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Creyentes priorizan pedidos antes de ofrendar las mesas

La costumbre de agosto era ofrendar a la Pachamama para manifestarle el agradecimiento, pero el sentido del ritual se fue transformando y hoy en día los creyentes priorizan sus peticiones, según relatan las chifleras que preparan las mesas.

“Lo tradicional para agosto era ofrendar a la Pachamama, la mesa venía con golosinas y un feto de llama (sullu) para agradecer la próxima cosecha. Eso después se traducía en el bienestar económico. Ahora la gente se dedica más a poner en sus mesas símbolos materiales antes que agradecer”, expresó el amauta Aldo Pacheco.

Como cada año, el mes de la Pachamama comienza hoy y con ello el ajetreo de creyentes para conseguir una mesa de ofrenda. Las vendedoras de la tradicional calle Linares de La Paz coincidieron con el amauta, al explicar que tuvieron que adecuar la mesa con algunos elementos demandados.

“Para este año la novedad son los billetes que no son para la ofrenda sino para el que la hace preparar. Al momento de quemar la mesa, esta persona debe pasar por el humo el dinero simbólico y luego guardarlo en su cartera. Es para que no falte dinero”, contó la vendedora Rogelia Chirinos.

Desde las 00.00 de hoy, a las apachetas (lugares altos del altiplano) acudieron familias y grupos de creyentes de esta costumbre de los pueblos aymaras. Cristina Marca, de la Casa Esotérica 7 Poderes, sostuvo que la ofrenda debe tener misterios (cuadrados hechos de azúcar con símbolos de libros, dinero, casa, auto y otros), la k’oa (planta ceremonial), lana de colores de oveja o llama, untu (grasa de camélido), hojas de coca, hilos plateados y el sullu.

“Tenemos mesas de diferente precio, desde 50 hasta 500 bolivianos, dependiendo de cuál es el pedido que hace la familia o la empresa, que generalmente queman la ofrenda en la casa o el terreno. También armamos mesas para llevar a las apachetas y tenemos crías de llama pequeña”, indicó.

La ofrenda a la Pachamama es un agradecimiento por la producción agrícola en el área rural y por la prosperidad de los negocios, la salud y la familia en las ciudades.Según Pacheco, agosto es considerado como el periodo del Laqan pajxi (mes de la boca abierta) porque es un tiempo en el que la Pachamama abre su boca para recibir sus ofrendas.