Sociedad

Thursday 28 Mar 2024 | Actualizado a 19:56 PM

Desvelan el dramático y olvidado origen de La Paz

El arquitecto Juan Francisco Bedregal hizo el hallazgo al escribir su tesis doctoral en México, para la que revisó las crónicas coloniales sobre el origen de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz.

/ 6 de febrero de 2014 / 13:37

La Paz fue fundada en 1548 por el capitán español Alonso de Mendoza para conmemorar el fin de cruentas guerras, pero en el lugar ya existían el asentamiento inca Chuquiabo y el hispano Pueblo Nuevo que regentó Francisco Pizarro, un dato desconocido hasta ahora que ha desvelado un investigador boliviano.

El arquitecto Juan Francisco Bedregal hizo el hallazgo al escribir su tesis doctoral en México, para la que revisó las crónicas coloniales sobre el origen de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, hoy sede del Gobierno de Bolivia, aunque no su capital, que es la sureña Sucre.

El autor presentó estos días en el país andino su obra «Tras el oro de Chuquiabo: en busca de un tiempo olvidado» y afirmó en una entrevista con Efe que el libro contiene información que supone una «revolución» frente a la historia oficial de la ciudad.

Contrariamente a lo que se cree, la fundación de la ciudad por Alonso de Mendoza no supuso el inicio de su existencia, porque ya tenía una historia previa con ocupaciones tiahuanacotas, incas y de los primeros españoles que llegaron quince años antes de 1548.

Uno de los descubrimientos claves de Bedregal es haber establecido que Pizarro estuvo en el lugar, un dato desconocido hasta ahora.

El célebre conquistador llegó a lo que años después sería Nuestra Señora de La Paz atraído por las leyendas de su riqueza aurífera escuchadas por boca del inca Atahuallpa, a quien tuvo de rehén en 1532.

Al año siguiente, en 1533, Pizarro envió a su escribano Pedro Sancho a verificar el lavado de oro en Chuquiabo, una riqueza usada por los seguidores de Atahuallpa para formar el famoso tesoro que había ofrecido a los españoles para que lo liberaran.

Según el autor, la confirmación de la estancia de Pizarro en 1540 en Pueblo Nuevo fue posible gracias al primer libro de las Guerras Civiles del Perú de Pedro Cieza de León, quien registra ese viaje al asentamiento Chuquiabo o Chuquiago Marka, al sur del Cuzco.

Pizarro hace el viaje tras vencer sus tropas a las de Diego de Almagro (1538) en la primera guerra civil española en América.

Para Bedregal, el hallazgo de las citas de Cieza de León supuso descubrir un «tapado histórico», es decir un tesoro oculto en la historia, porque ilumina el hasta ahora ignorado asentamiento urbano que precedió a La Paz.

Al autor le parece sorprendente que esas referencias de Cieza de León y las de propio Pedro Sancho «no hubieran sido consideradas por los historiadores o especialistas».

Pizarro estuvo en el barrio de Churubamba que, agrega Bedregal, fue «el asiento más antiguo de la ciudad y más importante desde el punto de vista histórico», tanto para los incas como para los españoles.

«El barrio de Churubamba, en Chuquiabo, fue el lugar que acogió a Francisco Pizarro, comendador, adelantado, lugarteniente, Capitán General, Gobernador de Nueva Castilla, en el año de 1540, por el lapso de dos meses», sostiene el investigador boliviano.

Tal barrio aún existe y es uno de los más emblemáticos de La Paz, se conoce popularmente con el mismo nombre y en su centro tiene un monumento dedicado a Alonso de Mendoza frente al museo Tambo Quirquincho, que supuestamente fue el palacio de un líder indígena.

Según Bedregal, estando allí, Pizarro mandó fundar la ciudad La Plata (hoy Sucre) y Arequipa (Perú), en lo que entonces era el territorio sureño del Collasuyo, del imperio inca.

A juicio del autor, resulta sugerente que Pizarro instruya en 1540 fundar una ciudad con el nombre de La Plata cerca de donde estaba el Cerro Rico de Potosí, pero es posible que el conquistador contara con un información clave, un khipu real, sobre esa mina argentífera descubierta cinco años después.

De esta forma, Pizarro llegó a las tierras de la actual Bolivia tras el oro de Chuquiabo y la plata de Potosí, enfatiza Bedregal.

El desconocimiento de estos hechos por parte de la historia oficial se explica porque hubo un «olvido, una amnesia y una amnistía tras la larga guerra que hubo entre los conquistadores y la Corona de España», desatada porque esta desconoció los derechos de los primeros en América, apunta.

Por eso, sostiene el investigador, la fundación formal de la ciudad en 1548, con el nombre de «Pueblo Nuevo de Nuestra Señora de La Paz», fue un «hecho tardío» y se llamó así porque Pedro de la Gasca pacificó el Perú tras esa prolongada guerra civil (1538-1548).

Como evidencia ha quedado el lema consagrado en el escudo de La Paz que pervive hasta ahora: «Los discordes en concordia, en paz y amor se juntaron y pueblo de paz fundaron para perpetua memoria».

Una frase, según Bedregal, que en los hechos expresa la decisión de los españoles de olvidar voluntariamente lo sucedido.

Con este libro, el autor contribuye a despejar esa amnesia para devolverle a La Paz su memoria perdida.

Con este libro, el autor contribuye a despejar esa amnesia para devolverle a La Paz su memoria perdida.

Comparte y opina:

CEPAL elogia el fuerte dinamismo de la economía de Bolivia en Latinoamérica

En Bolivia, con poco más de diez millones de habitantes, el presupuesto de la inversión pública para este año es de 4.500 millones de dólares, que se elevarán a 6.000 millones con las inversiones de las petroleras nacionalizadas, según el Gobierno.

/ 16 de junio de 2014 / 21:43

La economía de Bolivia seguirá siendo una de las más dinámicas de la región por la inversión estatal y la extranjera, que continuará llegando porque el país genera confianza, afirmó hoy la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.

Bárcena, que se encuentra de visita en Bolivia desde el fin de semana, cuando asistió a la Cumbre del G77 y China, dijo en una entrevista con Efe que la proyección de crecimiento de este país para 2014 es del 5,5 %.

Sostuvo que la economía boliviana «sigue siendo muy dinámica, a pesar de que, por supuesto, toda la región se está desacelerando».

«Dentro de esa desaceleración, Bolivia mantiene una tasa de crecimiento superior al promedio regional, que no será más del 2,3 %», dijo la alta ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).

En 2013, la economía de Bolivia creció en un 6,7 %.

Bárcena subrayó que Bolivia tiene las reservas internacionales más altas por persona de la región, un bajo endeudamiento público y un desempeño «muy prudente» de la macroeconomía.

A su juicio, el equipo económico boliviano «ha tenido mucha claridad» al impulsar la inversión pública en la economía.

En Bolivia, con poco más de diez millones de habitantes, el presupuesto de la inversión pública para este año es de 4.500 millones de dólares, que se elevarán a 6.000 millones con las inversiones de las petroleras nacionalizadas, según el Gobierno.

Aunque las empresas estatales invierten fondos prestados de las reservas del Banco Central de Bolivia, Bárcena no ve «ningún riesgo, por el momento» para mantener el nivel de tales reservas, aunque es un tema que, adelantó, conversará con esa entidad.

También explicó que el hecho de que el Estado controle empresas no supone que éstas pierdan eficiencia.

«La propiedad no necesariamente incide, siempre y cuando no pierdas soberanía de los recursos naturales», sostuvo Bárcena.

El PIB de Bolivia calculado para este año ronda los 32.000 millones de dólares, lo que cuadruplica la cifra que se tenía hace casi ocho años, según datos del Gobierno y organismos internacionales.

Bárcena destacó asimismo la «importante» política de redistribución de los ingresos que lleva a cabo Bolivia, pues permite que las ganancias se repartan, con una mejora del salario mínimo y programas sociales que impactan en la reducción de la pobreza.

La inversión extranjera directa, consideró, «va a seguir llegando a Bolivia» por la confianza que produce: en 2013 se recibieron 2.030 millones de dólares frente a los 1.300 millones de 2008.

Según Barcena, la inversión extranjera representa un 6,7 % del PIB de Bolivia, donde además hay una acumulación de activos por 10.550 millones de dólares, que seguirán generando rentabilidad.

La llegada de los capitales del exterior «es una señal muy potente de que Bolivia es un país con reglas claras», aseveró.

«Es cierto que Bolivia ha tomado la decisión de renegociar contratos, de nacionalizar algunas empresas pero lo ha hecho por la vía jurídica y creo que eso ha generado bastante confianza», dijo.

La nacionalización de una veintena de empresas desde 2006 le ha dado al Estado boliviano el control del 38 % de la economía del país, según datos oficiales.

En los últimos años, el Estado boliviano ha alcanzado varios acuerdos con los inversores extranjeros a los que nacionalizó empresas, pero también afronta demandas de arbitraje para llegar a pagos que compensen por las inversiones expropiadas.

Comparte y opina:

Francisco Pizarro estuvo en La Paz antes de su fundación

Estudio. Un investigador boliviano revela la historia marginada

/ 7 de febrero de 2014 / 06:20

La Paz fue fundada en 1548 por el capitán español Alonso de Mendoza para conmemorar el fin de cruentas guerras, pero en el lugar ya existían el asentamiento inca Chuquiabo y el hispano Pueblo Nuevo que regentó Francisco Pizarro, un dato desconocido hasta ahora.

El arquitecto boliviano Juan Francisco Bedregal hizo el hallazgo al escribir su tesis doctoral en México, para la que revisó las crónicas coloniales sobre el origen de Nuestra Señora de La Paz, hoy sede del Gobierno de Bolivia, aunque no su capital, que es Sucre.

El autor presentó estos días en el país andino su obra Tras el oro de Chuquiabo: en busca de un tiempo olvidado y afirmó en una entrevista con EFE que el libro contiene información que supone una “revolución” frente a la historia oficial de la ciudad.

Contrariamente a lo que se cree, la fundación de la ciudad por Alonso de Mendoza no supuso el inicio de su existencia, porque ya tenía una historia previa con ocupaciones tiwanakotas, incas y de los primeros españoles que llegaron 15 años antes de 1548.

Uno de los descubrimientos clave de Bedregal es haber establecido que Pizarro estuvo en el lugar, un dato desconocido hasta ahora. El célebre conquistador llegó a lo que años después sería Nuestra Señora de La Paz atraído por las leyendas de su riqueza aurífera escuchadas por boca del inca Atahuallpa, a quien tuvo de rehén en 1532.

Al año siguiente, en 1533, Pizarro envió a su escribano Pedro Sancho a verificar el lavado de oro en Chuquiabo, una riqueza usada por los seguidores de Atahuallpa para formar el famoso tesoro que había ofrecido a los españoles para que lo liberaran.

Según el autor, la confirmación de la estancia de Pizarro en 1540 en Pueblo Nuevo fue posible gracias al primer libro de las Guerras Civiles del Perú de Pedro Cieza de León, quien registra ese viaje al asentamiento Chuquiabo o Chuquiago Marka, al sur del Cusco. Pizarro hace el viaje tras vencer sus tropas a las de Diego de Almagro (1538) en la primera guerra civil española en América.

Para Bedregal, el hallazgo de las citas de Cieza de León supuso descubrir un “tapado histórico”, es decir un tesoro oculto en la historia, porque ilumina el hasta ahora ignorado asentamiento urbano que precedió a La Paz.

Al autor le parece sorprendente que esas referencias de Cieza de León y las del propio Pedro Sancho “no hubieran sido consideradas por los historiadores o especialistas”.
Pizarro estuvo en el barrio de Churubamba que, agrega Bedregal, fue “el asiento más antiguo de la ciudad y más importante desde el punto de vista histórico”, tanto para los incas como para los españoles.

“El barrio de Churubamba, en Chuquiabo, fue el lugar que acogió a Francisco Pizarro, comendador, adelantado, lugarteniente, Capitán General, Gobernador de Nueva Castilla, en el año de 1540, por el lapso de dos meses”, sostiene el investigador boliviano.

Tal barrio aún existe y es uno de los más emblemáticos de La Paz, se conoce popularmente con el mismo nombre y en su centro tiene un monumento dedicado a Alonso de Mendoza frente al museo Tambo Quirquincho, que supuestamente fue el palacio de un líder indígena. Según Bedregal, estando allí, Pizarro mandó fundar la ciudad La Plata (hoy Sucre) y Arequipa (Perú), en lo que entonces era el sur del Collasuyo.

Revisión de la memoria paceña

Hallazgo

Según el arquitecto boliviano Juan Francisco Bedregal, el conquistador Francisco Pizarro estuvo en Chuquiago Marka durante dos meses en 1540, ocho años antes de la fundación de La Paz.

El conquistador contaba con información clave

A juicio del arquitecto boliviano Juan Francisco Bedregal, autor del libro Tras el oro de Chuquiabo: en busca de un tiempo olvidado, resulta sugerente que   Pizarro instruya en 1540 fundar una ciudad con el nombre de   La Plata cerca de donde estaba el Cerro Rico de Potosí, pero es posible que el conquistador contara con una información clave, un khipu real, sobre esa mina argentífera descubierta cinco años después.

De esta forma, Francisco Pizarro llegó a las tierras de la actual Bolivia tras el oro de Chuquiabo y la plata de Potosí, enfatiza Bedregal.

El desconocimiento de estos hechos por parte de la historia oficial se explica porque hubo un “olvido, una amnesia y una amnistía tras la larga guerra que hubo entre los conquistadores y la Corona de España”, desatada porque ésta desconoció los derechos de los primeros en América, apunta el investigador.

Por eso, sostiene el arquitecto, la fundación formal de la ciudad en 1548, con el nombre de “Pueblo Nuevo de Nuestra Señora de La Paz”, fue un “hecho tardío” y se llamó así porque Pedro de la Gasca pacificó el Perú tras esa prolongada guerra civil (1538-1548).

Como evidencia ha quedado el lema consagrado en el escudo de La Paz que pervive hasta ahora: “Los discordes en concordia, en paz y amor se juntaron y pueblo de paz fundaron para perpetua memoria”.  Una frase, según Bedregal, que en los hechos expresa la decisión de los españoles de olvidar voluntariamente lo sucedido entre españoles.

 Con esta publicación, el autor contribuye a despejar esa amnesia histórica para devolverle a La Paz su memoria perdida, la presencia de Pizarro en Chuquiago Marka, durante dos meses, en 1540.

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Francisco Pizarro estuvo en La Paz antes de su fundación

Estudio. Un investigador boliviano revela la historia marginada

/ 7 de febrero de 2014 / 06:20

La Paz fue fundada en 1548 por el capitán español Alonso de Mendoza para conmemorar el fin de cruentas guerras, pero en el lugar ya existían el asentamiento inca Chuquiabo y el hispano Pueblo Nuevo que regentó Francisco Pizarro, un dato desconocido hasta ahora.

El arquitecto boliviano Juan Francisco Bedregal hizo el hallazgo al escribir su tesis doctoral en México, para la que revisó las crónicas coloniales sobre el origen de Nuestra Señora de La Paz, hoy sede del Gobierno de Bolivia, aunque no su capital, que es Sucre.

El autor presentó estos días en el país andino su obra Tras el oro de Chuquiabo: en busca de un tiempo olvidado y afirmó en una entrevista con EFE que el libro contiene información que supone una “revolución” frente a la historia oficial de la ciudad.

Contrariamente a lo que se cree, la fundación de la ciudad por Alonso de Mendoza no supuso el inicio de su existencia, porque ya tenía una historia previa con ocupaciones tiwanakotas, incas y de los primeros españoles que llegaron 15 años antes de 1548.

Uno de los descubrimientos clave de Bedregal es haber establecido que Pizarro estuvo en el lugar, un dato desconocido hasta ahora. El célebre conquistador llegó a lo que años después sería Nuestra Señora de La Paz atraído por las leyendas de su riqueza aurífera escuchadas por boca del inca Atahuallpa, a quien tuvo de rehén en 1532.

Al año siguiente, en 1533, Pizarro envió a su escribano Pedro Sancho a verificar el lavado de oro en Chuquiabo, una riqueza usada por los seguidores de Atahuallpa para formar el famoso tesoro que había ofrecido a los españoles para que lo liberaran.

Según el autor, la confirmación de la estancia de Pizarro en 1540 en Pueblo Nuevo fue posible gracias al primer libro de las Guerras Civiles del Perú de Pedro Cieza de León, quien registra ese viaje al asentamiento Chuquiabo o Chuquiago Marka, al sur del Cusco. Pizarro hace el viaje tras vencer sus tropas a las de Diego de Almagro (1538) en la primera guerra civil española en América.

Para Bedregal, el hallazgo de las citas de Cieza de León supuso descubrir un “tapado histórico”, es decir un tesoro oculto en la historia, porque ilumina el hasta ahora ignorado asentamiento urbano que precedió a La Paz.

Al autor le parece sorprendente que esas referencias de Cieza de León y las del propio Pedro Sancho “no hubieran sido consideradas por los historiadores o especialistas”.
Pizarro estuvo en el barrio de Churubamba que, agrega Bedregal, fue “el asiento más antiguo de la ciudad y más importante desde el punto de vista histórico”, tanto para los incas como para los españoles.

“El barrio de Churubamba, en Chuquiabo, fue el lugar que acogió a Francisco Pizarro, comendador, adelantado, lugarteniente, Capitán General, Gobernador de Nueva Castilla, en el año de 1540, por el lapso de dos meses”, sostiene el investigador boliviano.

Tal barrio aún existe y es uno de los más emblemáticos de La Paz, se conoce popularmente con el mismo nombre y en su centro tiene un monumento dedicado a Alonso de Mendoza frente al museo Tambo Quirquincho, que supuestamente fue el palacio de un líder indígena. Según Bedregal, estando allí, Pizarro mandó fundar la ciudad La Plata (hoy Sucre) y Arequipa (Perú), en lo que entonces era el sur del Collasuyo.

Revisión de la memoria paceña

Hallazgo

Según el arquitecto boliviano Juan Francisco Bedregal, el conquistador Francisco Pizarro estuvo en Chuquiago Marka durante dos meses en 1540, ocho años antes de la fundación de La Paz.

El conquistador contaba con información clave

A juicio del arquitecto boliviano Juan Francisco Bedregal, autor del libro Tras el oro de Chuquiabo: en busca de un tiempo olvidado, resulta sugerente que   Pizarro instruya en 1540 fundar una ciudad con el nombre de   La Plata cerca de donde estaba el Cerro Rico de Potosí, pero es posible que el conquistador contara con una información clave, un khipu real, sobre esa mina argentífera descubierta cinco años después.

De esta forma, Francisco Pizarro llegó a las tierras de la actual Bolivia tras el oro de Chuquiabo y la plata de Potosí, enfatiza Bedregal.

El desconocimiento de estos hechos por parte de la historia oficial se explica porque hubo un “olvido, una amnesia y una amnistía tras la larga guerra que hubo entre los conquistadores y la Corona de España”, desatada porque ésta desconoció los derechos de los primeros en América, apunta el investigador.

Por eso, sostiene el arquitecto, la fundación formal de la ciudad en 1548, con el nombre de “Pueblo Nuevo de Nuestra Señora de La Paz”, fue un “hecho tardío” y se llamó así porque Pedro de la Gasca pacificó el Perú tras esa prolongada guerra civil (1538-1548).

Como evidencia ha quedado el lema consagrado en el escudo de La Paz que pervive hasta ahora: “Los discordes en concordia, en paz y amor se juntaron y pueblo de paz fundaron para perpetua memoria”.  Una frase, según Bedregal, que en los hechos expresa la decisión de los españoles de olvidar voluntariamente lo sucedido entre españoles.

 Con esta publicación, el autor contribuye a despejar esa amnesia histórica para devolverle a La Paz su memoria perdida, la presencia de Pizarro en Chuquiago Marka, durante dos meses, en 1540.

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Desvelan el dramático y olvidado origen de La Paz

El arquitecto Juan Francisco Bedregal hizo el hallazgo al escribir su tesis doctoral en México, para la que revisó las crónicas coloniales sobre el origen de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz.

/ 6 de febrero de 2014 / 13:37

La Paz fue fundada en 1548 por el capitán español Alonso de Mendoza para conmemorar el fin de cruentas guerras, pero en el lugar ya existían el asentamiento inca Chuquiabo y el hispano Pueblo Nuevo que regentó Francisco Pizarro, un dato desconocido hasta ahora que ha desvelado un investigador boliviano.

El arquitecto Juan Francisco Bedregal hizo el hallazgo al escribir su tesis doctoral en México, para la que revisó las crónicas coloniales sobre el origen de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, hoy sede del Gobierno de Bolivia, aunque no su capital, que es la sureña Sucre.

El autor presentó estos días en el país andino su obra «Tras el oro de Chuquiabo: en busca de un tiempo olvidado» y afirmó en una entrevista con Efe que el libro contiene información que supone una «revolución» frente a la historia oficial de la ciudad.

Contrariamente a lo que se cree, la fundación de la ciudad por Alonso de Mendoza no supuso el inicio de su existencia, porque ya tenía una historia previa con ocupaciones tiahuanacotas, incas y de los primeros españoles que llegaron quince años antes de 1548.

Uno de los descubrimientos claves de Bedregal es haber establecido que Pizarro estuvo en el lugar, un dato desconocido hasta ahora.

El célebre conquistador llegó a lo que años después sería Nuestra Señora de La Paz atraído por las leyendas de su riqueza aurífera escuchadas por boca del inca Atahuallpa, a quien tuvo de rehén en 1532.

Al año siguiente, en 1533, Pizarro envió a su escribano Pedro Sancho a verificar el lavado de oro en Chuquiabo, una riqueza usada por los seguidores de Atahuallpa para formar el famoso tesoro que había ofrecido a los españoles para que lo liberaran.

Según el autor, la confirmación de la estancia de Pizarro en 1540 en Pueblo Nuevo fue posible gracias al primer libro de las Guerras Civiles del Perú de Pedro Cieza de León, quien registra ese viaje al asentamiento Chuquiabo o Chuquiago Marka, al sur del Cuzco.

Pizarro hace el viaje tras vencer sus tropas a las de Diego de Almagro (1538) en la primera guerra civil española en América.

Para Bedregal, el hallazgo de las citas de Cieza de León supuso descubrir un «tapado histórico», es decir un tesoro oculto en la historia, porque ilumina el hasta ahora ignorado asentamiento urbano que precedió a La Paz.

Al autor le parece sorprendente que esas referencias de Cieza de León y las de propio Pedro Sancho «no hubieran sido consideradas por los historiadores o especialistas».

Pizarro estuvo en el barrio de Churubamba que, agrega Bedregal, fue «el asiento más antiguo de la ciudad y más importante desde el punto de vista histórico», tanto para los incas como para los españoles.

«El barrio de Churubamba, en Chuquiabo, fue el lugar que acogió a Francisco Pizarro, comendador, adelantado, lugarteniente, Capitán General, Gobernador de Nueva Castilla, en el año de 1540, por el lapso de dos meses», sostiene el investigador boliviano.

Tal barrio aún existe y es uno de los más emblemáticos de La Paz, se conoce popularmente con el mismo nombre y en su centro tiene un monumento dedicado a Alonso de Mendoza frente al museo Tambo Quirquincho, que supuestamente fue el palacio de un líder indígena.

Según Bedregal, estando allí, Pizarro mandó fundar la ciudad La Plata (hoy Sucre) y Arequipa (Perú), en lo que entonces era el territorio sureño del Collasuyo, del imperio inca.

A juicio del autor, resulta sugerente que Pizarro instruya en 1540 fundar una ciudad con el nombre de La Plata cerca de donde estaba el Cerro Rico de Potosí, pero es posible que el conquistador contara con un información clave, un khipu real, sobre esa mina argentífera descubierta cinco años después.

De esta forma, Pizarro llegó a las tierras de la actual Bolivia tras el oro de Chuquiabo y la plata de Potosí, enfatiza Bedregal.

El desconocimiento de estos hechos por parte de la historia oficial se explica porque hubo un «olvido, una amnesia y una amnistía tras la larga guerra que hubo entre los conquistadores y la Corona de España», desatada porque esta desconoció los derechos de los primeros en América, apunta.

Por eso, sostiene el investigador, la fundación formal de la ciudad en 1548, con el nombre de «Pueblo Nuevo de Nuestra Señora de La Paz», fue un «hecho tardío» y se llamó así porque Pedro de la Gasca pacificó el Perú tras esa prolongada guerra civil (1538-1548).

Como evidencia ha quedado el lema consagrado en el escudo de La Paz que pervive hasta ahora: «Los discordes en concordia, en paz y amor se juntaron y pueblo de paz fundaron para perpetua memoria».

Una frase, según Bedregal, que en los hechos expresa la decisión de los españoles de olvidar voluntariamente lo sucedido.

Con este libro, el autor contribuye a despejar esa amnesia para devolverle a La Paz su memoria perdida.

Con este libro, el autor contribuye a despejar esa amnesia para devolverle a La Paz su memoria perdida.

Comparte y opina:

La violencia ritual tuvo un papel crucial en Tiahuanaco, según un estudio

La arqueóloga boliviana Sonia Alconini presentó esta semana una investigación en ese sentido en el encuentro "Tiahuanaco 1903-La Paz 2013, 110 años de colaboraciones arqueológicas franco-americanas".

/ 2 de noviembre de 2013 / 15:01

La decapitación humana y la extracción de los ojos fueron usadas en la cultura prehispánica de Tiahuanaco como instrumentos políticos para controlar a sus vecinos durante su expansión, según un estudio de la violencia ritual de este pueblo.

La arqueóloga boliviana Sonia Alconini presentó esta semana una investigación en ese sentido en el encuentro «Tiahuanaco 1903-La Paz 2013, 110 años de colaboraciones arqueológicas franco-americanas».

Alconini, que hizo conocer su trabajo con un vídeo enviado desde EE.UU., explicó que la investigación se basó en el hallazgo de restos de tres cráneos decapitados en Wata Wata, que fue un importante centro religioso y político controlado por Tiahuanaco.

Wata Wata es una colina al este del lago Titicaca, en los valles de la zona de Charazani, un territorio de la antigua cultura Kallawaya situado en el occidente de Bolivia, cerca de donde floreció la civilización tiahuanacota, anterior a la inca.

Se trata de una región tropical que en su momento fue clave para el aprovisionamiento de Tiahuanaco, que ejerció un dominio político en este sitio por su importancia ceremonial y estratégica.

Las calaveras halladas, que pertenecían a un hombre y a dos mujeres, presentan evidencias de fracturas y cortes deliberados para la remoción de los globos oculares, las mandíbulas, el cuero cabelludo y para la decapitación, según la investigadora.

Alconini ha relacionado la remoción de cabezas humanas con «las estrategias de legitimación de política» aplicadas en Wata Wata.

A su juicio, el caso puede tratarse de una práctica que entiende la decapitación como «una metáfora ritual» al estar vinculada a la «eliminación de la capacidad de guiar, ver y comunicarse» en este mundo y después de la muerte, según las creencias andinas.

Además, en la cultura andina, los cráneos se consideran «potentes fuentes de energía» y la decapitación se asociaba «a esfuerzos por controlar esta peligrosa fuente de poder» en un contexto de conflicto o para dirigir esta fuerza a la protección de otros.

«Todo esto fue parte de esfuerzos estratégicos destinados a extraer el poder investido a importantes miembros de la comunidad, tanto en esta vida como en el más allá, infundir miedo en la población y materializar un mensaje político destinado a cambiar el balance de poder», sintetiza la arqueóloga boliviana.

Previamente, la investigadora descartó que los «cráneos de Wata Wata» sean «cabezas trofeo», ya que dos de ellos son de mujeres y las marcas de violencia no se correspondían con las de batallas.

En las esculturas monumentales del sitio arqueológico de Tiahuanaco, a 71 kilómetros de La Paz, hay iconografía que muestra la práctica de usar cabezas como trofeos.

Así, el personaje central del afamado monumento de la Puerta del Sol de Tiahuanaco sostiene dos báculos en las manos y de sus brazos cuelgan dos cabezas, mientras que la escultura de un guerrero «Chachapuma» hecho en basalto sostiene una cabeza en las manos.

La otra posibilidad descartada es que se trate de restos de cráneos de ancestros venerados, ya que las calaveras de Wata Wata tenían, a su vez, niveles excesivos de violencia para este caso.

La investigadora concluye que la expansión de Tiahuanaco en la región Kallawaya combinó la religión, el intercambio económico y «formas ritualizadas de violencia como estrategias de control».

Esto último plantea un nuevo enfoque de trabajo para entender las decapitaciones o la extracción ocular en este antiguo pueblo.

Comparte y opina:

Últimas Noticias