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Alcaldía de La Paz identifica 28 cementerios ilegales

En la ciudad de La Paz existen 30 cementerios, de los cuales dos: el General (municipal) y el Jardín (privado) son legales y los restantes 28 son ilegales, informó el jefe de Unidad de Servicios Municipales, Dewar Pérez.

De los 28 cementerios, cinco son privados (no se conoce sus nombres porque no cuentan con papeles) y los restantes 23 son clandestinos y, en su mayoría, fueron creados por la propia población. Éstos, precisó, tampoco cuentan con la licencia de funcionamiento y otros requisitos para proceder con la sepultura de difuntos.

«Son cinco privados. En el ámbito urbano (además) contabilizamos 23 cementerios clandestinos, los mismos que ya los tenemos identificados en los diferentes macrodistritos que tenemos. Están dispersos, tal vez pueda citar dos de los más grandes: el de La Llamita que está en la avenida Periférica y el cementerio de Bella Vista», dijo Pérez a la ANF.

A «La Llamita» y «Bella Vista», ésta última ubicada en la zona del mismo nombre, se suman otros cementerios clandestinos que están ubicados en diferentes macrodistritos, como el caso de Mallasa y Cotahuma, precisó Pérez.

El objetivo de la Alcaldía es que algunos de estos cementerios clandestinos pasen a ser legales, por ejemplo el de Bella Vista que ya tiene gestiones avanzadas con los vecinos, a quienes se les pidió levantar un censo de los cuerpos que se encuentran enterrados. La Llamita es un poco más complicado legalizarlo, porque se encuentra en una zona de riesgo, aseguró.

Tres aspectos de riesgo en los cementerios ilegales

La Alcaldía identificó al menos tres aspectos de riesgo que se generan con la aparición y funcionamiento de los cementerios ilegales o clandestinos, que tienen que ver con temas de salud, deslizamientos y entierro de personas asesinadas.

En salud, por ejemplo, el riesgo está en que no se identifica la enfermedad con la que una determinada persona falleció y pese a ello se la entierra sin tomar en cuenta los posibles contagios que se podrían transmitir a quienes proceden con la sepultura y a los visitantes.

En temas de deslizamientos, el enterrar a muertos en determinados tipos de terreno podría ocasionar huecos y posteriormente filtraciones de agua que conducirían a un desliz, como acaeció en el cementerio Las Flores que estaba ubicado en la zona de Callapa, pero que fue afectado por el megadeslizamiento ocurrido en febrero del 2011, lo que provocó que la mitad de éste se viniera abajo y la otra quedara al descubierto.

Otro factor de riesgo es el empleo de estos camposantos para el entierro de personas que fueron asesinadas. «No se tiene control del tipo de fallecimiento de las personas (…), obviamente no están reglamentados o no están cumpliendo la norma que existe», resaltó.

Según Pérez, el hecho de que la población instale un panteón clandestino es por la falta de conocimiento o recursos económicos, ya que muchas veces se cree que el cementerio General es caro o que ya no cuenta con espacio suficiente, lo que fue desestimado por el funcionario, quien apuntó que se cuenta con espacios y precios accesibles.