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Rescatan a la rana gigante del Titicaca

Especímenes de la rana gigante del Titicaca fueron rescatados de las profundidades del lago para ser conservados y salvados en cautiverio. Luego serán reintroducidos en sectores donde desaparecieron. Los anfibios fueron trasladados a Cochabamba para su reproducción.

“El herpetólogo (especialista en anfibios y reptiles) boliviano Arturo Muñoz se sumergió entre dos a cinco metros en el Lago Menor del Titicaca para rescatar a unas 35 ranas, las que fueron trasladas a Cochabamba para la preservación de su especie”, declaró el activista por los derechos del medio ambiente Edwin Conde, quien también fue parte de la expedición lacustre el fin de semana.

La misión científica de rescate de la rana gigante (Telmatobius culeus) fue conformada por biólogos de Iniciativa Anfibios de Bolivia y de los zoológicos de Atlanta y de Kansas City de Estados Unidos, de la Universidad de Gante de Bélgica y de la organización conservacionista inglesa Durrel Wildlife Conservation.

La actividad también es apoyada por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza y de Amphibian Ark.

Conde explicó que la expedición se realizó cerca de la localidad de Guaqui (provincia Ingavi de La Paz) donde fueron halladas poblaciones pequeñas de ranas.

Hace dos semanas, Muñoz y su equipo rescataron otras ranas del Lago Mayor, en cercanías de la Isla de la Luna, donde la población del anfibio disminuyó drásticamente por la contaminación ambiental que deteriora su hábitat y pone en riesgo su reproducción.

Todos los ejemplares rescatados fueron trasladados a Cochabamba, al criadero de la organización Iniciativa Anfibios de Bolivia, entidad que tiene experiencia en la reproducción en cautiverio desde 2008.

“La rana gigante del Titicaca recibe el denominativo por el hallazgo de ejemplares con 50 centímetros de largo por Jacques Ives Costeau, en 1968. Los anfibios rescatados serán criados en cautiverio en Cochabamba, pero antes deben pasar por una etapa de cuarentena para quitarles los hongos que también les afectan”, explicó el herpetólogo Muñoz.

Mortandad. La rana gigante resiste las presiones ambientales, como el deterioro de su hábitat ocasionado por la contaminación derivada de las aguas residuales urbanas.

Conde recordó que en mayo de 2015 dio la alerta sobre aguas negras que causaron la muerte de aves, peces y anfibios, contaminación que ocasionó la proliferación de microalgas que consumieron el oxígeno, mancharon de color verde el lago y, al descomponerse, emanaron sulfuro de hidrógeno, un neurotóxico que aniquiló ejemplares de la fauna lacustre.

La Razón informó el 26 de abril de 2015 que al menos dos toneladas de ranas, peces y aves murieron en el Lago Menor por la contaminación con desechos sanitarios, basura y químicos sobre la cuenca desde los municipios de El Alto, Viacha y otros.

Durante la expedición de los científicos se evidenció que en el sector de Puerto Pérez la rana se extinguió. “En una superficie de más de 500 kilómetros cuadrados entre Puerto Pérez y la isla Suriqui ya no fue posible encontrar a la Telmatobius ya que se evidenció que existen sectores con una alta concentración química”, reveló el especialista en anfibios.

Se espera que la iniciativa motive la sensibilidad sobre el problema.