Fiebre, dolor de cabeza, tos… “¿Será que contraje el coronavirus?, ¿o se tratará simplemente de un resfrío?, ¿y si es COVID-19 y expuse a mi familia?, pero me cuidé, tal vez sea solo una gripe, ¿y ahora qué hago?, cómo saberlo”.
En una azarosa coincidencia para el país y sus habitantes, la pandemia del coronavirus llegará a su pico más alto de contagios en unas semanas, justo en el inicio oficial de la temporada de invierno, época de proliferación de las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA), a las que se suele nombrar como gripe o influenza.
Un estado de confusión y probablemente una alta demanda de consultas médicas especializadas están dentro de las previsiones de los expertos y autoridades. La primera certeza que dan es que el diagnóstico clínico permitirá discernir un caso de otro, y lo segundo es una recomendación contundente: ante la duda, mejor no automedicarse y buscar ayuda.
¿Qué relación hay entre ambas? Pues “las IRA son enfermedades de carácter estacional, por eso aparecen en invierno, y al igual que el COVID-19 son producidas por virus; la diferencia es que unas se manifiestan regularmente en forma de una gripe y las otras pueden llegar a dañar los pulmones”, explica el experto en salud pública y exministro de Salud Guillermo Cuentas.
Una influenza o gripe puede también derivar en una bronquitis, una bronconeumonía o una neumonía cuando no es tratada a tiempo o cuando el tratamiento suministrado no es el correcto.
El término gripe viene del francés grippe (como llamaban a la epidemia de catarros en el siglo XVIII), que a su vez deriva del suizo-alemán grupi que quiere decir agacharse y temblar, explica Óscar Franco, epidemiólogo, director del Instituto de Medicina Social y Preventiva de la Universidad de Berna (Suiza) y académico en Estados Unidos y los Países Bajos.
“La gripe es causada por el virus de la influenza que tiene tres subtipos: A, B y C. Los del subtipo B y C viven en las manos y los del subtipo A, en animales salvajes, se puede transmitir a gallinas y cerdos, y (cuando afecta a los humanos) tiene una severidad más alta que el resto”, detalla el experto citado por el canal France 24.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los subtipos A que actualmente circulan entre la población mundial son el A(H1N1) y el A(H3N2).
El jefe nacional de Epidemiología, Virgilio Prieto, expone que la relación entre el frío y el incremento de las IRA se debe al simple hecho de que se producen “aglomeraciones en espacios cerrados para hacer frente a las bajas temperaturas, por tanto la posibilidad de contagio es mayor”.
La buena noticia es que “las medidas de bioseguridad que aplicamos para prevenir el coronavirus sirven también para evitar la influenza y otras infecciones respiratorias agudas”, dice la autoridad, quien hace hincapié en el uso de barbijos, el lavado y/o desinfección de manos y el distanciamiento físico.
En cuanto al coronavirus, la OMS indica que éste pertenece a una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades en animales y humanos. En los humanos, diversos tipos de coronavirus ocasionan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta estados más graves como el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS).
El nuevo coronavirus descubierto a finales de 2019 es el causante de la actual pandemia.
CONFUSIÓN. “El COVID-19 (que es un virus del tipo SARS) se presenta con cuadros respiratorios pero también abdominales, por eso se puede camuflar con una influenza o gripe. Además, una persona lo puede transmitir sin tener síntomas y afecta más a la población vulnerable, o sea a aquella que tiene enfermedades crónicas y es de edad”, dice Franco.
La probabilidad de una confusión ante ciertas manifestaciones sintomatológicas es alta, refrenda Cuentas, pero solamente de inicio, porque las diferencias también son marcadas.
“Clínicamente se puede reconocer rápidamente si los síntomas son de COVID-19 o de una IRA causada por otro tipo de virus. Son tres las claves: primero, una influenza regular casi nunca produce insuficiencia respiratoria, puede producir catarro o congestión nasal; lo segundo es que los procesos gripales elevan la temperatura entre 37 y 37,5 grados, pero con el COVID-19 ésta es más elevada y persistente; y la tercera diferencia es la tos seca, el COVID-19 va a producir un intenso dolor de garganta, una sensación casi de ahogo”, afirma Cuentas.
En su sitio oficial, el Ministerio de Salud refiere un síntoma más que permite un rápido discernimiento: los portadores del nuevo coronavirus tienden a perder los sentidos del olfato y del gusto, un indicio que la ciencia detectó a medida que fue conociendo mejor cómo afecta el virus.
RIESGOS. Ante la duda de qué tipo de mal podría estar aquejando a una persona, ¿qué hacer? Lo primero, advierte el exministro Cuentas, es “no automedicarse”. La automedicación ha complicado varios cuadros del nuevo coronavirus en Beni, donde varias personas comenzaron a ingerir fármacos supuestamente efectivos.
El presidente de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva, Adrián Ávila, uno de los médicos que lideró la primera cruzada de profesionales voluntarios para asistir a los enfermos de COVID-19 en esa región, ya había alertado del grave riesgo que supone esta práctica.
Hidroxicloroquina (que se usa para la malaria y el paludismo), azitromicina (antibiótico), prednisona (corticoide), indometacina (antiinflamatorio), cotrimoxazol (contra los hongos), aspirina e ivermectina (antiparasitario) son los fármacos que mucha gente usó, sin prescripción, en varias regiones del país con la idea de combatir el mal. “Los casos graves y con complicaciones que atendimos tenían que ver con la automedicación”, dice Ávila.
Por tanto lo mejor es buscar ayuda, “pero no ir al centro de salud, pues de ser positivo a COVID-19 podría contagiar a otros; lo que hay que hacer es llamar a los números habilitados por los diferentes niveles de gobierno para que personal médico acabe con la disyuntiva”, sugiere Cuentas.
Así, será un médico el que, en base a un diagnóstico clínico, establecerá qué tratamiento seguir y, “de ser necesario, solicitará una prueba de laboratorio para eliminar cualquier duda”, dice Prieto.
vacunas. El jefe nacional de Epidemiología recuerda que para el caso de la influenza estacional hay vacunas; en Bolivia, las dosis de inmunización se empezaron a inocular desde fines de mayo.
Para evitar que la gente se aglomere en los centros de salud, el Gobierno dispuso una campaña “casa por casa”, empezando por las poblaciones vulnerables: personal médico, mujeres embarazadas, niños, adultos mayores, personas con alguna enfermedad de base y policías y militares que realizan los controles callejeros.
Una vacuna contra el nuevo coronavirus aún tomará algo de tiempo, pero además ya representa una pugna entre los grandes laboratorios y los Estados y organismos a favor de una distribución masiva de dosis, entre ellos Francia, Alemania y Naciones Unidas, y otros, como Estados Unidos, que quiere ser el primero en recibirlas.
En las últimas horas se informó que unas 10 vacunas están siendo probadas en humanos, “incluido el proyecto del laboratorio de la compañía estadounidense Pfizer, que desarrolla su trabajo junto al laboratorio alemán Biontech”, reportó el servicio informativo alemán Deutsche Welle-DW.
Otra de las vacunas en desarrollo es la de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, que será probada en un grupo de 2.000 personas en Brasil.
El frío causará una baja de hasta 8° C
Este fenómeno climático se sentirá entre junio y agosto
Wilma Pérez – La Paz
A 16 días de ingresar al invierno el frío empieza a recrudecer, y según el pronóstico del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), entre junio y agosto el termómetro marcará descensos de hasta 8 grados centígrados.
“Es característico de la época y al tener el ingreso de frentes fríos, algunos días vamos a ir registrando caídas de entre 6 y 8 grados”, explica la pronosticadora Ana Mendoza.
La experta adelanta que en la región del altiplano y algunos sectores de los valles predominarán registros de menos de cero grados. Y en el caso del oriente, las temperaturas mínimas también estarán por debajo de 10 grados.
REGISTRO. Los descensos de temperatura ya son un hecho en todo el territorio nacional y zonas “tradicionalmente frías” ya reportan cifras bajo cero; es el caso del municipio de Uyuni, en Potosí, donde la más baja fue de 15 grados bajo cero, el 13 de mayo. Entre ayer y anteayer, el medidor marcó 8,5 grados centígrados bajo cero.
No obstante, debido a la cuarentena, aún no se contaba con datos de otras estaciones, como Charaña (La Paz) y Laguna Colorada (Potosí), que casi siempre registran temperaturas extremas por el frío.
Respecto al frío que se sintió en las horas precedentes, Mendoza indicó que el que afecta al oriente se debe al ingreso de un frente frío que se estacionó en el departamento de Santa Cruz; “a partir del fin de semana cambiará”, mas no se descarta el ingreso de otro fenómeno similar en unos días.
En cuanto al altiplano, señaló que la alerta que emitió el Senamhi por vientos fuertes de 40 a 70 kilómetros por hora se mantendrá hasta hoy y eso hará que aumente la sensación térmica de frío.