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Plantean que las parteras atiendan en los hospitales

La Alcaldía las capacitará para mejorar la atención a las mujeres en los nosocomios

La Dirección Municipal de Salud (Dimusa) propone que a la sala de partos de los centros de salud y de los hospitales ingresen las parteras con el objetivo de darles confianza a las mujeres de El Alto, que en el 45% prefiere dar a luz en sus domicilios, pese a la existencia de los centros de salud públicos y a la entrega de bonos para que éstas acudan a los nosocomios. 

La directora de Dimusa, Alejandra Hidalgo, explicó que la propuesta es una respuesta a la gran cantidad de mujeres que decide tener sus hijos en su casa por razones culturales o por miedo a que en los centros de salud se las atienda mal. “También para evitar cualquier tipo de riesgos en la salud de los niños que nacen, y en la de las madres parturientas”.

Además, señaló que se pretende capacitar a las parteras para mejorar la atención a las madres. Pero aclaró que “será sólo para que atiendan en casos de emergencia, ya que hay situaciones en las que los partos se presentan en la madrugada” y requieren una atención urgente, detalló.

Mercedes Limachi, que trabaja como partera desde hace 25 años, consultada respecto a la propuesta municipal, dijo que está de acuerdo con ella y luego calificó a la misma de “aceptable”. “Es una buena medida”. La preocupación edil surgió por el caso de un parto domiciliario que derivó en un neonato con una herida en la cabeza. 

Registro de mujeres que ayudan

La capacitación de las parteras, propuesta por la Dirección Municipal de Salud (Dimusa), se efectuaría  en las redes de  salud y en los  centros médicos de El Alto; ser-viría además  para crear un registro.

‘Me guío mirando las venas de las muñecas’

Mercedes Limachi, partera desde hace 25 años en El Alto, aprendió el oficio cuando ella estaba embarazada. Contó que tuvo a sus dos primeros hijos con ayuda de una partera, pero que al tercero lo recibió sólo ella con ayuda de su marido.

“Frotame en círculo, despacio, coloca las hierbas en mi espalda”, le decía a su esposo, cuando estaba a punto de dar a luz a uno de sus 12 hijos.

La señora Limachi comenta que aprendió que se debe lavar las manos antes de entrar a la habitación donde se encuentra la madre, luego desinfectarse con alcohol.“También hay que alistar hierbas como romero, kari kari, retama y otras para poner en la espalda de la mujer para los dolores”, relató.

Se le ayuda a la madre con suaves movimientos sobre la barriga, frotándole en círculo, de izquierda a derecha. “Se le toma por las muñecas para saber cómo está el niño. Yo veo la vena y a través de ella me guío para saber cómo está la mujer y su hijo”, explicó en idioma aymara. Una vez que nace el niño, se le limpia con un trapo caliente, se le corta el cordón umbilical y luego se lo envuelve.

En el campo, los padres y demás familiares hacen sonar piedras como signo de alegría y para que las cosas marchen bien.

“Incluso sacan al niño por la ventana, bien abrigado, y lo meten por la puerta”, esto se hace con la creencia de que se está anunciando la llegada de algo bueno para el hogar.