Fieles anuncian la llegada del Evangelio a los pies del Cristo
La visita de Francisco reunió a bolivianos de diferentes regiones y a extranjeros
El Cristo Redentor de la ciudad de Santa Cruz fue el principal testigo del encuentro de miles de fieles provenientes de distintos puntos del país y del extranjero, quienes anunciaron la llegada del Evangelio con la Santa Misa de Francisco, tal como indica el lema oficial de la visita papal.
A horas de la ceremonia religiosa, cientos de jóvenes y adultos mayores, que llegaron en delegaciones, pernoctaron en las aceras de la avenida Cristo Redentor para tener el lugar más cercano en el paso del Pontífice; mientras aquellos que consiguieron los pases especiales para estar ubicados en el área central del altar, madrugaron.
Las más de 17.000 sillas acomodadas frente al altar, para invitados especiales incluidas las autoridades nacionales y locales, además de algunas personas enfermas, ancianos y niños, ondearon la tricolor boliviana y algunas banderas de Perú, Brasil y Argentina con varios mensajes: “La familia Pardo te saluda Pancho”, “Eres nuestro orgullo” son algunos ejemplos.
En el recorrido de Francisco, desde la residencia del cardenal Julio Terrazas (a más de cuatro cuadras del Cristo), los feligreses arrojaron pétalos de flores y cartas para que el Obispo de Roma las lea cuando termine su novena gira internacional.
“El papa Francisco acostumbra a recoger absolutamente todos los documentos, los sobres, los regalos, los obsequios y las cartas que durante su recorrido le hace llegar la gente, (…) y además las responde”, aseguró la viceministra de Políticas Comunicacionales, Claudia Espinoza, según ABI.
La agencia citó el caso de Darling Heredia, quien le lanzó una carta al Santo Padre en la que le pidió “unión y bienestar para todos los bolivianos y su familia”. Milán, un niño de siete años, le pidió al Papa que su padre, que está privado de libertar en la cárcel de Palmasola, sea liberado y vuelva a su casa. “Sé que vos eres más amigo de Dios y te pido que me ayudes a que mi papá vuelva a mi casa”. “Con Francisco anunciamos la llegada del Evangelio” corearon las hermanas Sánchez, que llegaron un día antes de la misa desde Oruro.
Pedido. El amanecer gris y la brisa fría de la capital oriental cambiaron a minutos de que el Pontífice suba al papamóvil y llegue hasta su cita con los miles de feligreses. Ese momento fue transmitido por las cuatro pantallas gigantes de televisión, instaladas a espaldas del monumento al Cristo Redentor. Las personas que se encontraban en las largas filas para ingresar al perímetro de seguridad gritaron y aplaudieron al ver al Papa.
“¡Queremos entrar, queremos entrar! El Papa es para todos, no para unos cuantos!”, fue el estribillo que gritaron la mayoría de los jóvenes que trataron de pasar por alto el resguardo y las puertas digitalizadas de seguridad.
“Si tiene objetos punzocortantes o bebidas alcohólicas déjelos en el ingreso, porque no pasarán. Estamos velando por su seguridad y la de los asistentes a la santa misa. Comprendan por favor”, decía un efectivo de la Policía en la cuadra del Comando Departamental, mientras recomendaba a los seguidores del Papa denunciar cualquier acto sospechoso de vandalismo.
Los más de 7.000 efectivos de seguridad que se desplazaron por el área, apoyados por funcionarios de la Gobernación y el municipio, además de jóvenes voluntarios, mitigaron la avalancha humana que buscaba sobrepasar las vallas de seguridad.
Pero cuando el papamóvil irrumpió la rotonda del Cristo, a las 10.00, todos se dedicaron a tomar fotografías a Francisco, con los celulares. Las quejas por el frío, insolación y sed que decían tener las personas se silenciaron, en la plaza solo se escucharon voces que decían: “Papa, eres del pueblo”, “Francisco defiende a los pobres y humillados”.
Altar. Desde el altar, armado con detalles chiquitanos, se dio inicio a la ceremonia religiosa. El presidente Evo Morales, el vicepresidente Álvaro García Linera, autoridades departamentales y locales de Santa Cruz asistieron a la liturgia. Al igual que en los ensayos, las autoridades se mostraron unidas. “El Papa realmente hace milagros: unió a los políticos y eso nos demuestra que predicando y poniendo en práctica lo que se pregona, nada es imposible”, comentaron los periodistas.
El desarrollo de la ceremonia se realizó en castellano, al momento de las cinco oraciones, tres fueron realizadas en idiomas nativos de Bolivia: guaraní, quechua y aymara. La oración en guaraní solicitó bendiciones y fortaleza para la Iglesia Católica. La segunda fue realizada en castellano y pidió por la salud del papa Francisco. La súplica en quechua abogó por enfermos y los que sufren por cualquier situación. La cuarta volvió a ser en castellano y fue por los gobernantes y autoridades del país. La última se hizo en aymara e imploró por sacerdotes.
Apostillas dentro de la misa
Banderas
Ciudadanos de Argentina, Perú, Chile, Colombia, México, entre otros países, le dijeron presente al Pontífice en la misa, cuando ondearon sus banderas.
Comunión
Las más de 600.000 hostias elaboradas por las hermanas Carmelitas fueron entregadas por sacerdotes de las parroquias del país.
Misional
El Obispo de Roma entregó la Cruz Misional a las delegaciones de Latinoamérica como antesala al V Congreso Americano Misionero, que será desarrollado en 2018, en la ciudad de Santa Cruz.
Papa rompe protocolos en Santa Cruz para saludar
En el recorrido que ayer realizó el papa Francisco, desde la casa del cardenal Julio Terrazas hasta la rotonda del Cristo Redentor, el Pontífice se salió de protocolo e hizo detener el vehículo que lo trasladaba para estrechar la mano y saludar a algunos feligreses que lo aguardaban.
Una de ellas fue la hermana María Eugenia Gorgochea, quien llegó desde la ciudad argentina de Córdoba y se apostó en la avenida del Cristo Redentor para ver pasar al Santo Padre. En cuanto divisó al enviado de Roma gritó: ¡Papa! ¡Papa! y Francisco la reconoció.
“Me parecía imposible, no tenía la certeza de si eso iba a suceder. Yo le decía a Dios que haga lo que quiera y él me oyó, el Jorge Bergoglio que conozco no cambió, él se preocupa de cada persona, es un hombre sabio y defensor de los pueblos”, dijo la religiosa.
El Pontífice volvió a romper el protocolo a la salida de la casa del cardenal Julio Terrazas, sobre la avenida Beni, donde se aloja. Se acercó a niños, jóvenes y adultos. En la avenida Mutualista bajó del papamóvil y se aproximó a los fieles para su sorpresa. En el coliseo Don Bosco se acercó a un enfermo.