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Sequía deja sin cultivos y forraje a poblaciones aledañas al Poopó

La población que habita en los alrededores del lago Poopó (Oruro), dedicada a la pesca, agricultura y crianza de auquénidos, enfrenta una de las sequías más duras de los últimos 15 años, que amenaza a su modo de subsistencia. Los comunarios piden agua para sembradíos y forraje.

El ayllu Pumasara habita en los alrededores del lago Poopó y está distribuido en cuatro “ranchos”: Taipi Sirca, Vicorco, T’ia Sirca y Ch’ojña Sirca. También están las comunidades de Untavi, Villa Concepción y la Isla de Panza. Las autoridades locales expresaron su preocupación pues aseguraron que sus ingresos económicos se ven mermados por las primeras pérdidas de cultivos de papa y quinua.

En un recorrido que hizo La Razón por el lugar evidenció que el forraje para los animales es escaso a causa de la sequía y que hay decenas de vicuñas y suris (avestruz andino) delgados, según los comunarios, por la falta de alimentos. A esto se suma la desaparición de agua del lago, lo que afecta a las familias pesqueras.

“La preocupación crece en las comunidades del lago, necesitamos ayuda y urgente. Queremos que las autoridades departamentales y nacionales nos ayuden con la construcción de vigiñas (almacenamiento de agua) y la perforación de pozos. Todos los días le pedimos a la Madre Tierra que haya lluvia, necesitamos un milagro”, expresó Valerio Calle (55), autoridad de la comunidad de Untavi y la Isla de Panza del municipio orureño de Toledo.

El lago Poopó está a 57 kilómetros de la ciudad de Oruro. Se trata del segundo lago más grande de Bolivia, después del Titicaca. Los pobladores de los alrededores aseguraron que vivieron una sequía similar en 1981, aunque otros indicaron que esta vez el fenómeno es más intenso. Muchos de los habitantes dedicados a la pesca optaron por la agricultura, sobre todo después de noviembre de 2014, cuando miles de peces y aves muertas fueron halladas en las orillas del lago.   

Sustento. “No ha sido fácil volverse agropecuario y ganadero después de lo que pasó con los peces en 2014. Lo peor es que igual corremos riesgo con esto a causa de la sequía, ya hemos perdido la producción de quinua, ya casi no hay nada, y tenemos que llevar comida a los hijos, así que hacemos lo que podemos”, expresó René Tapia (40), quien se dedica también a la albañilería.

Andrés Ayma (70), uno de los comunarios más antiguos de Untavi, indicó que se precisan 10 vigiñas (almacenamiento de agua) para salvar los cultivos porque los agricultores “ya escucharon que el fenómeno de El Niño les traerá sequías hasta febrero”.

“Pero además vamos a solicitar la dotación de bombas para sacar agua subterránea y llevarla a los sembradíos de cebada, que estarán listos a fines de diciembre. Ahí podemos lograr forraje para nuestros animales”, agregó.

La preocupación crece en el lugar, al punto de que las autoridades comunitarias convocarán a un cabildo para el 22 y 23 de este mes para cuantificar las afectaciones y necesidades, y coordinar con la población las medidas que asumirán si no son escuchados por las autoridades departamentales y nacionales.

4 Lagunas artificiales

Demanda

Los pescadores de las comunidades cercanas al lago Poopó pedirán a la Gobernación la implementación de cuatro lagunas artificiales para criar truchas, como forma de sustento de unas 2.000 familias.

Testimonios

Cirilo Choque: ‘Se ha perdido papa y quinua’

“Ya no tenemos qué pescar, el lago está seco. Ahora nos amenaza una sequía que puede matar al poco ganado que hay. También se ha perdido nuestra papa y quinua. Pedimos a las autoridades ayuda urgente, necesitamos agua y forraje, solo así vamos a poder sobrevivir”.

René Ayma: ‘Ya no nos da el sustento’

“Ya no nos da el sustento, ¿qué vamos a llevar a nuestras familias? De pesqueros pasamos a ser agricultores y ganaderos porque el lago ya no existe, pero ahora nos ataca la sequía y en la radio hemos escuchado que va a ser peor por eso de El Niño. Pedimos ayuda”.

Andrés Ayma: ‘Que San Pedro se apiade’

“Necesitamos urgente esta ayuda para nuestras llamas y ovejas, también riego para nuestros sembradíos; ojalá San Pedro se apiade. Por el momento estamos haciendo de albañiles porque en los últimos meses solo ha sido pérdida y no hay qué llevar a la casa”.