Bartolina Sisa será el nombre del otro satélite
El Presidente señaló que hará labores de prospección y costará $us 150 millones
El segundo satélite boliviano llevará el nombre de Bartolina Sisa, informó el viernes el presidente Evo Morales, después de su participación en el exitoso lanzamiento del Túpac Katari desde la base de Xichang, en China. El flamante artefacto cumplirá tareas de prospección de recursos naturales en Bolivia y será construido en un tiempo de 25 meses, con un costo presupuestado de $us 150 millones.
“Ese otro sueño que tenemos, el de saber cuáles son las riquezas que hay en el país, ver los recursos naturales con los que contamos, como petróleo, hierro, litio y otros”, comentó el Mandatario en el acto de formalización del éxito de la eyección del aparato de telecomunicaciones.
El proyecto del nuevo satélite ya se encuentra incluido en el presupuesto de la Agencia Boliviana Espacial (ABE). El artefacto es denominado también de “sensación remota”, por la capacidad que tendrá para proyectar las riquezas mineral, hidrocarburífera y agrícola de una región, mediante equipos de alta tecnología.
“Nos hemos emocionado, porque estamos dando pasos importantes. Según datos, con este satélite (Túpac Katari) de comunicación estamos entre los 50 países de las Naciones Unidas, si tenemos un satélite de prospección estaríamos entre los 25 países del mundo”, resaltó Morales.
Al tener un menor precio con relación al Túpac Katari, que costó $us 302 millones y durará más de 15 años, el tiempo de vida del flamante artefacto se reducirá a ocho años, explicó el Presidente. Bartolina Sisa fue compañera del líder indígena Túpac Katari y se rebelaron contra el yugo de los españoles en la época colonial.
¿Quién fue Túpac Katari?
Túpac Katari se llamaba en realidad Julián Apaza y lideró en el siglo XVIII una de las rebeliones indígenas más extensas contra el poder español en el Alto Perú, junto a su esposa Bartolina Sisa. Cercó dos veces la ciudad de Nuestra Señora de La Paz en 1781. Murió descuartizado.
César Santisteban Pérez: El proyecto no es de costo-beneficio
Este satélite integrará a todos los pueblos de Bolivia que no tienen acceso a internet, a la transmisión de datos y todo lo que son las telecomunicaciones. Básicamente, esta tecnología representa el desarrollo: ofrecer a las poblaciones más lejanas televisión por cable y otros. Y su alcance va más allá, porque apoyará incluso a la ciencia, por ejemplo, la telemedicina. En una posta, los médicos especialistas a través de internet van a poder participar de una junta médica a distancia, revisar a una persona enferma y más.
Se debe tomar en cuenta que este tipo de proyectos no es de costo-beneficio, no es que se invirtió 302 millones y se va a recuperar todo, y el doble; por el contrario. Es un proyecto de costo-impacto, es decir, se paga 302 millones y se recupera una parte; la otra la debe asumir el Gobierno para prestar servicios y beneficiar a su gente.
Tengo entendido que el Túpac Katari cuenta con 30 canales de comunicación; toda Bolivia va a quedar cubierta con 15 de ellas, y la otra mitad va a poder ser alquilada a otros países que no cuentan con uno. Es así que 50% de su capacidad puede beneficiar a otros países, y en términos comerciales podría representar, por lo que leí, 150 millones de dólares.
El Gobierno boliviano podría recuperar esta cantidad y parece que está bien, porque uno no puede esperar que todo se pague. Quince años, ése es su tiempo de vida. Lo que pasa es que tiene paneles solares que sufren desgastes; con el tiempo las baterías también se agotan y ya no pueden abastecer al satélite.
César Santisteban, especialista en geomática y tecnología satelital (Perú).