Policía boliviana activa un plan para reducir la violencia en la institución
La primera fase del programa consiste en un diagnóstico para verificar la problemática interna, con el respaldo de autoridades sanitarias y de expertos de la Policía de Nicaragua, país en el que se aplicó un plan que generó una política de equidad de género dentro de la institución policial.
La Policía boliviana puso en marcha, con el apoyo de la Agencia de Cooperación Alemana, un programa para reducir la violencia dentro de esta institución, donde se han registrado varios casos de ataques contra mujeres y feminicidios, informó hoy la institución.
«Se está tratando todo tipo de violencia y actitudes que pueda tener la policía en relación a la familia, al interior de la institución o, en su caso, también alguna problemática de género que exista», explicó a Efe la directora de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FLCV), coronel Sara Lema.
La primera fase del programa consiste en un diagnóstico para verificar la problemática interna, con el respaldo de autoridades sanitarias y de expertos de la Policía de Nicaragua, país en el que se aplicó un plan que generó una política de equidad de género dentro de la institución policial.
Lema señaló que en el diagnóstico se analizarán «aspectos que pueden ser detonantes para que el funcionario pueda tener esa actitud (violenta)».
Según la coordinadora del Programa Regional Combatir la Violencia Contra la Mujer de la cooperación alemana, Irma Campos, Nicaragua ha sido premiada por tener «una de las policías con el mejor enfoque de género de la región».
En ese país centroamericano «se trabaja internamente en temas de no discriminación, condición de sexo, acceso igualitario a cargos jerárquicos e incorporación a mujeres a los primeros niveles de pregrado», dijo Campos a Efe.
Los resultados del plan de diagnóstico se conocerán en diciembre próximo, y a partir de ese estudio se diseñarán las acciones que se aplicarán el siguiente año en la institución.
También se trabajará en la formación policial interna y «todas las acciones que puedan hacerse» para lograr reducir los índices de conflicto y violencia, apuntó Lema.
Agentes de la policía boliviana y también de las fuerzas armadas han estado implicados en varios casos de violencia en el último año, en la mayoría de los casos dirigida contra mujeres.
En 2013, la periodista Hanalí Huaycho murió apuñalada por su marido, que era policía, en presencia de su hijo de 5 años y tras haber presentado numerosas denuncias por malos tratos contra su marido sin que las autoridades le prestaran atención.
En noviembre de ese mismo año, una cadete de la Academia Nacional de Policías de Bolivia (Anapol) falleció y otras tres resultaron heridas tras supuestamente haber sufrido violencia física durante un entrenamiento.
También en 2013 murieron 12 soldados en circunstancias que aún no fueron aclaradas y la Defensoría del Pueblo recibió un total de 177 denuncias de miembros de las Fuerzas Armadas por vulneraciones de derechos humanos en esa institución.
En septiembre de este año la Policía boliviana procesó legal e institucionalmente a dos militares acusados de asesinar a una joven de 17 años y de violar a su prima en un pueblo del altiplano de La Paz.
Ese mismo mes, el alto mando Alberto Suárez renunció a su puesto como responsable policial de la región central de Cochabamba para someterse a una investigación por supuestamente encubrir la violación de una mujer discapacitada por parte de agentes a su cargo.