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La sequía y los vientos dejan sin cosecha de quinua a 120 familias de Chahuara

Es la primera vez que ocurre algo así en el ayllu Chahuara de Oruro. Las 120 familias que habitan en el lugar, como a cuatro horas de viaje de la capital orureña, perdieron la totalidad de sus plantaciones de quinua, su único sustento de vida, y ahora se encuentran desesperadas.

La situación es tal que tuvo que trasladarse hasta La Paz el tata awartiri (autoridad originaria) de ese ayllu, Bernabé Choquetopa Rodríguez, para mostrar a los medios de comunicación pruebas del desastre que se vive en su región y que atribuye al fenómeno de El Niño.

Esta mañana llegó muy temprano hasta las oficinas de La Razón, en Alto Auquisañama, cargando una mochila en la que trajo fotografías de una última inspección que se realizó en la zona, el viernes 16, y que muestran cómo quedaron las plantaciones de quinua.

En las imágenes, las plantas apenas sobresalen en un terreno completamente árido y desolado. “Lo que pasa es que, además de la sequía, el viento es el que ha enterrado las plantaciones. Todo lo tapa, necesitamos colaboración, pero no de alimentos, porque se acaban, sino de sistemas para el agua”, dice Choquetopa.

Luego de la inspección del 16 se levantó un informe en el que se expone la preocupación de los comunarios por los desastres naturales y por el calentamiento global, algo que tampoco ocurría en el pasado, según recuerda la autoridad originaria.

“Este año la sequía nos afectó, cada año va disminuyendo la lluvia. Los terrenos barbechados para la quinua (están) cada vez más secos, caso el sesenta por ciento está seco. Para sembrar la quinua no hay humedad, nos encontramos afectados más de 110 contribuyentes (familias) por desastres naturales”, se lee en el primer punto de ese documento, firmado por Nacian Choquetopa Aguilar, subalcalde de la marka Aroma, a donde corresponde el ayllu Chahuara.

También detalla que los vientos en septiembre y octubre enterraron los sembradíos de quinua, a la par que el terreno comenzó a erosionarse, afectando incluso los pozos que se utilizan para el consumo humano.

Bernabé Choquetopa dice que la preocupación es cada vez mayor en su comunidad, donde los pobladores no tienen otro medio de subsistencia que las plantaciones de quinua, que ahora prácticamente desaparecieron cubiertas por la tierra arrastran los vientos.