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Con la conexión terrestre y aérea, Beni propicia su crecimiento

La vinculación aérea y terrestre de las ocho provincias y 19 municipios de Beni es la estrategia de la Gobernación de ese departamento para iniciar una nueva era de desarrollo en beneficio de sus 422.008 habitantes. El plan de trabajo del gobierno regional proyecta la construcción de carreteras y de pistas de aterrizaje y terminales aéreas para articular el territorio beniano, en particular por su constante vulnerabilidad ante la amenaza de las inundaciones. El plan ya cuenta con un financiamiento inicial.

Hoy, que se conmemoran 173 años de la creación del departamento —mediante decreto supremo firmado el 18 de noviembre de 1842 por el entonces presidente José Ballivián—, el gobernador Álex Ferrier (del oficialista Movimiento Al Socialismo, MAS) anunció el comienzo de una nueva etapa para propiciar el desarrollo.

“Tener una pista de aterrizaje asfaltada en una provincia de  Beni significa, sobre todo, la posibilidad de salvar vidas humanas. La gente queda incomunicada en época de lluvias. Apostamos por la articulación aérea y terrestre entre municipios y provincias para que los benianos no queden relegados ante las adversidades del clima”, anunció Ferrier, quien además adelantó que en esta jornada firmarán contratos para el asfaltado de cuatro pistas de aterrizaje, para aeronaves de distinta capacidad, en Rurrenabaque, San Borja, San Ignacio de Moxos y Magdalena.

El Gobierno central invertirá en la edificación de las terminales aéreas a través del programa Bolivia cambia, Evo cumple y la Gobernación se encargará del asfaltado con un costo aproximado de $us 2 millones, cada una. Las plataformas tendrán 2.000 metros de extensión y permitirán el arribo de aviones comerciales y jets que transportan hasta 100 personas.

De acuerdo con un informe del Sistema de las Naciones Unidas en Bolivia, en 2014 se registró en el país una de las peores inundaciones ocurridas en los últimos 50 años. La entonces coordinadora residente, Katherine Grigsby, informó que unas 63.000 familias en siete regiones resultaron damnificadas, siendo el departamento de Beni el más afectado. Viviendas, haciendas, cultivos, ganado y caminos resultaron seriamente dañados. Las obras que prevé la Gobernación buscan paliar cualquier efecto adverso a futuro.

Asimismo, está en planes ejecutar obras que permitan la vinculación terrestre entre municipios y comunidades con el ripiado y asfaltado de carreteras.

“Estamos poniendo todo el esfuerzo en la vertebración caminera para lograr el desarrollo. Somos el segundo departamento en extensión (después de Santa Cruz) y el más incomunicado y desvinculado internamente y con las demás regiones”, dijo Ferrier. A fin de año se iniciará la construcción del terraplén y posterior asfaltado de la carretera que atraviesa el municipio de Loreto, con una inversión aproximada de Bs 30 millones. Para abaratar los costos de las obras, la Gobernación adquirió un préstamo de $us 3 millones a fin de comprar maquinaria.

Ferrier explicó que el objetivo es mejorar la calidad de vida de la población. “La gente no debe continuar transportándose en avionetas que cobran a 500 bolivianos el pasaje ni pagar 10 bolivianos por un kilo de tomate debido a falta de caminos”, un factor que atribuye al abandono que sufrió la región por parte de la oposición.

En criterio del alcalde de Reyes, José Roca (del Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR), la confrontación política, las inundaciones y la fuga de inversiones —“los ganaderos del Beni prefirieron llevar sus capitales a Santa Cruz”— condicionaron la postergación. En todo caso, dice, lo que hasta el momento hay son proyectos de obras, “cuando se concreticen se podrá decir que  Beni está creciendo”.

Según Ferrier, la articulación aérea y terrestre generará oportunidades de negocio. Recordó que Beni provee de carne y arroz a Cochabamba y La Paz, y que tiene potencial turístico porque posee reservas naturales biodiversas.

La superficie cultivada llega a 55.295 ha; su vocación es diversa

Patricia Cusicanqui

El departamento de Beni posee 55.295 hectáreas (ha) de superficie cultivada, según datos del Censo Agropecuario 2013, informó el Instituto Nacional de Estadística (INE).   De los 72 tipos de cultivos más importantes para los que tiene vocación se destacan los cereales con 29.208 hectáreas, los frutales con 9.486 hectáreas y los tubérculos y raíces con 6.209 hectáreas. La superficie total del departamento es de 213.564 km2.

Asimismo, el empadronamiento agropecuario reveló que Beni concentra el 31,6% del total nacional de la población de bovinos con 2.631.013 cabezas. En el rubro avícola tiene 157.514 aves de granja; 53,3% corresponde a pollos parrilleros. Con relación a las aves de corral o de traspatio, en Beni existen 389.633 gallinas, 62.013 patos, 1.561 pavos y 680 codornices.

En otro ámbito, las exportaciones de Beni llegaron, el año pasado, a $us 343,6 millones, de los que 195,5 millones corresponden a la venta de oro metálico y 146,6 millones a la comercialización al exterior de castaña. La región es el principal exportador de este fruto, seguido de Pando y La Paz. El valor alcanzado en 2014 registró un incremento en $us 33,6 millones respecto a 2013.