Unas 700 familias afectadas por la desaparición del lago Poopó, de Oruro, recibieron del Gobierno, en la semana que termina, ocho toneladas (t) en alimentos para paliar los efectos del cambio climático en la región.
El viceministro de Defensa Civil, Óscar Cabrera, informó que en la primera fase de la ayuda humanitaria para 739 familias de seis municipios, asentadas en toda la orilla del lago Poopó, se entregó azúcar, arroz, fideo y aceite, además de palas, picotas y carretillas.
“Los alimentos distribuidos buscan evitar que las familias pasen hambre debido a la aguda sequía por la que atraviesa esa región; las herramientas servirán para que puedan construir pequeñas carpas solares o atajados de agua”, explicó la autoridad del Ministerio de Defensa.
Según Cabrera, la medida fue asumida de manera casi inmediata debido a la alarmante disminución de agua en toda la cuenca del Poopó. El 16 de diciembre, periodistas de La Razón realizaron un recorrido por todo el lugar y evidenciaron que de los 2.337 kilómetros cuadrados de extensión, solo quedan tres humedales, de menos de un kilómetro cada uno.
En la actividad de dotación de alimentos y herramientas, realizada el pasado miércoles, estuvieron el gobernador del departamento, Víctor Hugo Vásquez, y autoridades de los municipios de Toledo, Choro, Santiago de Huari, Challapata, Poopó y Machacamarca.