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Bebé se recupera; padre le quemó la cara y golpeó

Una máscara de silicona cubre el rostro de Logan M., de siete meses. Cuando tenía dos, su padre le arrojó agua hervida a la cara y a los cinco, le golpeó.  Su madre le denunció cinco meses después del primer ataque. El sujeto fue aprehendido el lunes.

La noche del 24 de diciembre de 2014, cuando Rosa C., de 25 años, volvió a su casa en El Alto del trabajo, encontró al bebé con el rostro enrojecido y cubierto de ampollas. Se había quedado al cuidado de José Luis M., de 26,  quien le explicó que su hermana, de un año y tres meses, le habría echado una taza de té hirviendo.

Logan no recibió atención médica oportuna. “Él me convenció para que no fuéramos al hospital, por temor a ser denunciado por  maltrato. Una semana después recién lo llevamos”, contó llorosa Rosa. C., quien está en un albergue porque recibe amenazas.

La máscara de silicona que cubre gran parte de la pequeña cara de Logan solo deja ver sus tiernos ojos y sus labios. Se espera que así se puedan curar las lesiones. Estas láminas son usadas en la rehabilitación de quemaduras y daños cutáneos, contribuyen a aliviar el dolor, disminuir la formación de cicatrices y otros.

Rosa C. aseguró ayer que familiares de su esposo la vigilaban para que no fuera a denunciar la agresión. El 16 de marzo, el bebé volvió a ser víctima de maltrato; también se había quedado al cuidado de su progenitor y tenía el rostro hinchado por los golpes.

Recién entonces Rosa C. presentó una denuncia al Servicio Legal Integral Municipal (SLIM) de El Alto, que quedó archivada. Luego acudió a la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) de La Paz.

Víctimas. “Aprehendimos a José Luis M., el lunes 25 de mayo. Los cargos son lesiones gravísimas. La investigación se ampliará al entorno familiar del sujeto porque habrían retenido a la fuerza a la madre”, manifestó el director de la FELCV, coronel Iván Rojas. Rosa C. es una víctima más de su esposo y de las circunstancias, según el psicólogo Álvaro Molina.

“Hasta que no encuentre alguna otra condición para poder independizarse de esa relación, que es peligrosa, será un problema latente”, señaló. Asimismo, consideró que debe trabajar en la rehabilitación y la prevención para evitar que estos casos se repitan y las familias se desintegren. “La ley no solo debe condenar, sino también rehabilitar a los que tienen problemas de personalidad”, agregó.