Luego de los cantos y oraciones de espera, se hizo el silencio a las 17.10. Expectante, la muchedumbre reunida en el campus, detrás del hangar presidencial en el aeropuerto de El Alto, se calló cuando vio el avión de Boliviana de Aviación acercarse, aterrizar y detenerse. A las 17.27, con el sol empezando a esconderse en el horizonte y con casi una hora de retraso, el papa Francisco pisó suelo boliviano.

Desde las 07.00 asomaron los primeros católicos al campus, que estuvo abierto al público desde las 08.00. Allí comenzó el montaje del altar papal, que replicó la fachada de la iglesia de Laja, donde se colocaron dos pantallas led como si fueran dos ventanales con vitrales que iban pasando imágenes de flores, Cristo y cruces.

Para las 09.00 el público local era escaso; el primero en llegar fue el de otras regiones o de provincia. “Salimos ayer a las 03.30 de Oruro y llegamos a eso de las 07.30. Fuimos de los primeros en ingresar a las 08.30”, comentó Fray Gustavo, hermano del Socavón de los Siervos de María, que llegó en una delegación de 148 personas desde la tierra de Pagador. “Esta visita es solo algo previo, queremos vivir con alegría este momento, pero las verdaderas consecuencias en la fe se verán después”, vaticinó.

Demetrio Mamani, de 53 años, con poncho y sombrero de lana de oveja, llegó desde la parroquia Chipaya, en Oruro, con miembros de su comunidad. El lunes partieron de esa comunidad rumbo a la ciudad de Oruro y llegaron la madrugada de ayer a El Alto. “Estamos muy contentos de ver al Papa en Bolivia. Queremos una bendición y compartir eso con las bases”, dijo.

“Papa Francisco, aquí estoy. Haz que mi pueblo sea un templo de oración, que tu palabra sea mi canción”, cantaba uno de los grupos mientras las animadoras igualaban pasos con pañuelos amarillos y blancos. Entre el público, un animado grupo de religiosas del asilo San Ramón alegraba el comienzo de la tarde. Para las 16.00, la gente ha comenzado a llegar en masa, al igual que los coches con las principales autoridades gubernamentales, departamentales y municipales.

Vivas. El bullicio fue general a las 17.00: canciones, oraciones, vítores y el tradicional “Bo Bo Bo – li li li – via via via, viva Bolivia”, se oían por doquier, hasta que se anunció la llegada del avión con el Papa. El silencio solo se rompió con la interpretación de la banda de la marcha presidencial.

A las 17.24 se abrió la compuerta del avión. El nuncio apostólico Giambatistta Diquattro y el canciller David Choquehuanca ingresaron a la aeronave. Al cabo de dos minutos salió el jefe de la diplomacia boliviana y a las 17.27 se vio al papa Francisco asomarse. El Santo Padre bajó las gradas sujetándose de la baranda con su mano derecha hasta pisar suelo boliviano. Ese instante, en la ciudad de La Paz, empezaron a sonar las campanas de los templos.

Lo primero que hizo el Obispo de Roma fue dar un abrazo al presidente Evo Morales, quien lo esperaba en la alfombra roja. El Jefe del Estado se descolgó de su cuello una ch’uspa (bolso pequeño tejido) que contenía hojas de coca y lo puso sobre el cuello de Francisco, quien lo aceptó sin reparo. Luego, el Regimiento Colorados de Bolivia rindió honores a Francisco e inmediatamente entonaron las dos primeras partes del Himno Nacional, con el acompañamiento de zampoñas.

Posteriormente Morales dirigió al Pontífice a saludar al vicepresidente Álvaro García, un grupo de ministros de Estado, al gobernador Félix Patzi y a los alcaldes de La Paz, Luis Revilla, y de El Alto, Soledad Chapetón. Entre esas autoridades se acomodaron al menos tres niños que vestían ropa típica de diferentes regiones del país.

Tras los saludos, los niños rompieron protocolo y se unieron al Papa en su recorrido rumbo al campus papal y pasaron por la guardia indígena, quienes en un costado hacían flamear la tricolor y la wiphala.

El Sucesor de Pedro también saludó a cerca de una decena de monseñores; la mayoría optó por besarle la mano derecha. Fue el monseñor Toribio Porco Ticona, oriundo de Potosí y exobispo de la Prelatura de Corocoro, quien le dio un efusivo abrazo de unos diez segundos y le hizo un comentario en el oído mientras Francisco sonreía al escucharlo. El recorrido continuó. Al altar subieron con el líder de la Iglesia Católica, Morales, García y autoridades religiosas del país.

“Todos los bolivianos y bolivianas estamos felices porque has venido a visitarnos a nuestra casa y nos traes tu mensaje de fe, esperanza y liberación”, expresó Morales mientras el público aplaudía. “Quien traiciona a un pobre traiciona a Cristo. En tiempo de cambio, quien traiciona a un pobre traiciona al papa Francisco”.

“Me alegro de estar en este país de singular belleza, bendecido por Dios en sus diversas zonas”, saludó el Santo Padre que dedicó su discurso a quienes han tenido que migrar en busca de oportunidades, a los niños y a los ancianos. Finalizó su mensaje con un efusivo ¡Jallalla (viva) Bolivia! que fue recibido con sorpresa por los presentes.

Tras la intervención del obispo de El Alto, y con el sol tiñendo con su luz dorada los nevados, el Papa hizo la bendición, y la gente hizo la señal de la cruz. Acto seguido, el Pontífice se subió en el papamóvil mientras la gente agitaba las banderas de Bolivia, el Vaticano, La Paz y la wiphala y saludaba. “Hemos podido ver al Papa, aunque sea a 50 metros”, dijo el brasileño Alí Gaspar, que esperó desde las 09.00. “Somos de la Fundación Corazones Verdes para la Naturaleza y representamos a tres países. Esperamos poder volverlo a ver a fin de año, nos toca ir al Vaticano”, manifestó.

Y, corriendo detrás del Papa y de los últimos rayos de luz del día, el público que tardó horas en llenar el campus, lo desalojó en cuestión de minutos, en medio de una polvareda levantada por el papamóvil y otros motorizados hasta el asfalto de la avenida Kilómetro 7.

Pilotos, un paceño y un cruceño

El líder de la Iglesia Católica surcó cielo boliviano en un avión pilotado por un cruceño y un paceño: Nasser Mostajo Rajdi y Adolfo García Pinedo, en ese orden. Mostajo, contactado telefónicamente por La Razón, confesó que una de las emociones más grandes que tuvo en sus 25 años fue el viaje de ayer. Su historia está marcada por los éxitos. A los 17 años se convirtió en el piloto comercial más joven en una aerolínea. Ayer, con unas 6.000 horas de experiencia en el cielo, tuvo el honor de trasladar al Vicario de Cristo hacia la sede de gobierno, en el vuelo Pastoral 930, de Boliviana de Aviación.

“Siempre, desde que era niño y entré por primera vez a una cabina, quise ser piloto”, contó el aviador que siguió los pasos profesionales de su padre, Marco. Mostajo contó que en la capital ecuatoriana, el Obispo de Roma tuvo la gentileza de entrar a la cabina, saludar a la tripulación y rápidamente dejó aquel lugar. Lastimosamente el piloto no pudo hacerse una selfi para inmortalizar el momento.

Quien sí tuvo fortuna fue el paceño Adolfo García Pinedo. Él fue fotografiado junto con el Sucesor de Pedro. En las imágenes del portal de Facebook Apoleños por el mundo estrecha la diestra de Francisco e intercambia sonrisas con él, en pleno vuelo. En Facebook se multiplican las felicitaciones para García y es considerado un orgullo para Apolo, la región que está en el norte del departamento de La Paz. El vuelo de Francisco, de La Paz a Santa Cruz, se realizó con una tripulación diferente.

Católicos en el Campus Papal

Sentí paz al verlo: Judith Mosqueira, artesana

“Estoy feliz y emocionada de haberlo recibido y visto desde tan cerca. El Papa nos trajo mensajes de paz y amor para todos los bolivianos. Al verlo sentí paz, porque yo veo que él es una persona muy humilde”.

Ha traído la paz: Edwin Arguedas, ingeniero

“Por suerte tenemos la alegría de la visita del papa Francisco. Estoy muy agradecido porque el Papa ha traído la paz de Dios para todos los bolivianos. También ha bendecido a todo el país y a las familias”.

La bendición llega: Betty Vargas, empleada ANE

“Es una bendición que llegue un Santo Padre a Bolivia tras 27 años. En este caso, el papa Bergoglio viene de nuestra patria grande, no es de Europa; el mensaje y la bendición incluso nos llega mucho más”.

Respeta la cultura: Graciela Ramos, economista

“Vine desde Puno, Perú, para recibir la bendición del Papa porque tiene nueva línea de trabajo. La bendición ha sido magnífica porque el Santo Padre respeta nuestra cultura andina y abre el catolicismo”.

Que no haya pobreza: Flavio Iturri, jubilado

“Como bolivianos debemos sentirnos orgullosos de que el representante de nuestro Padre esté en nuestra patria. Le he pedido que bendiga a Bolivia y que no haya pobreza, discriminación y corrupción”.