Cae en Puno el autor de una ejecución en Santa Cruz
Error. El hombre, capturado en el país vecino, confesó. Un extranjero fue inculpado del crimen, sin pruebas
Juan Carlos Campos Veizaga (29), alias el Cai, capturado la madrugada de ayer en Puno, Perú, por la ejecución de Honorio Rodríguez Mejía (47), confesó que lo mató por una deuda de $us 5.000, aunque el Gobierno dijo que hay otras razones que dará a conocer en los próximos días.
Jorge Pérez, viceministro de Régimen Interior, dio por resuelto el caso anoche. Además de la confesión, presentó un informe de balística que prueba que el arma del sindicado es la que acabó con la vida de Rodríguez, el 15.
Mostró también los registros de las llamadas telefónicas del inculpado a su hermano Roberto (27) —quien le prestó Bs 800 para que huyera, y será imputado por complicidad—, además de las llamadas que desde Puno hizo a sus familiares en Santa Cruz.
El arresto se hizo en coordinación con la Policía peruana y de inmediato fue conducido a Bolivia. La pista que permitió dar con el asesino la proporcionó su hermano, aprehendido la tarde del martes en inmediaciones del río Piraí, quien confesó que Juan Carlos era el autor del crimen y que el arma fue escondida en el canal Isuto.
Hechos. Las investigaciones policiales dan cuenta que el asesino y su víctima se reunieron en una licorería cercana al Parque Urbano, de donde el segundo huyó herido y fue perseguido para rematarlo en la calle.
Campos Veizaga fue atrapado a las 04.30 de ayer y fue trasladado a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de La Paz, aproximadamente a las 04.45. Dos horas más tarde, una camioneta de la Policía le condujo al aeropuerto de El Alto, desde donde partió en un vuelo comercial hacia la capital cruceña, donde está radicado el caso.
Llegó al aeropuerto de Viru Viru a las 10.46, desde donde, bajo fuerte custodia policial, fue trasladado al Comando Departamental de la Policía. Allí se entrevistó con los fiscales José Centenaro y José Parra, ante los que por la noche admitió el delito.
Pérez —que felicitó a la Policía Boliviana por la solución de este crimen— no admitió equivocación en la captura y presentación, el 18 de abril, del brasileño Adao Souza Silva (40) como el sicario que mató a Rodríguez. “La presentación del señor Adao respondió al trabajo global de investigación de la Policía, cuya función es entregar los indicios a las autoridades competentes para que los valoren”.
“Existe polarización entre el bien colectivo y el interés de una persona que, de acuerdo con el desarrollo de la investigación hasta ese momento, se mostraba como el principal sospechoso”, apuntó y demandó que “no se busquen pelos en la leche”. Los indicios a que aludió Pérez son: el haber salido recientemente de la cárcel y estar cerca del lugar del crimen.
El brasileño sigue tras las rejas
Pese a que el martes Primo Flores, juez 14° de Instrucción en lo Penal, ordenó la libertad irrestricta del brasileño Adao Souza Silva, él permanece arrestado por disposición de Alberto Moreira, juez 3° de Ejecución Penal, que en el curso de hoy determinará su situación jurídica.
La identidad de la testigo que inculpó a Souza es falsa
La identidad de la testigo, que el sábado acusó al brasileño Adao Souza Silva (40) de ser el autor del asesinato de Honorio Rodríguez Mejía, es falsa, dijo ayer la fiscal Pura Cuéllar, que por esta causa no imputó al extranjero.
“Dejó una dirección falsa; cuando la convocamos para ampliar su declaración informativa, no la encontramos. Entonces pedimos información sobre la identidad de la mujer al Servicio General de Identificación Personal, que certificó que no corresponde al nombre ni la edad de la cédula que presentó”, explicó.