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Largo feriado merma el despido de almas en el cementerio paceño

El largo feriado de Todos Santos hizo que disminuya la afluencia de las familias al Cementerio General de La Paz para despachar a las almas en la jornada de ayer, el camposanto lució menos aglomerado que en años pasados.

“Mis papás y hermanos se fueron al campo el sábado y llegarán el lunes, bien temprano. Recién mañana (hoy) haremos rezar a mi abuelita Petrona Favio de Mullisaca”, dijo Isabel Mullisaca, mientras colocaba algunos panes y flores al nicho de su familiar.

Sin familiares que hagan orar por ella, la sepultura de Sebastian Cancari, quien falleció el 15 de mayo de 2013, estaba llena de t’antawawas, dulces, refresco y flores. De igual manera lucían los nichos de Braulio Cocazapa, Alejandro Quispe, Elvira Ríos, Dora Quisberth, entre otras lápidas.

“Por el feriado creo que las familias salieron de la ciudad. A esta hora (14.00) el cementerio estaba lleno de gente, hay más resiris y cantantes que dolientes que hacen rezar. Como mañana no se trabaja, seguro recién van a venir las familias”, expresó Amelia Colque, quien “alquila” escaleras y bidones con agua por un boliviano.

‘Resiris’. Desde el área rural se desplazaron familias íntegras para orar en el camposanto a pedido de los dolientes, fue el caso de Rosa Choquetijlla, quien junto a sus dos hijos (cinco y nueve años) trataban de llenar tres saquillos.

“Se lo rezaremos por pancito tía, por todas las almitas vamos a rezar, en aymara más”, rogaba para que la esposa de Douglas Mamani le permita elevar sus oraciones. Otros rezadores también pugnaban para ser aceptados.

Los que tuvieron más éxito, por la demanda de las familias, fueron los grupos de música. Tarqueadas, morenadas, boleros, entre otros ritmos llenaron los pasillos de la necrópolis.

“La tradición nos indica que debemos despachar a las almas con música y rezos para que se vayan bailando y contentos. A mi esposa le gustaba mucho la tarqueada y estas señoritas lo hacen muy bien”, señaló Édgar Rocha.

El grupo de nueve mujeres Jailli Uma, tuvo mucha demanda para interpretar temas, cobraron Bs 10 por cada pieza, algunas familias pidieron hasta cinco temas.

T’antawawas llaman la atención de los turistas

“Las galletas en forma de muñecas gigantes son lindas”; “foto, foto, please”, fueron algunas de las frases que expresaron emocionados turistas que acudieron al Cementerio General de La Paz para observar cómo se celebra la festividad de Todos Santos.

Algunos de los visitantes extranjeros como del Japón, Finlandia y Brasil entre otros países, arribaron al camposanto paceño en el teleférico o caminando. El destino de Susake Fuguragua y su esposa era llegar a la feria 16 de Julio, pero al ver, desde el aire, el movimiento de gente en el cementerio, se quedaron en la estación.

Al igual que la pareja nipona, Anders Ulrick, junto con un grupo de amigos de Finlandia, pasearon por las diferentes vías de la necrópolis y sacaron fotos. Con un mal castellano pedía a los dolientes agarrar las t’antawawas, “son galletas gigantes”. Valeria Apaza les pidió que recen por su papá, sin entender nada los turistas solo recibieron platos de panes, los pusieron en sus mochilas y se fueron.

Una pareja extranjera, con una cámara filmadora, grabó diferentes pasajes de la celebración, como las mesas, que se improvisaron al ingreso de las puertas del camposanto o debajo los nichos.

Otros turistas decían “las muñecas con sus caretas son lindas”.

En Oruro se introducen las ‘alma tablillas’

Entre las costumbres de Todos Santos en Oruro se empieza a imponer una mesa preparada para los difuntos, también llamada “alma tablilla” que contiene incienso, retamas, misterios con calaveras (t’oclitos) y vino, que se somete al fuego para el despacho de las almas que visitan a su familia.

“Esta costumbre ha crecido más, mucha gente, de todo nivel social, lleva las ‘alma tablillas’ para la celebración de Todos Santos”, comentó Betza Condori, vendedora de estas ofrendas en la capital orureña.

Las ofrendas para los difuntos son preparadas fuera del camposanto, puesto que en el municipio está prohibido introducir alimentos y menos bebidas al recinto.

Desde el mediodía, los dolientes visitan el cementerio y en la plazuela, ubicada frente al ingreso de la necrópolis, arman tumbas pequeñas con el resto de las ofrendas para los rezadores. La actividad para despedir a las almas de los seres queridos se desarrolla hasta pasadas las 19.00.

Asimismo, en medio del humo de incienso, oraciones y cánticos, a las 12.00, en varios domicilios se empieza a “destumbar” el altar armado desde la medianoche del 1 de noviembre, y antes de visitar el cementerio los dolientes en agradecimiento a los amigos y gente que llega a rezar, sirven un plato de comida (picante de pollo, ají de fideo, asado de cordero) acompañado de un vaso con chicha; con preferencia se prepara el plato que más le gustaba al finado.

Otros dolientes visitan las iglesias cerca de las 11.00 para escuchar misa acompañados de amigos y parientes, en honor al pariente fallecido. Se cree que el alma bendita encuentra paz con las oraciones y la celebración eucarística y así retorna al más allá tranquila y sin pena.

En el área rural, la despedida de las almas se realiza con bailes al son de tarqueadas, charangos y pinquillos.