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Camiones gaseros se anuncian a bocinazos; no hay control estatal

En la ciudad de La Paz los camiones distribuidores de GLP se anuncian a bocinazos, cuya intensidad supera los 68 decibeles (dB), señala una medición edil. Según la Alcaldía, la Policía debería obligarles a calibrar sus bocinas en la revisión técnica.

Por ello, la municipalidad —que prevé inaugurar en junio un moderno taller en el que hará una inspección vehicular paralela— controlará que la intensidad del claxon no pase de 68 decibeles. La Razón intentó comunicarse telefónicamente cuatro veces con el director nacional de Fiscalización y Recaudaciones de la Policía, coronel Eduardo Almanza, para obtener una explicación sobre su responsabilidad en este asunto; sin embargo, el jefe policial no contestó las llamadas.

Ayer en el municipio de La Paz se efectuó la tercera versión del Día de la No Bocina, actividad por el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, que se celebra el último miércoles de cada abril, y este diario aprovechó la jornada para abordar el problema que generan los camiones gaseros.

De acuerdo con la Dirección Municipal de Gestión Ambiental, en los sitios donde se concentra la mayor cantidad de vehículos, el ruido pasa de los 78 dB, que excede la norma nacional que fija como límite máximo los 68 dB.

Exceso. Con equipos de medición se verificó que el sonido intermitente del claxon —bocina eléctrica— de los camiones repartidores de Gas Licuado de Petróleo (GLP), para anunciar su paso por las calles, exceden ese tope, dijo el director Rubén Ledezma.

“Hace años se aprobó una norma que pedía que esos camiones cambien las bocinas por campanas u otros medios de convocatoria, pero no se pudo efectivizar el cambio porque esta sustitución se debía verificar en la inspección técnica vehicular”, a cargo de la institución policial, apuntó.

Otro factor que ocasionó el fracaso de la iniciativa fue la confusión que creaban las campanillas, que también son usadas por los carros que recogen la basura.

El artículo 62 del Reglamento General del Código Nacional de Tránsito establece que está prohibido el uso de la bocina en las noches y en el día, excepto “en casos de fuerza mayor y cuando el conductor no tenga otro recurso para evitar un accidente”. El infractor es sancionado con Bs 20 de multa. El artículo 65 dispone que los vehículos deben tener bocina de sonido grave y prohíbe el uso de sirenas, vibradoras, claxon y aparatos que produzcan un sonido agudo, múltiple y prolongado. En este caso la sanción es de Bs 50.

Para evitar que se susciten estos problemas de contaminación acústica, el gobierno local informó que la inspección técnica municipal garantizará que el claxon de estos camiones distribuidores no exceda el límite permitido.

“La revisión que se hará a los coches será completa y vamos a controlar estos temas y la contaminación acústica con las bocinas, el uso del escape o los roncadores, entre otros”, adelantó.

El control edil, que comenzará en junio con carácter piloto, hará los esfuerzos para que las bocinas de los motorizados en La Paz no pasen del límite de 68 dB.   “Si bien hay una responsabilidad por el volumen de las bocinas, el factor principal para disminuir su uso es concienciar a los conductores para que hagan un uso responsable de este elemento”, manifestó Ledezma.

La Alcaldía anunció un proyecto para que no se use la bocina en el Centro y en Bajo Miraflores, el cual prevé sanciones a los conductores que toquen el claxon de forma abusiva, como establece  la normativa de Tránsito.

Campaña reduce el ruido en 6 decibeles

Durante la jornada de celebración del Día de la No Bocina, que se realizó ayer en calles de Bajo Miraflores y el Centro de La Paz, se logró reducir hasta en seis decibeles (dB) el ruido que producen principalmente las bocinas de los autos, informó el director de Gestión Ambiental de la Alcaldía, Rubén Ledezma.

“Este año nos enfocamos en siete puntos y más personas, sobre todo jóvenes, han mostrado su rechazo al uso indiscriminado e indebido de la bocina en la ciudad. Por ello, hay una significativa reducción de la presión sonora, en comparación con los registros del año pasado”, manifestó el funcionario edil.

En el Centro se identificaron cuatro puntos de medición y verificaciones en la mañana y en la tarde. En la calle Sagárnaga, esquina Mariscal Santa Cruz, la contaminación se redujo de 77,7 dB a 67,2 dB; en la Oruro y Mariscal Santa Cruz, de 74,8 dB a 69,7 dB; entre la Colombia y Mariscal Santa Cruz bajó de 76,8 dB a 67,9 dB y en la Plaza del Estudiante se logró una reducción de 74,8 dB a 68,3 dB.

Entre tanto, en Bajo Miraflores se hicieron verificaciones en tres puntos. En inmediaciones del Hospital Obrero la contaminación disminuyó de 69,8 dB a 67,4 dB; en la plaza triangular, de 67,56 dB a 64,5 dB, y en la avenida Saavedra, de 73,4 dB a 69,9 dB.

“Esta reducción ha permitido bajar la contaminación a niveles permisibles. El promedio general es de 73 dB, el máximo permitido es de 68 dB, pero con la campaña hemos llegado a 66 y 67 dB. A partir de ahora nos corresponde implementar medidas de largo plazo”, sostuvo la autoridad municipal.

Durante toda la jornada, más de 2.406 voluntarios, entre escolares, universitarios, funcionarios ediles y cebras promovieron el Día de la No Bocina con mensajes de silencio, cantos, letreros con emoticones y hasta números de teatro. Del evento también participó un grupo de ciegos, que son los más afectados por la contaminación acústica.

La gente opina sobre el ruido

Martha Montes: Ama de casa

“En general el sonido de la bocina es molesto en las vías más céntricas de La Paz, pero lo que más me molesta son los altos volúmenes que se utilizan en las galerías (comerciales). Esos ruidos son desesperantes y en las zonas, algunos camiones gaseros”.

Marcelino Huanca: Jubilado 

“Yo creo que las personas que están detrás del volante se encuentran muy estresadas y se desquitan tocando la bocina cuando alguien se interpone en el camino. Este problema es de tolerancia. Los que viven cerca de locales de fiestas también sufren mucho”.

Mauricio Mamani: Comerciante

“Hay problemas con el ruido en todo lado, no solo en el Centro. Vivo por la Entre Ríos y allí los camiones de gas nos hacen saltar porque su bocina es muy fuerte. En el centro los choferes de los minibuses, sobre todo, pitean a todos con la bocina”.