Apareció muerto niño que dieron por desaparecido
Asesinato. La autopsia determinó que sufrió golpes en la cabeza.
El domingo 30 de mayo, Caleb, un niño de tres años, desapareció en la población de Lliquimuni. Lo dieron por raptado, pero su cadáver fue hallado el miércoles en un río de Guanay, al norte de La Paz.
El día en el que se denunció su desaparición, los padres del pequeño se encontraban en una reunión en una cooperativa minera. El niño jugaba en la parte trasera de su vivienda, pero en un breve descuido lo perdieron de vista.
Sus progenitores dieron parte a la Policía, que de inmediato inició un rastrillaje por la zona. Un testigo dijo que había visto cómo un motociclista raptaba a un niño, entonces se empezó a manejar la posibilidad de que el pequeño fue secuestrado, según información del periodista Bladimir Vallejos, de radio Larecaja.
Organizaciones sociales, autoridades, miembros de la Alcaldía, efectivos de la Policía y de la Fuerza Naval se sumaron a la búsqueda. Finalmente se dio con el cadáver del pequeño, que se presume fue arrastrado por el río hasta una comunidad cerca de Caranavi.
Ayer se realizó la autopsia al cuerpo del niño en esa población y el forense determinó que fue asesinado, pues presentaba un traumatismo en la cabeza producto de fuertes golpes.
Los padres recuperaron los restos de Caleb, que fueron velados en el Coliseo de Caranavi, mientras la Policía empezó a tomar las medidas para iniciar las investigaciones, añadió Vallejos.
Asimismo, la población expresó su molestia por el fatal hecho, por lo que padres de familia, apoyados por decenas de vecinos, marcharon desde Lliquimuni hasta el municipio de Guanay, donde prolongaron el recorrido hasta arribar a la plaza principal del pueblo, ubicado en la provincia Larecaja. Allí dieron una vuelta con el ataúd del menor para luego proceder a enterrar los restos de Caleb a su retorno a la comunidad de Lliquimuni.
Por su parte, el alcalde de Guanay, Róger Tintaya, adelantó que coordinará acciones con la Policía para hacer efectivo el trabajo en las trancas de control vehicular, ello con el objetivo de controlar a las personas que entran a la comunidad, como así también a quienes ingresan a los alojamientos, precisó Vallejos.