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Francisco plantea tres tareas a los movimientos populares para lograr el cambio del sistema

En la clausura del II Encuentro Mundial de Movimientos Populares, el papa Francisco pidió hoy poner la economía al servicio de los pueblos, la unidad e independencia de los mismos y la defensa de la Madre Tierra, como tareas que complementarán las diez conclusiones del evento realizado por representantes de 1.500 organizaciones de 50 países, en Santa Cruz de la Sierra, de forma paralela a la visita del Pontífice.

“La primera (tarea) es poner  la economía al servicio de los pueblos; la segunda, es la unidad e independencia de los pueblos; y la tercera, la defensa de la Madre Tierra”, resumió Francisco, en un mensaje de cerca de una hora que sirvió para rexponer su punto de vista sobre las demandas y requerimientos de las organizaciones sociales del mundo.

En el inicio de su discurso, el Obispo de Roma preguntó si se debe reconocer que las cosas no están bien ante un sistema que genera a globalización de la exclusión y la indeferencia. “Si esto es así, diganmelo sin miedo: Queremos un cambio real, de estructuras, de este sistema que ya no se aguanta”.

Luego, le habló a los movimientos populares para decirles que pueden hacer mucho para lograr ese cambio y para promover alternativas creativas en la búsqueda cotidiana de las tres t (tierra, techo y trabajo). “Me atrevo a decir que el futuro de la humanidad está en sus manos, no se achiquen”, dijo.

El Pontífice también se refirió al proceso de cambio, frase que esuchó en Bolivia y  dijo que le gusta mucho, al señalar que los movimientos sociales son los sembradores de ese proceso de cambio, “donde la pasión por sembrar o regar reempalza la ansiedas por ocupar todos los espciaos de poder concebibles. La opción es por generar proceso no por ocupar espacios”, reflexionó.

El presidente Evo Morales también asistió y escuchó las conclusiones del encuentro y la propuesta del Santo Padre. Al preceder la intervención de Francisco, el Mandatario boliviano recordó sus inicios como dirigente social, de cómo definió pasar de la lucha sindical a la lucha electoral, y como logró cambiar al  país con medidas políticas, “la refundación del Estado”; económicas, “la nacionalización de los hidrocarburos”; y social “con la redistribución de la riqueza”. Además, propuso como objetivo de los pueblos, la consolidación de la premisa que “los servicios básicos deben ser derechos humanos”. 

En el encuentro mundial de los movimientos sociales se aprobó la Carta de Santa Cruz que contiene diez puntos que trazan el camino en el marco de las tres t (tierra, techo y trabajo). En el documento, las organizaciones se comprometen «a luchar contra el individualismo, la ambición, la envidia y la codicia que anidan en las sociedades». Asimismo, se enfrentará el consumismo y «la cultura del descarte», en alusión a las palabras del Papa que horas antes clamó «basta de descartes» en una misa multitudinaria.

En las conclusiones también se rechaza el «imperialismo y las nuevas formas de colonialismo, sean militares, financieras o mediáticas» y se pide «el cese inmediato de todas la guerras».

El documento propugna, además, impulsar «los procesos de cambio» en el mundo, vivir en «armonía con la Madre Tierra», promover «la ecología integral» y pedir leyes medioambientales en los países.

Finalmente, se pide protección de los pueblos indígenas, se condena el machismo, la discriminación de la mujer y plantea la restitución de derechos laborales, el cese de la discriminación a emigrantes y se defiende las reformas agrarias.