Ante el riesgo de que se reporte una sobreposición de enfermedades en el norte de La Paz y Yungas, sobre todo del cólera y hantavirus, el Servicio Departamental de Salud (Sedes) anunció que se aumentó la vigilancia sanitaria en zonas de desastre.
“Ya estamos con 11 casos de dengue, uno de hantavirus (San Buenaventura) y dos de AH1N1 (gripe A), y el riesgo de que haya un brote de enfermedades por la variabilidad climática es alta. Pero lo más preocupante es el riesgo de (brote de) cólera”, dijo el director de Epidemiología, René Barrientos.
La autoridad explicó que la brusca inundación que sufrió la población de Caranavi, con el colapso del alcantarillado doméstico, hace que el peligro del cólera esté latente. “En lugares donde ya había la presencia del vibrión cholerae (bacteria que causa la diarrea), existe el peligro de que se presente un brote, es el caso de Caranavi”.
Dentro de una semana, especificó la autoridad, ingresará al norte paceño un grupo de 40 profesionales, entre entomólogos, laboratoristas, médicos y técnicos para aumentar la vigilancia.
Es decir que se tomarán muestras de las aguas para saber si circula alguna bacteria que causa diarrea; también se fumigarán las casas y campamentos para evitar la proliferación de mosquitos, entre ellos el Aedes aegipty, transmisor del dengue.
Además se deshierbará los alrededores de las casas y campamentos para impedir que se acerquen los roedores, que transmiten el hantavirus (enfermedad pulmonar) a través de sus heces fecales.
“Hay riesgo de hanta, AH1N1, dengue, cólera y otras enfermedades que se dan más en Palos Blancos, San Buenaventura, Guanay y Caranavi”, indicó.
Grupo de 20 médicos, al norte
Un contingente de 20 médicos del Ministerio de Salud partió ayer al norte de La Paz para asistir a familias afectadas por las inundaciones. Dentro de una semana otro grupo de 40 profesionales se trasladará a reforzar la atención en 10 municipios y 40 comunidades.