Ediles y Policía impiden en el parque Mallasa un asentamiento
Denuncia. Pedro Susz dijo que se pedirá detener a los involucrados
Tras una batalla campal, la Policía y la Guardia Municipal de la Alcaldía de La Paz impidieron que un grupo de personas, que reclaman la propiedad de lotes dentro del Parque Nacional Mallasa —quienes rompieron la malla perimetral—, se asienten en éste; no hubo heridos.
El enfrentamiento se produjo cerca de las 11.30 y duró unos 40 minutos, informó a La Razón el subalcalde de Mallasa, Eduardo Campero. Los funcionarios municipales, al verse desprotegidos, solicitaron la ayuda de la guardia edil y de la Policía.
“Este (problema) tiene larga data, porque este predio ha sido avasallado antes de 2010 por un supuesto comunario originario de nombre Hilarión Díaz, quien creía que era su propiedad y lo vendió, pese a que hay una ley nacional que declara al parque nacional como área protegida”, explicó el Subalcalde.
El lunes, el gobierno local demolió una construcción erigida en el área afectada en cumplimiento de una orden emanada de un proceso técnico administrativo efectuado en 2010. El terreno en conflicto mide poco más de 900 metros cuadrados —el parque tiene más de 200 hectáreas— y 11 familias reclaman ser propietarias, entre ellas los tres hijos de Díaz, quienes se declaran herederos.
“Un grupo, no se sabe bien (si son) comunarios u obreros contratados por el señor Díaz, han procedido a destruir parte del enmallado que hemos levantado ayer (lunes), han picado parte de los cimientos que se colocaron para su soporte y apedrearon a los funcionarios de la Subalcaldía de Mallasa que intentaron impedir esas acciones”, denunció Susz.
El Subalcalde confirmó que los diez empleados ediles fueron golpeados con palos y que les lanzaron cohetillos. “Tengo funcionarios que recibieron impactos de petardos, porque les llegaron directo a ellos. Vinieron parientes y familiares de los dueños (a enfrentarse), a ellos les vendieron ilegalmente. Creen tener derecho propietario”, prosiguió Campero.
María Mercedes Díaz, una de las hijas de Hilarión Díaz, aseguró que cuentan con toda la documentación original proporcionada por Derechos Reales, y que se presentaron a la Subalcaldía para solucionar este problema. “No hubo respuesta alguna ya que los funcionarios cambiaban constantemente y volvían a pedir los trámites y documentos”, apuntó.
“Nos han sorprendido con la demolición, el predio pertenecía a Sonia Apaza, nos atacaron con piedras”, dijo Andrés Díaz, otro de los hijos. “Nuestro papá es colono, mi abuelo también y nos lo han heredado. Vamos a colocar carpas en todo el terreno y estaremos haciendo vigilia”, añadió Rosa Díaz.
La Razón visitó el lugar y pudo observar la presencia de más de 30 guardias municipales y agentes de la Policía resguardando el lugar tras el enfrentamiento. Cerca de las 14.30 llegaron obreros ediles que reforzaron el enmallado para impedir el paso de personas particulares.
Silvia Huanca informó que hace seis años compró de Díaz un lote y que pagó por él $us 25.000. “Me mostró los papeles y compré con confianza”, se lamentó ayer. Susz informó que el gobierno local presentó ayer ante la Policía y la Fiscalía una denuncia por incitación a la violencia contra las personas que intentaron ocupar el parque Mallasa.
“Una señora Apaza aduce tener documentos legales, pero no muestra ninguno. Estamos denunciando y pidiendo la acción directa para que sean detenidos algunos de estos destructores que aún están en el área”, anunció el director edil. El parque tiene 203 hectáreas que están registradas en Derechos Reales a nombre de la Alcaldía de La Paz.
Orden de demolición de 2010
Resolución
Funcionarios de la Dirección de Mantenimiento, la Defensoría de la Niñez y la Subalcaldía Mallasa participaron del operativo de demolición de una construcción no habitada frente a la Subalcaldía el lunes. La Defensoría verificó la ausencia de menores, los obreros retiraron el techo de calaminas y demolieron las paredes y cercaron el predio. “Había un ropero, botellas de bebidas alcohólicas y canastillos”, dijo Eduardo Campero, el subalcalde.