El concejal del Movimiento Al Socialismo (MAS) Rolando Romero retornó en hombros a la alcaldía cruceña de La Guardia tras la expulsión de Jenny Fernández, alcaldesa interina, también del MAS, quien sigue internada en una clínica.
El representante afirmó que no cederá el cargo a su compañera de partido, pese al fallo del Tribunal Constitucional que ordenó la restitución de Fernández. Ayer se supo que ella tiene 23 semanas de embarazo, lo que habría ocasionado la descompensación que sufrió el martes, cuando fue rescatada por la fuerza pública.
Desde 2012, La Guardia atraviesa una crisis de gobernabilidad y en menos de un año tuvo cuatro alcaldes. El elegido en las urnas, Jorge Morales, de la agrupación ciudadana Voces, fue suspendido en abril de ese año.
Inestabilidad. Después, el Concejo eligió a tres alcaldes interinos, todos del MAS, Jenny Fernández, Jaime Cabrera y Rolando Romero, los dos primeros suspendidos tras ser sindicados por sus compañeros de partido de cometer irregularidades. La mañana de ayer, Romero y sus seguidores realizaron una marcha en torno a la plaza principal de La Guardia.
“La señora Jenny Fernández puede hablar lo que quiera, pero es el Concejo el que determina quién es el alcalde y ellos me eligieron a mí”, dijo el representante, quien fue cargado en hombros por sus seguidores, quienes después instalaron una vigilia en las puertas edificio edil, mientras el Concejo volvía a elegirlo alcalde interino.
Mario Subirana, presidente del legislativo edil y disidente de Voces, le dio su apoyo. “Lo que está tratando de hacer ella es evitar el progreso de este pueblo”, indicó Subirana.
Vicente Mérida, dirigente vecinal, desconoció a Fernández como alcaldesa y militante del MAS. “Ella ha sido expulsada el año pasado, se vendió, no vuelve aquí”, advirtió. La Alcaldesa, restituida por unas horas el lunes con ayuda de la Policía, continúa guardando reposo en la clínica Copacabana de la capital cruceña y aún no se pronunció al respecto.