La ciudad palestina de Belén, en la que la tradición cristiana sitúa el nacimiento de Jesús y que desde el fin de semana está cubierta por un manto de nieve, ultima los preparativos para la Navidad con la esperanza de llenar este año todas sus plazas hoteleras previstas.

Más de 25.000 peregrinos, según el Ministerio de Turismo de Israel, país que controla las fronteras, son esperados en Tierra Santa para esta Navidad, repartidos a lo largo de todo un mes según las fiestas de cada rito cristiano.

“Hemos venido a conocer la parte cristiana, a hacer el recorrido que Jesús hizo, los lugares que visitó, su obra en este lugar”, dijo a EFE una estudiante colombiana que recorría estos días la ciudad, antes de que se vea     inundada por miles de personas.

Con el árbol de la Plaza del Pesebre a sus espaldas, su novio, que vive con ella en Ginebra, recuerda la importancia en la tradición cristiana de Belén, que reclama su hegemonía espiritual todos los 25 de diciembre.

“Ahora mismo, el 25% de las luces de la ciudad están listas y encendidas y esperamos que la llegada fuerte de turistas comience el viernes”, dijo Samir Hazbun, presidente de la Cámara de Comercio de Belén.

Esta semana, como tantos otros lugares de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), todos los servicios de la ciudad estaban abocados a arreglar los daños ocasionados por el temporal que azotó el levante mediterráneo entre el jueves y domingo, que cubrió Belén con un manto de nieve de más de medio metro. “La situación económica es complicada, más tras el temporal que ha impedido el correcto funcionamiento de los negocios”, explicó George Rishmawi, experto en turismo.

Aprestos. Los servicios municipales tratan de embellecer la ciudad, cambiar las bombillas fundidas, reponer los carteles arrancados, limpiarla de ramajes y erradicar toda la suciedad causada por el vendaval, todo para recibir a los visitantes con su cara más bonita.

La Basílica de la Natividad, donde se encuentra la estrella de 14 puntas que marca el nacimiento de Jesús, ha sido visitada este año por 1,85 millones de turistas, según las estadísticas de enero a octubre del paso fronterizo que separa Belén de Jerusalén.

A finales de año su número rozará los dos millones, casi el doble de 2012.  Para estas navidades se ha organizado para los peregrinos el festival de música “Noche de los Pastores”, de los días 22 y 25 de diciembre en la localidad de Beit Sahur, así como un mercado de Navidad que recuerda a los tradicionales del centro de Europa.

Entre las novedades con la que los peregrinos contarán este año está un sistema wifi en toda la Plaza del Pesebre que les permitirá compartir la experiencia con sus familiares. Rishmawi instó a los peregrinos a pernoctar en Belén para que “conozcan las tradiciones e historia” palestinas, así como “a los palestinos”. El que los peregrinos pasen unos días en la ciudad es crucial también para que su presencia tenga “un impacto” en la economía local, según Ihab Bseiso, portavoz de la ANP.

El problema es que muchos de los turistas llegan a Tierra Santa con turoperadores israelíes que hacen sus reservas en hoteles de la vecina Jerusalén, a sólo seis kilómetros. Aún así, y si no se producen cancelaciones, el pleno hotelero (más de 3.600 habitaciones en 38 hoteles y casas de huéspedes) está garantizado.

Pluralidad religiosa en Palestina

Identidad

Para los habitantes de Belén, cristianos y musulmanes, la Navidad es una seña de “identidad nacional”, una oportunidad para mostrar al mundo la pluralidad religiosa de la sociedad palestina.

Esfuerzos

Pese al conflicto que les enfrenta, los ministerios de Turismo de Israel y Palestina decidieron estrechar su colaboración para fomentar el peregrinaje cristiano y turístico a Tierra Santa.

No iluminarán polémico árbol en la frontera intercoreana

El polémico árbol de Navidad surcoreano junto a la frontera con Corea del Norte tampoco se iluminará este año, en un intento de evitar tensiones con los residentes locales y sobre todo con el régimen de Kim Jong-un, informó el Ministerio de Defensa de Seúl.

La Asociación Evangélica Militar de Corea del Sur indicó al Gobierno su renuncia a iluminar el árbol que se levanta sobre la colina Aegibong, en el área occidental de la frontera con el Norte. La medida se interpreta como un intento de evitar acciones que puedan generar malestar en Corea del Norte, después de que ayer Pyongyang enviara un fax al Sur con nuevas amenazas por las últimas manifestaciones contra el régimen norcoreano en Seúl.   El año pasado la iniciativa se canceló debido a protestas entre los residentes surcoreanos en las cercanías de la frontera.