Un grupo de 31 obreros, la mitad de ellos de nacionalidad boliviana, fue rescatado de la explotación laboral y la precariedad de una fábrica de ladrillos, en Tucumán, región al noroeste de Argentina.
“En el lugar habían 31 personas en condiciones de explotación laboral, de las cuales la mitad eran bolivianos y el resto oriundos de esta provincia, entre ellos varios niños”, señala la publicación de La Gaceta, extraída por Erbol.
Según el portal argentino, Francisco Menteros, uno de los obreros bolivianos, contó que por cada 1.000 ladrillos que producen cobran 400 pesos argentinos, equivalente a unos 300 bolivianos. Pero, agregó que ese monto incluye el armado, corte y secado de cada ladrillo, trabajo que requiere de al menos unos tres días. “No sé qué es explotación. Nosotros trabajamos para comer y no tener que salir a robar”, expresó.
Daniel Weisenberg, funcionario judicial, indicó que en la fábrica existen grupos familiares con viviendas precarias, en algunos casos sin agua y sin baño. La denuncia fue enviada la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas.
La Justicia federal de Argentina identificó a Héctor Daghero como el dueño de la propiedad donde funciona la fábrica de ladrillos. La Gaceta señala que la defensa de Daghero negó las acusaciones y afirmó que él solo arrienda las tierras donde está la fábrica y no tiene vinculación con la explotación.