Anoche, por primera vez en años, el tradicional desfile de teas en homenaje a la Revolución del 16 de julio de 1809 no ingresó a la plaza Murillo debido a la movilización de pobladores de Potosí, cuyas protestas obligaron a cambiar la ruta de los desfiles.

Según el gobernador de La Paz, Félix Patzi, dos asambleístas departamentales, un directivo empresarial y un dirigente sindical, éste es el precio que debe pagar la urbe por ser la sede de gobierno, teatro habitual de manifestaciones de todos los sectores que quieren presionar a las autoridades gubernamentales.

“Es lamentable que en este momento histórico tan importante y un aniversario de tal magnitud no se haya podido superar el conflicto entre el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) y el Gobierno central, esa es la realidad y debemos acomodarnos a ella”, sostuvo el Gobernador.

Gustavo Torrico, asambleísta del Movimiento Al Socialismo, dijo que mas allá de que tengan o no razón los dirigentes potosinos, “no pueden venir a patear la puerta en tu propia casa. Estamos de aniversario y pese a que han levantado sus medidas, nos conflictúan, debemos dejar de trabajar por culpa de ellos. La Paz se vuelve el centro de todos los que tienen conflictos con el Gobierno”.

Por ello, anunció que planteará que en las discusiones del pacto fiscal, el Estado otorgue un resarcimiento económico “por todos estos conflictos que se llevan a cabo aquí por ser sede”, que perjudican a la banca, el comercio y el transporte.

Edwin Herrera, de Soberanía y Libertad (Sol.bo), dijo que si bien esta movilización creó problemas, la Constitución Política del Estado reconoce el derecho a reclamar.  “Los hermanos potosinos tienen derecho a la protesta y los paceños estamos convencidos de que somos sede de gobierno y, por tanto, escenario de los conflictos sociales”.

Para el secretario general de la Central Obrera Boliviana (COB), Hermo Pérez, si bien gracias al cuarto intermedio las movilizaciones del ente cívico no perjudicarán la celebración de la efeméride de La Paz, éstas sí afectan el normal desarrollo de las actividades cotidianas en la urbe. Ronald Nostas, presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, dijo que “lamentablemente por ser asiento del Órgano Ejecutivo, La Paz sufre situaciones que hacen que se resienta su desarrollo. Es el precio que debemos pagar”.

Varios autores han escudriñado en las causas del ejercicio cotidiano de la protesta. “Las manifestaciones y protestas públicas están profundamente enraizadas en la cultura política de los bolivianos (…) Los bolivianos ejercemos el conflicto por medio de protestas (…) sin distinción de identidad étnica, nivel socioeconómico, región”, escribió Daniel Moreno Morales, autor de La marcha nuestra de cada día: normalización de la protesta en Bolivia. 

Un cuarto intermedio

Presión

Desde el 7 de julio, ciudadanos de Potosí se movilizan por su pliego de 26 demandas en la sede de gobierno. Las movilizaciones están suspendidas desde el martes hasta hoy.

Las marchas y bloqueos son una pesadilla

La convulsión social —manifestaciones callejeras y bloqueos de calles— es el segundo problema que le quita el sueño a los habitantes de la ciudad de La Paz, mientras que para los empresarios dedicados a la actividad comercial está primero. Esta es una de las conclusiones de una encuesta publicada en 2012 por el Observatorio La Paz Cómo Vamos.

A la pregunta de ¿cuáles cree que son los tres problemas más importantes que tiene la ciudad de La Paz? El 57% de 3.780 hogares consultados apuntó a la delincuencia, 36% a la convulsión social y 34% al consumo y venta de drogas.

La Cámara Nacional de Comercio, en su Encuesta Trimestral de Opinión Empresarial y Expectativas de Actividad Comercial en La Paz (primer trimestre de 2012), indicó que “los empresarios dedicados a la actividad comercial en la ciudad identifican a los paros, huelgas y bloqueos como el principal problema que enfrentaron durante el primer trimestre de 2012(33,49%); le siguen en orden de importancia el contrabando (27,93%) y las dificultades aduaneras (24,42%)”, destacó el observatorio.