Bares y lenocinios generan inseguridad en Villa Dolores
Delincuencia. Vecinos piden mayor control policial en la zona
La proliferación de bares, cantinas e incluso lenocinios clandestinos genera la preocupación en los vecinos de Villa Dolores. Estos negocios, muchas veces ilegales, derivan en inseguridad en esta céntrica zona de El Alto. “Es una preocupación porque estas actividades generan trata y tráfico, prostitución clandestina y delincuencia”, manifestó la presidenta de la Junta de Vecinos de Villa Dolores, Fátima Machaca.
Acompañada de al menos 15 vecinos, pidieron más efectivos policiales para controlar de forma permanente el barrio. La dirigente afirmó que cada día hay más bares y lenocinios ilegales, y que estos negocios se camuflan en galerías o edificios, donde aparentemente hay oficinas y otros negocios. “Estos tres tipos de negocios (bares, prostíbulos y alojamientos) están dando una mala imagen a la zona y El Alto, porque es un barrio céntrico”, acotó Machaca.
Prioridad. La alcaldesa de El Alto, Soledad Chapetón, dijo que una de las prioridades de su gestión es mejorar la seguridad ciudadana en la urbe. “Es una de las metas y compromisos con la ciudad”, declaró hace unos días. El secretario municipal de Seguridad Ciudadana, Dorian Ulloa, aseguró ayer que desde esta unidad se coordinará el trabajo con los vecinos y se diseñarán proyectos que beneficien a la población.
“No vamos a hacer nada improvisado. No se pueden comprar, por ejemplo, cámaras de seguridad sin tener un estudio previo y algo que respalde el proyecto”, sostuvo la autoridad edil. Acotó que la Alcaldía tiene previsto la conformación de un Consejo de Seguridad Ciudadana como una prioridad para proteger a los habitantes de esta urbe.
Vecinos de Villa Dolores también se quejaron por la comercialización de bebidas alcohólicas sin el control municipal, cerca y dentro de estos negocios ilícitos. “Nadie norma ni controla el expendio de estos productos”, reclamó Martín Canaviri, habitante de la zona y subrayó que ya pidieron la presencia de las nuevas autoridades ediles para una reunión.
Según la Cámara de Turismo y Hotelería (Camtourh) de El Alto, en esta ciudad existen más de 300 alojamientos, de los cuales solo 150 están registrados. En la Dirección de Recaudaciones del gobierno local se tiene el dato de 280 alojamientos que pagan patentes.
No se permitirán más asentamientos
La presencia de una gran cantidad de vendedoras en las calles es otra de las preocupaciones de los vecinos de Villa Dolores. Según los habitantes de la zona, el comercio en las calles causa desorden y acumulación de basura. Habitantes de este barrio exigieron a las autoridades de la Subalcaldía y de la Alcaldía crear un plan de reordenamiento.
“Se trata de un barrio que forma parte de la Ceja, el lugar por donde todos pasamos, incluso la gente que viene de otras ciudades y países, pero no demostramos educación ni orden”, lamentó Sofía Choque, vecina de la zona.
La presidenta de la junta de vecinos de este barrio, Fátima Machaca, dijo que exigirán que se cumplan las ordenanzas. “Sobre los asentamientos de comerciantes, la visión es hacer cumplir las ordenanzas municipales que permitan la instalación de puestos y exigir que los comerciantes que no cuentan con autorización edil se retiren”, agregó.
Al pasar por la calle 2, cerca de la avenida Tiwanaku, se pudo observar que existen muchos gremiales, al menos 50 en una sola cuadra. Al inicio de la avenida Antofagasta están apostados en las aceras, calzadas e incluso cubren las esquinas, impidiendo de esta forma la circulación peatonal y vehicular.
“Caminamos en medio de los coches y los puestos, es en ese momento que nos roban, nos empujan, encima hay que soportar el ruido de la movilidades”, relató Virginia Chura, otra vecina. Para Sonneschein, un ciudadano alemán de visita en la ciudad, la zona es particular y atractiva pero le falta cumplir con las normas de tránsito e higiene.