Monteroni Chico, un barrio apuntalado con viejas llantas
Precario. Graderías, un puente y un muro fueron construidos por vecinos con el uso de neumáticos y tierra
A unos 30 minutos en auto del centro paceño se encuentra Monteroni Chico, un precario barrio, afianzado con decenas de neumáticos viejos mezclados con tierra, que hacen de graderías, de muro de contención y hasta sostienen un puente. Allí viven unas 40 familias. Este vecindario —que tiene más de 30 años— pertenece al Distrito 13 del Macrodistrito Periférica y colinda con el barrio de Huaychani.
No es fácil llegar al sector. No hay servicio de transporte público y la única línea que acerca a los vecinos a sus domicilios es el minibús 272, que les deja en Huaychani. Para llegar hasta Monteroni Chico, situado en la cima de un talud, hay que caminar. Sus habitantes deben llegar hasta el barrio Ampliación Rosasani e ingresar a la única vía que desciende hasta el río Orkojahuira, en un área donde se echan escombros y otros materiales.
Al pasar el puente —debajo del cual se acumulan viejas llantas de vehículo para darle estabilidad—, para evitar dar una vuelta por Huaychani y cortar camino, los vecinos construyeron graderías con neumáticos, apilándolos unos sobre otros, las que llevan directamente al corazón de este precario vecindario.
“Esas gradas las hemos construido con el apoyo de los vecinos en trabajo comunitario. En época de lluvias es normal que hayan derrumbes y tenemos que estar arreglando de a poco, porque las necesitamos”, contó Dora Consacro, vecina del sector. Entre los habitantes de la zona hay personas que tienen sus vehículos; sin embargo, tropiezan con el deteriorado camino de ingreso.
Siguiendo la vía que conduce a la vecina Huaychani, empedrada y que tiene una malla olímpica, hay una vía de tierra que conduce a una quebrada. Allí, los vecinos utilizaron neumáticos para construir una especie de puente sobre el pequeño riachuelo que desciende desde el cerro, que tiene dos pilares construidos con cemento y troncos de árboles de eucalipto. Cuando La Razón visitó el sector, el vehículo en el que se trasladaban los reporteros se plantó dos veces por el barro y la greda.
Tras sortear ese paso, se asciende una pequeña cuesta y se llega a Monteroni Chico, cuyas calles no están empedradas. Angelino Callisaya informó que antes no contaban con el servicio de agua potable y que recientemente la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS) les instaló una pileta pública.
El 16 de enero, debido a las lluvias, en Monteroni Chico se produjo un pequeño deslizamiento que provocó que parte del muro de contención hecho también de ruedas de autos por los vecinos, se desplome. “Quisiéramos que haya más apoyo de la Alcaldía para que podamos vivir mejor, pero siempre se han olvidado de nosotros, dicen que somos ocho familias, pero somos más”, se quejó Consacro. Este medio intentó contactarse con el subalcalde de Periférica, Julio Tincuta, pero éste no respondió su teléfono móvil.
Se turnan para guiar volquetas
Trabajo
Los vecinos de Monteroni Chico se turnan en la mañana y en la noche para guiar a las volquetas a que echen los escombros al pie del talud, en las cercanías del río Orkojahuira. “Queremos que la zona se estabilice, por eso nos hemos organizado para rellenar poco a poco el terreno”, contó Mario Chambi, un vecino que pidió apoyo de la Alcaldía paceña.