¿Vendrá “Andrés” este mes? Es la preocupación actual de muchas adolescentes. Varias tomaron una difícil decisión, pero ninguna como Mariela y Victoria, dos adolescentes que atravesaron por una experiencia que las marcó para toda su vida.

Mariela (M) tiene 17 años y está en colegio. Ella abortó hace dos años y relató su vivencia a escondidas de sus padres. Victoria (V) tiene 19 años, estudia Ingeniería y decidió tener a su bebé, aun sin el respaldo de su familia.

— ¿Cuánto tiempo estuviste con tu novio antes de tener relaciones sexuales? ¿Eras virgen?

— M: Estuve tres meses con él y pasó, y al cuarto mes terminamos. Yo era virgen.

— V: Aún sigo con mi novio, lo hice a los siete meses. Era virgen.

— ¿Crees que fue el amor de tu vida para darle tu virginidad?

— M: Ahora me doy cuenta que no es ni será el amor de mi vida, pero en ese momento lo amaba y creí que lo era, por eso tomé la decisión de entregarme a él.

— V: Sí, sí lo es, él estuvo conmigo en las buenas y en las malas y no me arrepiento de haber perdido mi virginidad con él.

— ¿Cómo reaccionaste al enterarte que estabas embarazada?

— M: Fue un viernes, hasta ahora no lo olvido, era como un mes que no me venía y fui con mis amigas a comprar la prueba de embarazo. Fueron los tres minutos más largos de mi vida y el resultado dio positivo. Aún tenía la duda y me hice un análisis de sangre y la respuesta fue la misma. Esa noche no pude cerrar los ojos por la preocupación de lo que mis padres me iban a hacer y sólo me preguntaba ¿por qué a mí? 

— V: Después de dos semanas que no me venía, se lo comenté a mi novio y él me dijo que no me preocupara, que esperara un poco más. Pasó una semana y fuimos a una farmacia a comprar una prueba de embarazo, dio positivo. Ambos lloramos en silencio y nos mantuvimos así, hasta que él me dejó en la puerta de mi casa.

— ¿ Qué te dijo tu pareja?

— M: Sólo escuché salir de sus labios “ese no es mi problema” y le dije que sí era de él, porque no había tenido relaciones con nadie más, y aun así él sostuvo lo que dijo. Me terminó en ese momento y hasta ahora no sé nada de él.

— V: Desde un principio me apoyó, me dijo que él se haría cargo, pero que de todas maneras le diga a mis padres, porque él iba a hacer lo mismo. Me sentí feliz porque él me apoyaba, pero a la vez estaba preocupada por cómo reaccionarían mis padres.

— ¿Cuál fue la respuesta de tus padres al enterarse?

— M: Al verme llorar, mi mamá me preguntó qué tenía y se lo dije. Recibí uno (golpe), me jaló de los cabellos y me sacó de mi cuarto. Ella estaba histérica y le contó a mi papá, él no me dijo nada, simplemente me miró y agachó su cabeza. Su silencio es lo que más me dolió, hubiera preferido que me pegue. Después, mi mamá me preguntó si mi chico me apoyaba y le conté la verdad, entonces me dijo que lo abortara, mi papá estaba de acuerdo. Yo no quería, pero no sabía qué hacer.

— V: Llegué a mi casa y mis papás estaban de buen humor, era ahora o nunca, y se los conté. Les pedí que me perdonaran por lo que les iba a decir y lo solté. Jamás pensé que reaccionarían así, y sin pensarlo dos veces me botaron de mi casa. Mi mamá aventó mis cosas a la calle y no sabía dónde ir.

— ¿Qué hiciste entonces?

— M: Lo primero que pensé es que mis padres hacían eso porque ellos tenían experiencia y que era por mi bien.

— V: Llamé a mi novio y me llevó a su casa, lo malo es que sus padres tuvieron la misma reacción que los míos. Él tenía un padrino que lo quería mucho y acudimos a él, le contamos y nos regañó, pero a la vez nos apoyó y nos dijo que nos quedemos en su casa hasta tener algo seguro.

— ¿Qué decidiste respecto al bebé? ¿Y por qué?

— M: No tuve más opción que obedecer a mis papás, ellos consultaron a varios doctores, pero ninguno quería dar su autorización, porque es ilegal. Entonces fueron a lugares clandestinos y sólo me dijeron que ya tenían el lugar, la hora y que ya habían pagado. Los escuché y lloré, no sabía qué hacer, pensé en escaparme, pero eso sólo empeoraría las cosas para mí y para mi bebé. Fuimos a ese lugar, entramos y era como un callejón, al final había un cuarto con una camilla. Fue el peor dolor del mundo, no sé cómo explicarlo, los peores 15 minutos de mi vida, salí de ahí con un gran dolor en mi cuerpo y en mi corazón.

— V: No aborté, aunque no tuve el apoyo de mis padres, sí de mi pareja. Al cabo de nueve meses tuve al bebé, salí de colegio y empecé a trabajar al igual que mi novio. Como los dos éramos menores de edad, nuestros ingresos eran pocos pero lo que al principio se convirtió en una carga, después fue una motivación.

— ¿Cómo te sientes con la decisión que tomaste?

— M: En realidad yo no tomé la decisión, pero aun así me siento culpable por haber permitido que me hagan abortar al ser que estaba creciendo en mi pancita. Ahora que tengo 17 años me cuido y desde entonces pienso con la cabeza ya no con el corazón, como lo hice. Estoy estudiando en el colegio y pronto iré a la universidad, pero es un pasado muy triste para mí.

— V: De los malos tratos y de privarme de gustos como fiestas, salidas y dormir hasta tarde, ahora tengo el orgullo de decir que tomé la mejor decisión. Me siento muy orgullosa del hermoso hijo que tengo, es lo único que puedo decir.