El vicepresidente Álvaro García reconoció que la muerte del bebé Alexander mostró la “debilidad e ineptitud” de varias instituciones, y consideró “una pena y vergüenza” que, a tres semanas de los hechos, no haya sido esclarecido. Calificó como “corporativismo asfixiante” a la dirigencia de los médicos por llamar a un paro en defensa de galenos detenidos.
Alexander perdió la vida el 13 de noviembre en el Hospital Juan XXIII, tras ser evacuado del Hospital del Niño, una vez reanimado a poco de ser trasladado desde el Hogar Virgen de Fátima, en la zona de Obrajes. Hasta el momento no hay un diagnóstico preciso sobre la causa de la muerte, aunque, inicialmente, se refirió daños por una supuesta violación.
“La muerte del niño ha revelado…la debilidad y la ineptitud de varias instituciones y hay que asumirlo así, con franqueza, no hay porque esconder. Ese niño ha muerto por inoperancia, por lentitud, por desidia, por maltrato, por abandono y encima van tres semanas y no sabemos cómo fue la muerte”, cuestionó en una improvisada conferencia de prensa en puertas de Palacio.
La Fiscalía apartó el viernes a dos fiscales de la comisión encargada de esclarecer lo ocurrido por “falta de compromiso y dedicación al trabajo”. Ese día fueron beneficiados con medidas sustitutivas a la detención un médico y una enfermera del Hospital Juan XXIII; ocho personas están procesadas.
“Es una pena y una vergüenza; ojalá que en los próximas días la gente pueda saber qué paso con el niño e inmediatamente sacar una propuesta para superar esas deficiencias terribles”, afirmó García, quien también cuestionó la decisión del Colegio Médico de La Paz de convocar a un paro para el miércoles en defensa de sus asociados detenidos.
“Es demostración palmaria de un corporativismo asfixiante, porque les está valiendo un comino la salud de la población…el gremio por encima de la sociedad”, insistió.
La investigación fue declarada en reserva indefinida.