la Policía avanzaba desbloqueando otra vez la ruta. A lo lejos, se escuchó a pobladores gritar: “¡Fusil, metralla, el pueblo no se calla… el pueblo unido jamás será vencido!”. Incluso se oyeron petardos y supuestos cachorros de dinamita. La comitiva llegó a Copacabana a eso de las 20.30.
El secretario ejecutivo de la provincia Manco Kápac, Víctor Condori, se declaró en la clandestinidad y anunció que la federación señaló como “enemigo de la provincia” a Cocarico, y determinó resistir hasta las últimas consecuencias. Sostuvo que no hay visos de diálogo y que fue rebasado por sus dirigidos, que están molestos por la intervención. “La situación es muy tensa. Las bases han definido que el bloqueo va a ser peor. Si quieren arreglar, que se comuniquen con nosotros con propuestas claras”.
Aracena y Pérez pasaron la noche en Copacabana y se alistaba otro operativo para que la caravana vuelva a Tiquina y despeje de nuevo el camino. Pérez comentó que 60 agentes de Inteligencia, encubiertos, participan en el plan. Asimismo, se verificó que una patrulla de la Policía quedó con los vidrios rotos y que los movilizados intentaron secuestrar otra; éstos se parapetaron en los cerros para continuar con su vigilia.
Comisión para buscar diálogo
Defensor
Una comisión de la Defensoría del Pueblo llegó al lugar del conflicto para evitar enfrentamientos y tratar de abrir un resquicio para el diálogo y que las partes dejen sus posiciones intransigentes.
Costo
El gobernador César Cocarico desechó la construcción de los puentes trillizos por los altos costos económico, ambiental y técnico, y más bien propuso la edificación de uno sobre el estrecho de Tiquina.
Agreden a periodistas y anuncian sanciones
Miguel Rivas y E. O. – La Paz
Bloqueadores de la ruta a Copacabana agredieron al periodista de La Razón y reporteros de otros medios, a los que incluso hicieron escapar a “hondazos”. También destrozaron a pedradas un auto de la red PAT y rompieron el vidrio de otro motorizado de la prensa.
Trabajadores de la red PAT fueron atacados a pedradas cuando retornaban de Copacabana, a las 17.15. El periodista Carlos Lara relató que a la altura de la localidad Tito Yupanqui fueron sorprendidos por un grupo de comunarios que bloqueó nuevamente la carretera. “Pincharon las llantas y nos amenazaron con quemar el vehículo y a nosotros también. Llamamos para pedir auxilio al viceministro Jorge Pérez y fuimos rescatados”.
El Ministerio de Gobierno condenó el hecho y anunció una investigación para hallar a los culpables. El dirigente Víctor Condori arguyó que sus bases debieron confundir a los reporteros con infiltrados.